Cuando Antonio Zapatero, el médico internista que dirigió el hospital de campaña de Ifema y que, posteriormente, asumió la viceconsejería de Salud Pública y Covid-19, asió los papeles y el micrófono este miércoles, dispuesto a dar parte, como acostumbra, del avance de la pandemia en la comunidad, había medido muy cuidadosamente los términos que iba a utilizar.

Confinamientos selectivos de las zonas con más incidencia.

Sabía lo que implicaba. Sabía la bomba que suponía. Y, por si era poco, ahondó:

Hemos usado la palabra confinamiento porque creo que el tema confinamiento toda la ciudadanía lo entiende.

Boom.

El Fernando Simón madrileño

Cuentan quienes conocen a Antonio Zapatero Gaviria (Madrid, 1958), Toñín para los amigos, que pocas veces un pequeño gesto, una ligera elección de palabras, perfila tanto y tan bien la personalidad de alguien. Porque este médico metido a político, al que le precede un expediente inmaculado y lleno de altísimas referencias profesionales, al final no deja ser alguien “ambicioso”. “Insaciable, con muchas ganas de figurar”, resumen, en conversación con EL ESPAÑOL.

Por eso a nadie le extraña el sobrenombre con el que se le conoce en estos últimos tiempos: el zar de la Covid. Va con él: precisamente porque es verdad. Es el responsable político del virus en Madrid. El Fernando Simón castizo.

Esa forma de ser le ha aupado hasta su actual puesto, sí, pero también le puede echar fuera. Por dejar a su presidenta, a quien apostó por él para el departamento tras la dimisión de Yolanda Fuentes -que se marchó alegando “falta de medios”-, a los pies de los caballos. “Le he comunicado por whatsapp a la presidenta las medidas”, presumió. Y todo se vino abajo.

La tormenta se desató en la Real Casa de Correos. La consejería corrió a desmentirle. Otros consejeros, de otras áreas, tuvieron que dar la cara para negar la mayor. El matiz era importante. No cabía hablar de confinamiento “bajo ninguna de las maneras”, aludían. “Lo que la Comunidad se plantea son restricciones selectivas del movimiento de las personas”.

Él, mientras, se mantenía. Y se mantuvo. El terremoto había comenzado.

La fanfarronería de comentar su línea directa telemática con Díaz Ayuso, al final, era la pura verdad. Indican fuentes sanitarias que su “profesionalidad es expansiva”. “Él goza por haber tenido tanto protagonismo y por eso se permite el decir lo del whatsapp. Es un echado para adelante. Y, por eso, puso una serie de condiciones a la Comunidad cuando asumió el cargo. No va con él eso de ser un segundón”. Hay quien, incluso, insinúa que no le ha de reportar a su superior orgánico, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

Tanto es así que fue el propio Escudero quien mandó un mensaje de tranquilidad a las 24 horas, este jueves, tras intentar la propia presidenta que lo grabara Zapatero, según la Cadena Ser. Es un extremo que desmienten desde el entorno de Ayuso: "No se ha forzado a nadie a nada. Es falso. Se ha decidido que fuese Escudero una vez que se ha comprobado que por agenda estaba disponible para grabar mensaje".

"Como anunció ayer el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, estamos en una situación de crecimiento sostenido y, ante la posibilidad de tener que tomar decisiones en cuanto a la supresión de la actividad programada con carácter general, estamos trabajando en una propuesta para tomar decisiones en el sentido de restringir la movilidad y reducir la actividad en las zonas que hemos detectado que se produce una mayor transmisión y que anunciaremos con mayor detalle. Otras comunidades autónomas han tomado decisiones en este sentido y Madrid va a realizarlo en esa línea que pretendemos siempre, para tratar de detener y contener al virus", despejó Escudero, como pudo.

"Nadie conoce a otros viceconsejeros"

Su llegada a la consejería no fue fácil. Aunque le precedía toda su fama tras la puesta en marcha del hospital milagro de Ifema, como gustan llamar al centro sanitario de campaña en los mentideros madrileños, nada más aterrizar propició la destitución del anterior responsable de coordinación sociosanitaria, Carlos Mur. La reestructuración hizo que la tensión copara todas las relaciones en el ramo de Escudero. Y hasta hoy.

“Ahora él disfruta mucho del protagonismo: si te fijas, nunca se ha conocido el nombre de un viceconsejero. Nadie sabe el nombre de nadie con ese cargo ni en este gobierno ni en otros gobiernos históricos de la Comunidad de Madrid”, ríe un excolega. Otra persona que coincidió con él en una etapa anterior manifiesta que “cuando entra en una sala, le gusta hacer notar que es él el importante. Si habla otra persona, sólo pone la puntilla. Disfruta del poder”.

Así, continúa la fuente, “no creo que él engañe a la presidenta, sino que él es así y se le ve. A él se le ha dado ese papel y lo ha hecho, pero en política eso no se hace. No ha medido en esta ocasión”, lamenta.

Una expromesa del tenis

Poca gente fuera de los círculos sanitarios sabía de Zapatero hasta esta semana. Licenciado y Doctor en Medicina por la UCM, antes de hacerse cargo de Ifema estuvo en el Hospital de Fuenlabrada. Primero como jefe de servicio de Medicina Interna y, posteriormente, como director médico.

Prácticamente en cada hospital de Madrid le conocían: también era profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Rey Juan Carlos y presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas. Por no hablar de que integraba una de las candidaturas al Colegio de Médicos de la capital. Liderándola.

Aunque donde su nombre también resonaba con fuerza era en las canchas de tenis. No en vano, y aunque ahora también se haya aficionado al pádel, Zapatero fue una de las figuras relevantes de este deporte en nuestro país. Llegó incluso a ser considerado una promesa del tenis en los 70. En la misma generación que Fernando Luna, Paco Ferrer, los hermanos Margets, Miguel Mir y Juan Carlos Andrade.

“Zapatero para que aporte su acreditada experiencia médica y que la Comunidad de Madrid lidere bajo su dirección la salida de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19”, adujo Ayuso cuando lo nombró. Está por ver si le dedica ahora alguna palabra cuando, efectivamente y tal y como él predijo, vuelvan a restringir Madrid.

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