Una profesora con una alumna con autismo. Cedida
Conflicto con los 'profes sombra' en Andalucía: La Federación de Autismo estalla y no renovará el convenio con la Junta
Los colegios públicos reconocen que hacen falta profesores de apoyo para los niños con necesidades especiales, pero son los padres los que pagan mensualmente a estos docentes 'voluntarios'.
La Junta de Andalucía indica que es "optimista" en la negociación del convenio y recuerda que los niños con necesidades especiales reciben apoyo de otros profesionales en los centros.
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Es una situación dantesca y se ha llegado al límite. Cuando un alumno o alumna de un colegio público en Andalucía tiene una necesidad especial -autismo, TDAH u otro tipo de discapacidad intelectual- es muy posible que necesite un profesor de apoyo para seguir el ritmo de los demás compañeros o acercarse lo más posible dentro de sus capacidades.
Es lo que se llama profesor sombra. Los directivos de los propios colegios públicos son los que se suelen poner en contacto con los padres para avisarles de que su hijo o hija necesitaría un profesor sombra.
Es decir, los docentes reconocen que esa ayuda sería muy útil para ese alumno. Pero acto seguido señalan que no tienen medios para ello.
La solución es que son los padres los que tienen que pagar el sueldo de esos profesores sombra. Las cantidades varían en función del número de horas, aunque suelen estar en torno a los 10 euros por hora. 300, 400, 500 euros al mes...
Que los padres tengan que abonar esa cantidad mensual en un colegio público para que su hijo sea bien atendido ya es de traca. Pero además no es tan fácil.
Para solicitar ese profesor sombra, hay que hacerlo a través de alguna de las asociaciones que tienen un convenio firmado con la Junta de Andalucía. Estas asociaciones hacen el plan formativo específico para ese alumno y unas veces se encargan de buscar al profesor sombra y otras veces son las propias familias las que los buscan.
Hay un hecho importante. Para poder tener un profesor sombra hay que acreditar que se tiene autismo. Hay menores con necesidades especiales y discapacidades importantes que no tienen autismo como tal y no pueden acceder a este servicio. Es incongruente, pero está así marcado.
Otro aspecto de esta peculiar historia de los profesores sombra es que son voluntarios. La Junta de Andalucía, a través de los colegios, reconoce que hacen falta. Pero como no tiene dinero para pagarles ni para que sean funcionarios, deja un vacío.
Estos profesores son sombra porque acompañan al alumno y sombra porque están en un limbo en los colegios. Son 'voluntarios' contratados por las asociaciones y su sueldo no está definido, sino que lo suelen negociar con los padres. Es extraño, pero así se está funcionando desde hace años.
La Federación de Autismo de Andalucía no aguanta más y ha decidido no renovar el convenio con la Junta de Andalucía.
Lo aprobaron ayer por la tarde en una asamblea celebrada en Sevilla. "Esta decisión no ha sido fácil. Ha supuesto un profundo debate interno entre entidades federadas y una división dolorosa, que ha puesto a prueba la cohesión y el espíritu de colaboración que siempre ha caracterizado a nuestra Federación. Pero creemos que defender los derechos fundamentales debe estar por encima de las soluciones parciales o las salidas rápidas", han indicado en un escrito publicado en Change.org en el que ya se han recogido más de 1.500 firmas de apoyo en solo unas horas.
No todas las asociaciones han votado a favor de esta ruptura. "Consideramos que suprimir un recurso existente sin una alternativa real y disponible es injusto y perjudica directamente a los niños y a las niñas más vulnerables", indican desde una de estas asociaciones.
Ponen un ejemplo claro. "¿Se imaginan que te digan en un hospital que traigas a tu propio profesional sanitario para que te ponga el tratamiento? Eso mismo se nos está pidiendo ahora desde Educación: que las familias se hagan cargo de una necesidad reconocida por los propios colegios".
Desde la Asociación indican que el sistema actual pactado con la Junta de Andalucía fue "una solución excepcional y temporal para dar apoyo a casos especialmente complejos, pero se ha convertido en una práctica generalizada que traslada a las familias una responsabilidad que no les corresponde".
"La educación no solo es un derecho gratuito, sino también obligatorio, y por tanto la Administración está legal y moralmente obligada a disponer los recursos necesarios para garantizarla", señalan desde la Federación de Autismo de Andalucía.
También hacen mención en su escrito a la esperpéntica situación de los 'voluntarios'. "No queremos voluntarios para esto. Los y las menores TEA tienen derecho a contar con personal cualificado, formado y contratado, no con personas voluntarias que asumen, sin garantías ni respaldo, una responsabilidad tan compleja como es el acompañamiento educativo especializado".
La respuesta de la Junta de Andalucía
Fuentes de la Junta de Andalucía consultadas por EL ESPAÑOL indican que están en plena fase de negociación del convenio, que hay "tiras y afloja" con varias asociaciones y que, en líneas generales, se muestran "optimistas" con que se llegue a firmar ese convenio de colaboración. La semana que viene seguirán las reuniones.
Desde el gobierno autonómico inciden en que son "monitores" que entran en las aulas para ayudar a los alumnos con necesidades especiales, pero que no son docentes como tal.
También subrayan que el alumnado con necesidades especiales recibe apoyo en los centros públicos por parte de profesionales como los PT (profesores de Pedagogía Terapéutica), logopedas o PTIS (profesional técnico de integración social).
Sí reconocen, no obstante, que las horas de atención a cada alumno son insuficientes ante el elevado número de niños y niñas con necesidades especiales. En Andalucía hay casi 90.000 niños con necesidades educativas especiales.
En este sentido, desde la Consejería apuntan que cerca del 90% de los niños con necesidades especiales están integrados en aulas ordinarias y que han multiplicado su presupuesto hasta rozar los 600 millones de euros.