Alfons Flores y Lluc Castells, en el escenario con lazos amarillos.

Alfons Flores y Lluc Castells, en el escenario con lazos amarillos. Twitter

España TEATRO REAL

Dos lazos amarillos malogran el éxito de La Fura dels Baus en el Teatro Real

  • El escenógrafo Alfons Flores y el figurinista Lluc Castells salen a saludar en el estreno de Fausto, de Gounod, con el símbolo político en la solapa, provocando numerosos abucheos que deslucen la aclamada obra dirigida por Àlex Ollé, que no lo llevaba. 
  • Los Reyes, Felipe VI y Letizia Ortiz, la vicepresidenta, Carmen Calvo, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, acudieron a la puesta de largo de la nueva temporada de ópera.
  • Letizia, atrevida y elegante, en su noche con 'Fausto'
20 septiembre, 2018 01:05

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Dos lazos amarillos deslucieron en la noche de este miércoles en el Teatro Real el estreno de Faust, de Charles Gounod, en una producción con puesta en escena de Álex Ollè, uno de los fundadores e integrantes de la pionera compañía catalana La Fura dels Baus. 

El Teatro Real celebraba la inauguración de su temporada con una gran presencia institucional, encabezada por los Reyes, Felipe VI y Letizia Ortiz, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, los ministros de Cultura y Agricultura, José Guirao y Luis Planas, o la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, entre muchas otras personalidades de distinto signo político.

La representación de Faust, una vanguardista coproducción del Real y la Ópera Nacional de Ámsterdam, cautivó a los espectadores del teatro madrileño por sus potentes imágenes, conceptos teatrales y sus voces, entre las que destacaron el tenor Piotr Beczala y el bajobarítono Luca Pisaroni, que fueron interrumpidos en varias ocasiones con encendidos aplausos del públicos. En ningún momento la política o la crisis en Cataluña tuvieron protagonismo alguno en el acto cultural y social... hasta los últimos minutos de más de tres horas de velada teatral, cuando ya no sonaba la música.

Dos miembros del equipo artístico

Los abucheos se produjeron al final de la representación, mientras el público aplaudía a los artistas, que saludaban al público. Los últimos en salir al escenario fueron los miembros del equipo artístico, como es habitual. El escenógrafo y responsable del vídeo Alfons Flores y el figurinista Lluc Castells lucían el símbolo político contra el Estado. 

El público, entre el que había empresarios, políticos y representantes de la cultura, se dividió entre los que aplaudían con ganas la producción y los que la pitaban o abucheaban. Era la diferencia entre los que no se habían percatado de la presencia del símbolo político independentista y los que reaccionaban tras haberlo visto. En el patio de butacas se escucharon numerosos "fuera" y algún "¡Viva el Rey!", que observaba desde la tribuna real, un lugar que sólo se ocupa cuando acude el jefe de Estado. Otros, los menos, mostraban su descontento con la producción, algo habitual en el coliseo madrileño, con un público exigente y crítico.

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El responsable de la producción no lo llevaba

No todos los artistas catalanes que participaron en la producción portaban el símbolo independentista, que simboliza una protesta contra el Estado, sus instituciones y sus leyes. Es más, el responsable de la puesta en escena, Álex Ollè, muy querido en el Real y que en los últimos años ha puesto en escena otras tres otras producciones propias (El holandés errante, Fidelio y Mahagonny) no lo llevaba y no tuvo que ver en el gesto personal de sus colaboradores. Él es uno de los seis codirectores artísticos de La Fura dels Baus, la prestigiosa compañía catalana que promociona en su web el estreno de Fausto en el Real

Tampoco lo portaba ninguno de los numerosos trabajadores del teatro, en el que hay una destacada presencia catalana, ni el resto de responsables artísticos de la producción, que incluyen al director de orquesta israelí Dan Ettinger, el iluminador alemán Urs Schönebaum, la asistente del director de escena, Valentina Carrasco, o el director del coro, Andrés Máspero, ambos argentinos.

Algunos de los asistentes, aún sin salir de su asombro a la salida del teatro, lamentaron en conversación con este periódico el gesto político de dos de los miembros del equipo artístico dirigido por Ollé. "Precisamente queremos que la cultura sirva para tender puentes, que sea un elemento de encuentro y no de desunión", explicaba uno de los gestores culturales catalanes presentes. Hasta que fue deslucida, la ocasión era perfecta: un equipo artístico internacional con importante presencia catalana triunfando en el Teatro Real de Madrid, que además programó la obra para su gran puesta de largo de la temporada y contaba con personalidades políticas de todo el país. 

La obra comenzó con un cerrado aplauso a los Reyes en cuanto aparecieron en la tribuna de honor. Justo antes de la representación sonó el himno de España, que fue escuchado con respeto por los asistentes y un aplauso al término.

Al acto acudieron también el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, los embajadores de Francia y Bélgica, el director general del Liceu, Valentí Oviedo, el director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, periodistas como Iñaki Gabilondo o Francisco Rosell, o personalidades como Isabel Preysler o Carmen Lomana, entre otros.