El sector 'foodtech' español busca consolidarse en un mercado mundial que vuelve a repuntar.

El sector 'foodtech' español busca consolidarse en un mercado mundial que vuelve a repuntar.

Ecosistema Startup

Tras el ajuste inversor y con el empleo al alza, la industria 'foodtech' encara la recta final para consolidarse este 2025

Sostenibilidad, automatización y producción de nuevas proteínas en la hoja de ruta del foodtech español para escalar en el último tramo del año.

Más información: Los cinco magníficos del 'agrifoodtech' en España y Latinoamérica que enraízan la alimentación del futuro

Publicada

La industria de la alimentación está experimentando una reconversión de la mano de la innovación, en la que ha encontrado una gran aliada para crecer más allá de deleitar los paladares más exquisitos.

Productividad, eficiencia o sostenibilidad son parte de los hilos que mueven las empresas de un sector en el que la experimentación forma parte de su ADN, y que desde hace unos años vira hacia fórmulas y alimentos más saludables, personalizados y respetuosos con los recursos naturales.

Un viraje que se dejó notar, sobre todo, durante 2022 y 2023, cuando la inversión en foodtech en España alcanzó los 226 y 268 millones de euros respectivamente, y que, según la aceleradora especializada en tecnología alimentaria Eatable Adventures, se contrajo en 2024 al reducirse a los 179 millones en un contexto volátil e incierto.

Una cifra que, sin embargo, contrasta con un crecimiento del 4,8% del empleo en el sector, que el año pasado rebasó los 4.822 trabajadores, lo que es un claro signo de consolidación a pesar de no atraer tanto capital como en ejercicios anteriores.

De todas formas, el devenir de las inversiones va en consonancia con la caída que también sufrieron Europa (19%) y Asia (11%) durante 2024, mientras Estados Unidos registró un incremento del 18%, una muestra de recuperación en un mercado —el estadounidense— que registró un fuerte descenso en 2023.

De la euforia al aterrizaje

Tras la euforia inicial ante cualquier innovación prometedora, parece que ha llegado el momento de los ajustes y el repunte.

Para el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), 2024 fue un punto de inflexión para la industria en nuestro país “hacia un enfoque más consciente y sostenible” y reflejaba, en su informe AgriFood Tech in Spain 2024, un aumento del número de empresas y de la inversión para 2025.

En este escenario, Expo FoodTech y Pick&Pack for Food Industry, junto con el equipo de innovación del centro tecnológico Azti, han fijado un decálogo con las tendencias que marcarán la hoja de ruta del sector para los próximos meses.

El listado recoge desde la consolidación de la inteligencia artificial y la robótica hasta el auge de la nutrición personalizada y la adopción de modelos de innovación abierta. Un diagnóstico que, al margen de lo económico, refleja hacia dónde se mueve una industria con un consumidor cada vez más exigente.

Competencia sana y sostenible

En esta lista, una de las tendencias que sigue en boga es la inteligencia artificial (IA). Pero ahora esta tecnología ha pasado de ser una promesa a convertirse en la herramienta que impulsa el cambio de forma transversal. En las fábricas, la combinación de IA y gemelos digitales ya se está utilizando para recortar consumos y mejorar procesos de producción

En el caso del retail, estos modelos ya han permitido ahorros energéticos del 35% en pruebas reales, según se expuso antes del verano en Food 4 Future–Expo FoodTech 2025. Y en la gestión de la demanda, la predicción con IA está logrando recortes de hasta el 40% del desperdicio alimentario.

Automatización y robótica también son parte esencial del cambio y la consolidación de la industria, y abarcan desde la agricultura de precisión hasta la logística interna de las plantas. En el campo, sensores y brazos robóticos ya analizan en tiempo real el estado de los cultivos para optimizar las cosechas.

Mientras, en el entorno industrial, soluciones basadas en la levitación magnética permiten mover piezas sin fricción, lo que reduce el desgaste de las máquinas y mejora la eficiencia energética.

Precisamente, la sostenibilidad es el tercero de los ejes estratégicos. No se trata sólo de reducir emisiones, sino de integrar indicadores económicos, sociales y medioambientales en el modelo de negocio. Algo que únicamente es posible mediante el uso de herramientas que permiten medir, predecir y reducir el impacto de los productos a lo largo de todo su ciclo de vida.

Grandes marcas ya están trabajando en este sentido en sus instalaciones en nuestro país. Es el caso de la canadiense McCain, que se ha comprometido a implantar técnicas de regeneración en el 100% de sus cultivos de patata para 2030; o la estadounidense PepsiCo, que este año convertirá su planta de Etxabarri-Ibiña (Álava) en la primera de la compañía con emisiones netas cero gracias a la electrificación total.

Transparencia y trazabilidad completan este conjunto de tendencias orientado a mejorar la competitividad. En este sentido, Carrefour fue pionera en Europa al llevar blockchain a sus líneas de productos frescos y lácteos, con códigos QR que el cliente escanea para conocer origen y recorrido del producto.

En ese camino hacia la sostenibilidad operativa —tanto desde el punto de vista de la rentabilidad como de ahorro de recursos— la logística inteligente cierra el círculo con casos como el uso de sensores para controlar el stock o que no se rompe la cadena de frío, analítica predictiva o rutas diseñadas para reducir mermas y emisiones al tiempo que se mejora la seguridad alimentaria.

Innovación para alimentar al mundo

En cuanto a producto, la biotecnología está revolucionando lo que comemos. La fermentación de precisión, el cultivo celular y el uso de ingredientes como hongos o algas están dando lugar a nuevas proteínas con alto valor nutricional y bajo impacto ambiental.

Empresas como MOA y centros como Azti ya están desarrollando soluciones que permiten adaptar la alimentación a cada individuo en función de sus necesidades biológicas o estilo de vida. Sin perder de vista que el consumidor pide productos saludables sin renunciar al placer.

Pero este enfoque no sólo promueve el bienestar. Para 2050, cerca del 30% de los europeos tendrá más de 65 años, según estimaciones de EIT Food, lo que también impulsa la investigación y desarrollo de esas dietas a medida para prevenir enfermedades crónicas y favorecer el envejecimiento activo.

A esto también contribuirá el elemento clave en la presentación de cualquier producto: su empaquetado. La comunicación a través de los envases —ecoetiquetado, trazabilidad y smart labels— será decisiva para facilitar esas elecciones más saludables y sostenibles.

Además, la agenda de los próximos meses viene marcada por nuevas normativas respecto a desperdicio de alimentos y envases, que obligan a seguir las líneas de la economía circular con el uso de materiales que faciliten su reutilización y que permitan cumplir con el objetivo de reciclar el 90% en 2030.

Retos: innovación abierta y talento

Otra tendencia que gana protagonismo en España para impulsar esta industria es el modelo de innovación abierta con plataformas que conectan startups, centros tecnológicos y grandes compañías.

Los ejemplos más significativos son el Eatex Food Innovation Hub, puesto en marcha en 2022 con el apoyo del Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA) en Navarra; y la implantación de un sandbox en La Rioja, para probar tecnologías disruptivas en un entorno controlado y facilitar su llegada al mercado.

En cualquier caso, uno de los desafíos más urgentes para la industria alimentaria es la falta de talento especializado. Como ocurre en el resto de sectores, la transformación digital y sostenible requiere perfiles con conocimientos en robótica, IA y analítica de datos,

Ya en Food 4 Future–Expo FoodTech 2025 se subrayó que no basta con incorporar profesionales, es urgente construir culturas atractivas, flexibles y alineadas con los valores de las nuevas generaciones, con proyectos con propósito y trayectorias reales de crecimiento; y que la industria incorpore planes de formación tanto en fábricas como en procesos operativos.

Con un decálogo que cumplir, el foodtech español se prepara para afrontar los últimos meses de 2025 y revertir las cifras de inversión en los últimos años o, al menos, trazar el camino correcto para lograr esa escalada en el próximo ejercicio. Para ello será esencial que las promesas se conviertan en hechos, y que para su aplicación se disponga del talento necesario.