El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un acto de la Policía celebrado en Málaga.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un acto de la Policía celebrado en Málaga. EFE/Álvaro Cabrera

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Acoso sexual a una policía en una embajada: "Si no has quedado para follar te vienes con nosotros, es una orden"

La Audiencia Nacional investiga la querella presentada por una agente hacia un subinspector y otro compañero por acosarla sexualmente en su delegación diplomática.

Más información: El juez obliga a Interior a impedir que el comisario de la Embajada en India contacte con la agente que le acusa de acoso

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"Si no has quedado para follar, te vienes con nosotros, es una orden. Y si no, te haces pajas como todos en casa". Esas eran las palabras con las que se dirigían a Susana, agente de la Policía Nacional, un subinspector y otro miembro del Cuerpo en una Embajada de España en África durante su permanencia en ese destino como parte de la misión de seguridad diplomática. 

Esos episodios se produjeron durante los años 2023 y 2024. El verano de ese segundo año, el 19 de agosto, Susana (nombre ficticio) presentó una querella ante el Juzgado Central de Instrucción n.º 4 de la Audiencia Nacional, por sendos delitos de acoso laboral, acoso sexual, amenazas y lesiones psicológicas. Al mismo tiempo, en el Juzgado Central de Instrucción n.º 1 se investiga otro caso similar, solo que en la embajada de España en la India.

La agente de policía, según la querella a la que ha accedido EL ESPAÑOL, fue destinada a mitad del año 2022 a una misión en el extranjero por la División de Cooperación Internacional de la Dirección General de la Policía. En un edificio de la zona de seguridad de la embajada se le asignó una vivienda, donde también residían el resto de sus compañeros y el personal laboral del edificio, teniendo un salón comedor social y un gimnasio compartido por todos.

A principios del año 2023, Susana comenzó a sufrir un grave acoso laboral y sexual, con frases vejatorias y humillantes continuas, creando un clima de hostilidad insoportable promovido por la jerarquía del equipo. Concretamente, de parte del subinspector J.P.L.C., apoyado por el policía del mismo equipo A.Y.M.

Estas situaciones le produjeron, según su querella, un importante deterioro en su salud mental. La mujer policía tuvo que soportar durante casi dos años frases hacia su persona tales como la que abren esta noticia, expresada por su superior al negarse ella a acompañarlos en sus juergas.

En otra ocasión el policía al que denunció llegó a rodearla con sus brazos con fuerza, mientras se frotaba en su cuerpo y le decía cosas al oído, sin que ella pudiera zafarse y en presencia del subinspector al que pidió ayuda. Este le respondió: "Yo en temas de abusos no me meto, vosotros sabréis. Yo soy más de follar que de discutir".

Ambos se encontraban, dice la querella, en estado de embriaguez. El policía no se detuvo, siguió lanzándole gestos obscenos con sus dedos en la boca.

Susana fue conocedora que estos dos varones ya habían protagonizado hechos similares por los que el Consejero de Interior de la Delegación Diplomática había abierto una información reservada.

Antecedentes

Esas situaciones previas fueron comunicadas a la División de Cooperación Internacional y al serles comunicada a ambos, les llevó a pensar que era ella la que había hablado.

Susana dejó de compartir eventos y comidas con sus compañeros, tratando de evitar estas situaciones, por lo que se vio sometida a continuación a un aislamiento por parte de los dos denunciados, los cuales dejaron de hablarle.

Los dos policías contra los que se querellaría después le hicieron la vida imposible. No le facilitaban la información indispensable para el desarrollo de sus funciones, se negaban a compartir vehículo oficial, incluían canciones en el grupo de WhatsApp de trabajo en el que se usaban expresiones como “rata, topo o chivata” en clara referencia a su persona, sometiéndola entonces a un
importante acoso laboral.

Defensa

La situación fue agravándose progresivamente incluso con amenazas, pese a que varios testigos ya habían corroborado los hechos y los habían trasladado a sus superiores.

La agente, única mujer policía en este país extranjero y encontrándose totalmente desamparada, solicitó ayuda a través del teléfono confidencial de Atención y Ayuda a la mujer policía de la propia División de Cooperación Internacional.

Ambos querellados, una vez abierto el Protocolo de Actuación ante situaciones de Acoso laboral y sexual de la Policía, fueron cesados de su puesto de trabajo en el destino internacional, abriéndose un expediente disciplinario, desconociendo en la actualidad el resultado del mismo.

Susana, tras tener que recibir asistencia psicológica por los hechos, decidió presentar una querella gracias a su abogado Marco Antonio Navarro, del sindicato JUPOL. Además de la investigación judicial, solicita la declaración de numerosos testigos y la práctica de pruebas documentales y periciales.