Felipe VI, en su primera visita como Rey al Parlamento Europeo, en octubre de 2015, junto al entonces presidente Martin Schulz.

Felipe VI, en su primera visita como Rey al Parlamento Europeo, en octubre de 2015, junto al entonces presidente Martin Schulz. Efe

Política UNIÓN EUROPEA

El Rey abrirá la celebración del 40 aniversario de España en la UE dirigiéndose al Parlamento Europeo en el pleno de enero

El borrador de calendario interno de la Eurocámara, al que ha accedido EL ESPAÑOL, agenda para el 21 de enero, a mediodía, sendos discursos de los jefes de Estado de España y Portugal para conmemorar 40 años de integración europea.

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Las claves

El Rey Felipe VI abrirá la celebración del 40º aniversario de la adhesión de España a la UE con un discurso ante el Parlamento Europeo el 21 de enero.

La sesión solemne en Estrasburgo incluirá la intervención del presidente de Portugal y será el acto central de la jornada plenaria.

La adhesión de España y Portugal en 1986 supuso el cierre del aislamiento internacional, la modernización económica y la plena integración en el mercado europeo.

En estos 40 años, España ha pasado de ser receptora neta de ayudas a convertirse en uno de los cuatro grandes de la Unión Europea.

Felipe VI abrirá la celebración del 40º aniversario de la adhesión de España a las Comunidades Europeas, en 1986. Lo hará con un discurso solemne ante el pleno del Parlamento Europeo, el miércoles 21 de enero, a mediodía.

La intervención del jefe del Estado español será el acto político de apertura de un año cargado de efemérides y balance sobre cuatro décadas de integración europea.

Según un borrador de calendario aprobado por la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo, al que ha tenido acceso este periódico, el pleno de Estrasburgo acogerá una sesión formal específica para conmemorar los 40 años de la adhesión de España y Portugal.

El documento de trabajo fija una sesión formal de 12.00 a 12.30 horas, en la que se prevé la intervención sucesiva del Rey Felipe VI y del presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, ante el hemiciclo de la Eurocámara.

Tras los discursos, el calendario reserva inmediatamente un bloque de votaciones, lo que confirma que se trata del acto central simbólico de la jornada.

La decisión de la Conferencia de Presidentes sitúa esta efeméride en el día central de la sesión plenaria de enero, tradicionalmente dedicada a marcar las prioridades del año político europeo.

La ceremonia se inscribe en una agenda comunitaria marcada por las guerras en el vecindario, las negociaciones comerciales y la pugna por la competitividad global.

La presencia del Rey en Estrasburgo pretende subrayar el compromiso de España con el proyecto europeo en un momento de tensión geopolítica y de fatiga ciudadana con las instituciones.

Felipe VI ya ha protagonizado otras visitas oficiales a las instituciones europeas desde su proclamación, en 2014.

En abril de 2015 realizó su primera visita como Jefe de Estado a Bruselas, donde se reunió con los máximos responsables de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo para reafirmar el compromiso europeísta de España.

Ese mismo año, en octubre, el Monarca intervino en una sesión solemne del pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, como hará en esta ocasión.

En aquel discurso, presentado por el entonces presidente de la Eurocámara, el socialista alemán Martin Schulz, defendió que "Europa puede contar con una España unida y orgullosa de su diversidad".

Integración y modernización

El 1 de enero de 1986, España y Portugal se incorporaron a las entonces Comunidades Europeas tras un proceso largo de negociación después de caer sus respectivas dictaduras a mediados de los años 70.

La adhesión fue la culminación de un proceso de transición democrática y de apertura económica con el que ambos países buscaban anclarse de forma irreversible en la Europa comunitaria. Y así se reflejará en la intensa actividad que las instituciones comunitarias prevén para rememorarlo.

La entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) supuso para España el cierre definitivo del ciclo de aislamiento internacional heredado del franquismo. También abrió la puerta a la plena participación en el mercado interior, a la libre circulación y al acceso a los grandes fondos de cohesión que transformarían el país en las décadas siguientes.

En estos 40 años, España ha pasado de ser un receptor neto de ayudas a convertirse en uno de los cuatro grandes de la Unión, junto a Alemania, Francia e Italia.

La economía española se ha modernizado, ha multiplicado su apertura exterior y ha convergido en renta per cápita y estándares sociales con las democracias más avanzadas de Europa.

Los fondos estructurales europeos y de cohesión han financiado buena parte de las infraestructuras que hoy vertebran el territorio, desde autovías y trenes de alta velocidad hasta depuradoras y redes eléctricas.