Espinosa de los Monteros, Abascal, Ortega Smith y Rocío Monasterio en la conocida foto de Colón.

Espinosa de los Monteros, Abascal, Ortega Smith y Rocío Monasterio en la conocida foto de Colón. Efe

Política

Abascal lamina a Ortega Smith, el último vestigio de los fundadores de Vox que plantó la bandera de España en Gibraltar

Boina verde y abogado, Javier Ortega Smith fue el primer vicepresidente del partido y el responsable de colar a Vox en los medios en sus inicios. Este martes Vox le ha comunicado que ya no forma parte de la Ejecutiva.

Más información: Abascal expulsa de la Ejecutiva de Vox a Ortega Smith, el último superviviente del grupo de fundadores del partido

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Las claves

Santiago Abascal ha apartado a Javier Ortega Smith de la Ejecutiva de Vox, eliminando así al último cofundador activo del partido, salvo el propio Abascal.

Ortega Smith fue protagonista de dos hitos mediáticos clave para Vox: la Operación Tarzán, donde plantó una bandera española en Gibraltar, y la popularización de versos de los Tercios Viejos de Flandes.

El ascenso de Abascal ha ido acompañado de purgas internas que han apartado a otros miembros fundadores y figuras emblemáticas como Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio y Macarena Olona.

Ortega Smith también tuvo un papel destacado como abogado en la acusación de Vox durante el juicio del 'procés' contra los líderes independentistas catalanes.

Son muchos los que consideran como hecho fundacional oficioso de Vox aquel día de 2015 en que Santiago Abascal se subió, megáfono en mano, a un banco de la calle Asunción 54, en Sevilla. Era la campaña para las elecciones andaluzas de aquel año y los exiguos 18.000 votos que logró el partido confirman que casi nadie escuchaba a su líder subido a aquel banco.

Dentro de la historia de Vox fueron, sin embargo, dos hechos los que catapultaron al partido al primer plano informativo. En ambos casos fueron la noticia del día. En ambos casos, el protagonista fue la misma persona: Javier Ortega Smith.

Clave en el despegue del partido, Ortega Smith ha sido laminado este martes de la Ejecutiva de Vox, lo que ha eliminado de facto cualquier vestigio de los miembros fundadores tras las salidas de Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio y Macarena Olona. Sólo queda Abascal.

Antes de aquel descalabro en las andaluzas de 2015, Ortega Smith, abogado, representó en 2012 a un todavía desconocido Santiago Abascal en un caso contra unos alborotadores que le habían increpado en el Ayuntamiento de Llodio. Desde ese momento surgió una amistad y un compromiso político con el que acabó siendo inscrito como vicepresidente del partido en el acta fundacional entregada en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior.

Operación Tarzán

El 20 de junio de 2016, siete miembros de Vox llegaron a la playa de Levante en La Línea de la Concepción. Tres de ellos eran exmilitares, que se habían conocido en las GOES, más conocidos como Boinas Verdes. Al frente de todos ellos, Javier Ortega Smith.

Ortega Smith, al otro lado de la verja tras su 'asalto' al Peñón.

Ortega Smith, al otro lado de la verja tras su 'asalto' al Peñón. Fernando Ruso

Ideólogo, estratega y líder de la operación, los siete nadaron hasta llegar a Gibraltar, donde desplegaron una bandera de España de grandes dimensiones y, al cabo de unos pocos minutos, salieron a toda velocidad para evitar ser detenidos por la Royal Police.

"Lo que más pena me dio fue dejar la bandera en el Peñón", confesó unos días después a EL ESPAÑOL. La tarea, el objetivo, sin embargo, se había conseguido. Vox había plantado la bandera en todos los informativos del país.

Los Tercios Viejos

"No os preguntarán por mí
que en estos tiempos a nadie
le da lustre haber nacido
segundón en casa grande,
pero si pregunta alguno
bueno será contestarle
que español a toda vena
amé, reñí, di mi sangre
pensé poco, recé mucho
jugué bien, perdí bastante
y porque esa empresa loca
que nunca debió tentarme
que perdiendo ofende a todos
que triunfando alcanza a nadie
no quise salir del mundo
sin poner mi pica en Flandes
¡Por España!
y el que quiera defenderla
honrado muera
y el traidor que la abandone
no encuentre quien le perdone
ni en Tierra Santa cobijo
ni una cruz en sus despojos
ni la mano de un buen hijo
para cerrarle los ojos".

Durante todo el año 2018, Ortega Smith recuperó unos versos de los Tercios Viejos de Flandes. Unos versos con los que cerraba, copa en mano, cada reunión, cada encuentro, cada manifestación. La dictadura de la viralidad hizo el resto y llevó por segunda vez a Vox al primer plano informativo.

El ritual del vino de Vox Clara Rodríguez

Lejos de los conocimientos económicos de Espinosa de los Monteros, de las soflamas del líder Abascal o de la personalidad arrolladora de Macarena Olona y Rocío Monasterio, Ortega Smith, ya secretario general de la formación en ese momento, era el alma española del partido más españolista.

Representaba la defensa de la patria, el honor a la bandera y el respeto a los valores tradicionales.

Era, probablemente, la persona de Vox con quien más se identificaban sus votantes.

Juicio del procés

Su última pica no la puso en Flandes, sino en el Tribunal Supremo, donde ejerció como abogado de la acusación de Vox a los líderes independentistas de Cataluña participando desde su comienzo en febrero de 2019 en la fase oral del juicio.

Sonados fueron sus encontronazos con el juez Marchena y más sonada aún fue la conclusión de la propia sala, que en su sentencia dejaron bien claro que “la presencia de partidos políticos en el proceso penal no es, desde luego, positiva” en tanto que se corre “el riesgo de trasladar al ámbito jurisdiccional la dialéctica e incluso el lenguaje propio de la confrontación política”.

Pedro Fernández y Javier Ortega Smith durante el juicio del procés.

Pedro Fernández y Javier Ortega Smith durante el juicio del procés. Efe

Las purgas de Abascal

Alejo Vidal-Quadras, Ignacio Camuñas o José Luis González Quirós, miembros fundadores de Vox, abandonaron el partido cuando Abascal consolidó su control y el partido tomó un rumbo más euroescéptico, católico y nacionalista. Otros pesos pesados, sin embargo, no lo hicieron de forma voluntaria.

El primer desencuentro se produjo con Macarena Olona.

Quizás una de las figuras más emblemáticas del partido, su candidatura en las elecciones andaluzas de 2022 no salió como esperaba el partido ni mucho menos como esperaba la propia Olona. Vox fue tercera fuerza política con casi medio millón de votos, pero las expectativas eran mucho más ambiciosas.

La dirección de la campaña y los resultados crearon el caldo de cultivo para que Olona dejase el partido por "prescripción médica incompatible con la exposición mediática".

Curiosamente, uno de los más críticos con Olona fue Espinosa de los Monteros, en aquel momento portavoz del partido en el Congreso y que apenas duró un año más en Vox. Cofundador y rostro económico e institucional del partido, acabó marchándose en 2023 tras un fuerte distanciamiento con Abascal y el giro de la dirección hacia el sector más duro y menos liberal.

Aunque su salida se presentó formalmente como decisión personal tomada por "motivos familiares", era evidente su desencanto con la deriva ideológica del partido y su pérdida de peso en la cúpula de la formación, donde Abascal se apoyaba cada vez más en figuras como Jorge Buxadé e Ignacio Garriga.

El otro referente de la etapa inicial que fue orillado de la primera línea fue Rocío Monasterio. Aunque la esposa de Espinosa de los Monteros no fue fundadora estricta del acta de 2013, sí es parte del grupo histórico de la formación y tardó un año más que su marido en salir del partido.

Monasterio fue relevada en octubre de 2024 por decisión de la dirección como líder de Vox en Madrid, lo que ella misma interpretó como una purga encubierta.

Sólo quedaba Ortega Smith. Orillado ya desde la salida de Olona, en aquel 2022, Abascal apartó a Ortega Smith de la secretaría general y colocó a Garriga en su lugar. Una relación que terminó de romperse cuando se agitaron los rumores de que pretendía disputarle el liderazgo del partido al propio Abascal en la Asamblea del partido en 2024.

Abascal volvió a relegarlo y le retiró de la vicepresidencia del partido. Sólo quedaba un paso más, que era sacarle de la Ejecutiva. Ya sólo falta por saber cuánto permanecerá en Vox, aunque echando la vista atrás da la sensación de que no será demasiado tiempo.