Valencia

Tras cinco años de bloqueo político, el proyecto de la Terminal Norte del Puerto de Valencia, que prevé duplicar el tráfico de contenedores del recinto, ha obtenido el informe favorable del Ministerio de Transición Ecológica.

Compromís, que lideró este boicot por razones ecológicas, contó con Esquerra Republicana de Catalunya y Unidas Podemos como grandes aliados en el Congreso de los Diputados. Mientras se paralizaron las obras en el Puerto de Valencia, en el de Barcelona, su competidor en el Mediterráneo, avanzaron sin apenas contestación política.

La luz verde a la mejora del Puerto de Valencia coincide precisamente con el polémico nombramiento de un dirigente de ERC, Lluís Salvadó, como presidente del Puerto de Barcelona.

Salvadó, diputado de ERC y vicesecretario de coordinación interna del partido, dirigirá el ente a la espera de ser juzgado por malversación por el referéndum ilegal convocado el 1 de octubre de 2017.

Poco después de que ERC confirmara a su candidato para Barcelona, el principal competidor del recinto valenciano, la Autoridad Portuaria de Valencia confirmó que ya ha recibido el informe de compatibilidad con la estrategia marina emitido por la Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, para retomar la licitación.

El informe de la Dirección General de Costas conocido este lunes y que da luz verde a la mejora del Puerto de Valencia concluye que "a la vista de la documentación e información disponible", los efectos de la actuación "no pondrán en riesgo la consecución del buen estado ambiental".

[El Gobierno autoriza ampliar el Puerto de Valencia sin hacer una nueva declaración de impacto ambiental]

Los técnicos del Puerto de Valencia ya están analizando el documento para convocar de inmediato un consejo de administración extraordinario en el que se aprobará el proyecto y se atenderán las recomendaciones de Costas, según confirmaron a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del proceso.

Los independentistas catalanes, junto a Compromís y Unidas Podemos, presentaron en mayo una iniciativa en el Congreso para evitar su ejecución y demoler las obras ya realizadas. Pero la ofensiva empezó años antes, una estrategia que para los empresarios y la derecha valenciana constata el intento de "intromisión" o "injerencia" por parte del independentismo catalán.

El proyecto valenciano

La ampliación norte del recinto valenciano comenzó en 2012 con la construcción de un gran dique de abrigo que costó 203 millones de euros. El proyecto cuenta con la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), del año 2007. Pero el puerto, para lograr un muelle más rectilíneo y operativo, optó por modificarlo y proyectar una gran explanada pegada al dique.

Se abrió entonces un intenso debate sobre si este cambio en el proyecto podía realizarse sin una nueva DIA. El Gobierno de España, a través de Puertos del Estado, se pronunció en marzo y concluyó que no será necesaria una declaración de impacto ambiental adicional a la realizada en 2007 y bastará con una certificación de la propia Autoridad Portuaria de Valencia.

El Puerto de Valencia en una imagen reciente. EUROPA PRESS

Pero los socios a la izquierda del PSOE, especialmente los partidos independentistas catalanes y nacionalistas valencianos, mantienen su ofensiva contra la ampliación. Y no solo eso, sino que en mayo llegaron a proponer la demolición de las obras ya realizadas.

En concreto, ERC, Unidas Podemos, Compromís, la CUP y Nueva Canarias defendieron una controvertida proposición que solicitaba al Ejecutivo demoler las obras ya realizadas y que "desista del proyecto actual de ampliación norte del puerto". 

Sobre el dique ya construido se pronunciaron de forma explícita. "Se insta al Gobierno para que el Ministerio de Fomento proceda al desmantelamiento del dique norte de abrigo, en tanto en cuanto se haya desistido del proyecto de ampliación del puerto y este es parte de la primera fase de la misma".

A juicio de los firmantes, el desmantelamiento "paliaría el lamentable estado de las playas del sur (Pinedo y el Saler), así como la amenaza para el parque natural de l’Albufera". 

Finalmente, el pleno del Congreso de los Diputados rechazó la propuesta por 270 votos en contra, 59 a favor y 14 abstenciones.

ERC contra Valencia

La formación independentista no tiene representación en la autonomía valenciana, pero se ha pronunciado con contundencia contra la ampliación del Puerto de Valencia. "Otro pelotazo más en el País Valenciano, esta vez de manos del PSOE", denunció ERC en el Congreso.

Además, en 2021, el eurodiputado de ERC Jordi Solé visitó Valencia para reunirse con colectivos sociales que rechazan la obra y denunció que se trata de un proyecto "agresivo con el entorno".

Mientras, avanza en Barcelona sin apenas rechazo político el proyecto para la ampliación sur del recinto de la Ciudad Condal, con el que compite el recinto valenciano por el tráfico en el Mediterráneo. "¿Por qué en Barcelona no dicen nada contra la ampliación sur? Es una auténtica vergüenza", se preguntó la diputada valenciana del PP Belén Hoyo durante el debate en el Congreso.

En los primeros cuatro meses del año, Barcelona incrementó su tráfico general mientras Valencia perdía casi 4 puntosSe trata de una tendencia peligrosa, subrayan los defensores de la ampliación, lo que implicaría una pérdida de conectividad. La alta congestión de las terminales del Puerto de Valencia ha generado problemas logísticos en el último año.

De no haber surgido estos problemas, el recinto defiende que estaría cerca de los seis millones de contenedores en tráfico. Alrededor de 20.000 empresas hacen uso de sus muelles y por mar salen el 70% de las exportaciones de Ford, según defiende el PSOE.

Lluís Salvadó, que percibirá 115.000 euros anuales por su nuevo cargo en el Puerto de Barcelona, asumirá formalmente este martes la dirección de la empresa pública. Este lunes afirmó que apuesta por dar "continuidad" a los proyectos actuales.

Salvadó también marcó posición sobre los cruceros, un modelo turístico cuestionado por la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau. "Obviamente, el Puerto de Barcelona tiene que hacer su política. Los cruceros son un proyecto estratégico para el país y como en todo se tiene que encontrar un punto de equilibrio", manifestó.

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