El director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Domènec Espriu.

El director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Domènec Espriu. AEI

Investigación

El director de la Agencia Estatal de Investigación pide estabilidad para el sector tras dos décadas de “vaivenes”

Domènec Espriu reconoce en entrevista exclusiva con D+I que el ecosistema investigador español "no es todo lo bueno" que debería ser.

31 octubre, 2023 01:37
Madrid

"Progresa adecuadamente". Ese es el diagnóstico que hace el director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Domènec Espriu, sobre el panorama de investigación actual en España.

En una entrevista en exclusiva con D+I - EL ESPAÑOL, el responsable de la AEI explica que este ecosistema es "razonablemente bueno", pero "no es excelente". "Desde luego, no es todo lo bueno que nos gustaría y, posiblemente, tampoco todo lo que debería en relación con los indicadores objetivos como el nivel económico, la renta per cápita o el desarrollo del país".  

Según Espriu, la razón principal es que "ha estado sujeto a muchos vaivenes", ya que ha sido una de las áreas "que más ha sufrido" cada vez que se ha producido una crisis económica. "Las políticas de investigación lo que quieren es consistencia, continuidad, los resultados se ven a lo largo de muchos años (...) y los distintos gobiernos que ha habido, me remonto a muchos años atrás, no han sabido mantener esa consistencia y esa continuidad", apunta. 

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En este sentido, menciona crisis económicas como la del año 1993, después de las Olimpiadas, y la de 2008, donde la caída presupuestaria en las políticas públicas de I+D se reflejó a partir de 2011 y no se ha recuperado hasta hace muy poco tiempo. "No estamos hablando de una década perdida, sino de dos en las cuales la política de I+D en España ha sido muy justa a nivel de esfuerzo de los políticos públicos en general", resume. 

Entre las consecuencias que ha tenido la inestabilidad que ha sufrido la investigación durante los últimos años, Espriu destaca, por ejemplo, el hecho de que algunas generaciones de científicos no han podido desarrollar su capacidad en este país y han tenido que emigrar para buscarse la vida. Además, menciona el envejecimiento de los referentes más importantes en la I+D, ya que los profesores permanentes en universidades públicas tienen una media de entre 55 y 56 años.

A pesar de estas dificultades, el director de la AEI reconoce que los indicadores "han ido mejorando", aunque precisa que lo han hecho a un ritmo y nivel con el que no se puede "estar contento", ya que los de otros países "han mejorado más", Según explica, los ránkings reflejan la subida que ha experimentado el ecosistema español en los últimos años, pero también la irrupción de nuevos actores potentes en la escena como las universidades chinas o francesas. 

"No vamos a llegar al notable o al sobresaliente si no hay un esfuerzo más continuado", precisa. "El esfuerzo que se ha hecho en los últimos años, en parte con los fondos europeos, pero también con una apuesta decidida por la I+D, tiene que continuar". Así, señala que el mensaje que llega desde Europa es apostar por este ecosistema para desarrollar sociedades más sostenibles, justas, cultas y libres que le den a la innovación y a la investigación "el valor que deben tener". "La fórmula ya está inventada: hay que seguir la senda que nos marca la ley de la ciencia", afirma.

Récord de presupuesto 

El 2022 fue un año especial para la Agencia Estatal de Investigación por varios motivos, entre ellos, porque, por fin, lograron recuperar los niveles presupuestarios que alcanzaron su pico en 2009. En concreto, el ejercicio anterior la AEI contó con 1.358 millones de euros, una cifra superada en 2023, con más de 1.400 millones de euros, la más alta en la historia de este organismo y, según avanza Espriu, se espera que siga incrementándose de cara a 2024. 

"Para el año que viene podemos transmitir a los investigadores un mensaje de tranquilidad, hay dinero suficiente para todas las convocatorias que están saliendo este año y todas las que tienen que salir el año que viene", apunta. 

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El director de la AEI destaca, en concreto, dos convocatorias que califica como "estrellas". Por un lado, la de Proyectos de Generación de Conocimiento, que ha obtenido este año 625 millones de dotación, es decir, prácticamente la mitad del presupuesto total. "Esta es muy importante, es a la que todos los grupos de investigación concurren y están esperando, es un poco 'el pan y la sal' del sistema", cuenta. 

La otra es la iniciativa Ramón y Cajal, que suma más de dos décadas funcionando y ha conseguido incorporar "muchísima gente" al ecosistema investigador. "Es un programa de recursos humanos y si hay algo que la Agencia considera prioritario es la formación e invertir en personas", apunta. 

Predictibilidad y reducción de la burocracia

Al ser preguntado por cuáles cree que son las principales reclamaciones de los investigadores españoles, Espriu lo tiene claro: "la más obvia es que haya más recursos". 

Junto a ella, precisa que otra petición consiste en tener más definidas "las reglas del juego", es decir, que las convocatorias sean estables y en fechas predecibles. Algo en lo que, explica, están trabajando. "En los últimos dos años hemos dispuesto de presupuestos más estables, lo que ha hecho que aumente enormemente la predictibilidad de nuestras convocatorias", cuenta. "Y sería prácticamente como un reloj suizo si pudiésemos disponer de una programación plurianual como disponen nuestros colegas portugueses". 

También, menciona la simplificación burocrática. "Tenemos una legislación que es muy garantista desde el punto de control de las subvenciones, pero muy farragosa, tanto que actúa incluso con efectos disuasorios en muchos casos", lamenta. "Tenemos que avanzar hacia un sistema donde haya más confianza por parte de los agentes financiadores". 

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Espriu explica que estos mecanismos vienen basados en leyes como la Ley General de Subvenciones o la Ley de Contratos del Sector público que se hicieron hace muchos años sin pensar "en las peculiaridades de la investigación". Se trata de normativas que ayudan a tener "bien controlado el dinero público", pero que suelen llevar a complicaciones o distorsiones que "no tienen parangón en países de nuestro entorno". 

"Entonces, esa es otra petición que tiene el sector investigador: reducir de verdad la burocracia", afirma. "Tiene que haber una legislación que reconozca las especificidades de la investigación". 

Ante estas peticiones, el director de la AEI lamenta que ninguna de ellas son, realmente, competencia del organismo que dirige. "Hacemos propuestas, pero tienen que ser aprobadas", comenta. 

Por otro lado, señala que al sistema investigador le hace falta una estructura de financiamiento basal, un proyecto en el que el Ejecutivo está haciendo pruebas siguiendo el ejemplo de otros países del entorno. "Yo creo que sería un paso importante para el futuro", avanza.