Francisco Javier Guerero. Sevilla
Cuando la corrupción te persigue después de muerto: Guerrero, exalto cargo del PSOE, condenado hasta en la tumba
La familia del que fuera director general de Empleo ha visto cómo su nombre aparecía en una decena de sentencias sobre el macro caso de corrupción.
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Francisco Javier Guerrero murió en octubre de 2020. Sin embargo, su espíritu sigue 'flotando' alrededor del macro caso de corrupción de los ERE. Su nombre ha aparecido en casi una decena de sentencias desde que falleció y hasta ha sido condenado en este tiempo.
Guerrero, cabe recordar, fue director de Empleo de la Junta de Andalucía cuando el PSOE gobernaba la comunidad. Entonces gestionó de una forma más que dudosa una importante cantidad de dinero público.
La Justicia dictó que el exalto cargo del PSOE repartía dinero a discreción y sin control, a veces desde un bar cerca de su oficina, donde 'despachaba' con cargos amigos.
También se probó que él y su chófer usaron dinero público en la compra de cocaína. Un escándalo que causó un gran revuelo y que llevó a su conductor a ser conocido como 'el chófer de la coca' en la trama de los ERE.
Ni los escándalos ni su nombre se enterraron con su cuerpo. Porque Guerrero 'resucita' cada vez que una sentencia lo saca a la luz por casos de corrupción de hace años.
Dinero público
Lo saben su hija y viuda. A ellas dos se les condenó en su momento a devolver 200.000 euros por una ayuda para prejubilaciones de la empresa Saldauto Sevilla. En el primer aniversario de su muerte, condena a su nombre.
La historia se repitió este año. En este mes de septiembre, ambas, que aceptaron la herencia a beneficio de inventario, es decir, no pueden heredar deudas, fueron notificadas porque debían pagar casi 70.000 euros por ayudas concedidas por Guerrero a la empresa Surcolor en un ERE.
La sentencia, que designaba a su mujer e hija como pagadoras, sentenciaba como culpable a Guerrero. Ni muerto se libra de los escritos judiciales.
Pero, además de cuestiones que le señalan a él y a su familia, Guerrero aparece también en escritos judiciales de antiguos amigos y socios.
Condena
Así, también este mes de septiembre Guerrero aparece en la condena de 15 y 22 meses de prisión para dos beneficiarios de ayudas concedidas por la Consejería de Empleo por su amistad con... Justo, con Guerrero.
De esta forma, el exalto cargo, ya muerto, aparece en la condena como quien fue responsable de los pagos.
Guerrero se convirtió en símbolo del descontrol del sistema de ayudas. Fue él mismo quien, en una de sus declaraciones más recordadas, habló de las “juergas” y del dinero público gastado en “cocaína y copas”.
La paradoja es que el exalto cargo ya no puede defenderse, pero los fallos continúan situándole en el centro del entramado. Cada vez que un tribunal cita su nombre, el eco político del caso ERE reaparece, recordando que no fue un capítulo cerrado en 2019 con la sentencia de la pieza política, sino un relato judicial que se deshilacha en decenas de ramificaciones.
Piezas
Y no parece que vaya a parar. Porque el caso de los ERE sigue dando sentencias de condena para quienes participaron en la trama. Hay decenas de piezas que aún están por juzgar y en algunas de ellas, no está claro cuántas, puede volver a aparecer el nombre de Guerrero.
Este alto cargo, una especie de Cid Campeador de la corrupción, que pierde casos después de muerto, puede ser un problema para el PSOE. Porque el rosario de escritos constante sobre el caso ERE supone un recuerdo de la trama de corrupción.
Más aún, cabe destacar, cuando las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina. Entonces el PSOE va a apostar por horadar la imagen del Gobierno de Juanma Moreno a través de una crítica a la gestión de los servicios públicos.
No tienen en mente, señalan fuentes del PSOE, el caso ERE. Han "pasado pantalla", señalan. Ahora toca hablar de sanidad y educación. Y de dependencia. Otra cosa es lo que digan los jueces, que tienen además en sus manos otra bomba del caso: saber qué pasa con los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán.