Mar Tribaldo, psicóloga geriátrica.

Mar Tribaldo, psicóloga geriátrica. Cedida

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Mar Tribaldo, psicóloga geriátrica: "Las terapias con videojuegos no suponen gran dificultad para los mayores"

ENCLAVE ODS habla con la experta de ORPEA sobre la importancia de “ganar más años a la vida, pero también más vida a los años”. 

27 noviembre, 2023 16:47

Cuando pierden la capacidad de disfrute, cuando sienten que te olvidas de ellos, cuando son conscientes de que están en la última etapa de sus vidas y tienden a rendirse… Es entonces cuando nuestros abuelos necesitan más cariño y reclaman más apoyo que nunca. Y ahí están, al rescate, los psicólogos geriátricos, unos ángeles que les jalean para que vuelvan a jugar con la vida, a gozarla en plenitud sin que los años pesen como losas y traigan nubarrones.

Esta especialidad, absolutamente necesaria y en demanda creciente, es una figura imprescindible en las residencias de ancianos. Esos hogares en los que ya viven más de 400.000 abuelos y abuelas españoles y que, dada nuestra esperanza de vida, la cifra irá incrementándose.

Y es asunto de todos, “ganar más años a la vida, pero también más vida a los años”. Eso dice Mar Tribaldo, licenciada en Psicología y máster en Gerontología Social y Educativa por la Universidad Complutense de Madrid y psicóloga de ORPEA (líder en el sector de atención a las personas mayores y dependientes) en la residencia de Madrid Aravaca. Y además nos desvela los desvelos por los que pasan nuestros queridos séniores, sus preocupaciones, sus inquietudes y la importancia que tiene el saber detectar los primeros signos de que algo falla. 

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Las cifras dicen que el 20% de los mayores de 60 años presentan problemas de salud mental. “En esta franja de edad debes ser capaz de observar con mucha más atención y recopilar información, sobre todo con personas con demencia o deterioro cognitivo porque muchas veces no saben expresar qué es lo que les ocurre exactamente", asegura Mar, nuestra entrevistada experta en entender la psique de los ancianos.

Y añade: "Pasa un poco a veces como con los niños en el pediatra. Los síntomas más habituales son depresión, ansiedad y demencia y las primeras señales de alarma son mayor irritabilidad, cansancio, desconexión con la realidad...". En estos casos, señala la experta, y para que no se convierta en algo patológico, los mayores deben ponerse en manos de un especialista

¿Qué requisitos debe cumplir un buen psicólogo de mayores? 

La psicología geriátrica es una especialidad de la psicología que aborda todas las cuestiones relacionadas con la salud mental en la población de personas mayores. Da soporte a quienes la padecen y a su entorno. Puedes hacer máster en Psicología Geriátrica y en Gerontología, como es mi caso, para especializarte con más profundidad en este sector.

¿Cree que la figura del psicólogo está debidamente instalada y valorada en los centros de mayores?  

No puedo hablar por el resto de las residencias de mayores, en ORPEA tenemos unos cincuenta centros distribuidos en toda España y todos ellos cuentan con la figura del psicólogo. Aunque no sea obligatoria, por supuesto que el psicólogo no solamente desempeña un papel muy importante y necesario, sino, a mi parecer, imprescindible en el envejecimiento activo. Afortunadamente las personas empiezan a valorar nuestra figura.

Tener buena salud es un compendio de bienestar físico, psicológico y social. ¿Se dan en las residencias los tres requisitos o se cojea de alguno?

Sí, se atiende a los tres requisitos: físico, psicológico y social. Las residencias de mayores han cambiado mucho en los últimos años, debemos quitarnos la imagen de la cabeza de lugares sedentarios. Las residencias cuentan con profesionales de todos los ámbitos sociosanitarios.

En nuestro caso contamos con médicos, enfermeros, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, técnicos en animación sociocultural, también con cocineros propios… Se trata de cubrir holísticamente las necesidades físicas, psicológicas y sociales. Aquí los mayores hacen actividades de ocio, terapéuticas, tienen sesiones rehabilitadoras, van al cine, de excursión… todo ello planificado por profesionales. 

¿Cómo influye una mente sana en la salud general? 

Está demostrado que tener una buena salud mental impacta positivamente en la salud física y viceversa. Una mente 'sana' permite afrontar con mayor probabilidad de éxito, los cambios que se desarrollan a lo largo de nuestra vida; estrés, pérdida, duelo, enfermedades físicas. 

Los abuelos son de una generación que no frecuentaba el psicólogo. ¿Cómo os reciben? 

Aún queda mucho que hacer para explicar en qué consiste nuestra figura de psicólogo al mayor. Muchos no están acostumbrados a hablar de sus sentimientos, sus problemas… pero cuando hablan con nosotros, su salud general mejora. 

¿Cree que a los hombres de generaciones pasadas les cuesta más pedir ayuda que a las mujeres? 

Antes, las mujeres eran responsables de las tareas tradicionalmente más vinculadas con el cuidado del hogar en su mayoría y los hombres a trabajar fuera de casa, por lo que ambos sexos han desarrollado cualidades diferentes y, esto se nota. Los hombres, además, hablan sobre todo de su trabajo: lo que fueron, lo que les daba valor social… y las mujeres de sus sentimientos, de su familia…

Las mujeres, por ejemplo, buscan más la figura de otra mujer para establecer una amistad y muestran más habilidades sociales en ese sentido y piden ayuda a las psicólogas con más facilidad. Los hombres suelen ser más selectivos en el tipo de actividad que eligen y tienden a relacionarse menos, pero esto afortunadamente ya está cambiando y cada vez se observan menos diferencias.

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El 90% de los mayores de 65 años consume algún medicamento, llegando al 93,4% en el caso de los mayores de 75 años. ¿Está de acuerdo en que, a más charlas y terapias, menos pastillas?

Por supuesto. Cuanto menor sea la necesidad de toma de fármacos, para evitar los riesgos que supone la polimedicación a estas edades, mejor. Por ejemplo, para conciliar el sueño, en lugar de recurrir a pastillas, desde la psicología enseñamos técnicas del sueño: de relajación, buenos hábitos como no tener el móvil pegado hasta justo antes de dormir, porque los mayores ya son como la gente joven en este aspecto. También les enseñamos técnicas de respiración, mindfulness, risoterapia o la escritura emocional para ayudar a controlar el dolor crónico y que mejore su calidad de vida.

¿Cómo se monitorea la salud mental de los mayores en las residencias?

La monitorización es continua. Para las personas que necesitan hablar a nivel individual, hay sesiones de más o menos una hora para tratar problemas de ansiedad o autoestima. Intentamos en estas sesiones que sean más sociables, que aprendan a expresarse o sean más asertivos.

Y, por supuesto, todos los días tienen sesiones grupales con psicólogo, donde los mayores están divididos por nivel cognitivo, porque de su nivel cognitivo depende que la sesión vaya orientada a aprender o a conservar capacidades. En el caso de los residentes con deterioro cognitivo severo, se pasa a una siguiente fase, la sensorial: trabajar con música, olores, sonidos, tacto, quizá el último sentido que se pierde, para mantenerles conectados con el entorno. 

¿Por qué cree que muchas personas al llegar a la tercera edad pierden la ilusión de vivir? ¿Qué les diría para que la recuperaren?

Es habitual, sobre todo en caso de que el mayor padezca alguna enfermedad o algún tipo de dependencia, que a veces sientan apatía, desinterés y que pase por momentos de tristeza. En general, se den o no estos supuestos, lo que les decimos cuando vemos que la nostalgia del pasado está ocupando el sitio de la ilusión por el futuro es que nunca es tarde para aprender cosas, para hacer nuevos amigos…

En este sentido, el emprendimiento es una forma de envejecimiento activo con numerosos beneficios para la salud y la autoestima de los mayores. En las residencias fomentamos que los mayores siguen poniendo en marcha proyectos vitales, culturales o creativos. Cedemos espacios, materiales…

En Málaga tenemos un mayor casi centenario que es inventor y al que hemos montado un taller, en Granada un nonagenario que sigue escribiendo libros y los presenta en la residencia, en Madrid tenemos un señor que realiza maquetas y ha fundado un club de senderismo… En definitiva, les decimos que el libro de su vida permanece abierto y tratamos de anclarles al presente.

¿Hay alguna actividad que les entusiasme más y que no requiera de grandes habilidades para practicarla?

A los mayores les emocionan las visitas de grupos de escolares. Disfrutan mucho con los niños, con su espontaneidad y frescura, reducen la sensación de soledad…Otra de nuestras terapias estrella es terapia con animales, que viene demostrando hace tiempo sus bondades: tranquiliza a los mayores, les aporta alegría y les ayuda a socializar con otros residentes. Aquí, las hacemos con perros, gatos y con aves rapaces. En la terapia animal, no se requiere ningún conocimiento previo, sólo la supervisión por parte de un profesional.

En otros centros como el de ORPEA en Puerto Banús se ha llegado a hacer terapia con equinos. En el caso de las aves rapaces, su presencia resulta intrigante y motivadora para los participantes, ya que son animales menos comunes en el entorno cotidiano. Se trata de innovar para mantener la motivación del mayor. El contacto físico y la interacción con los animales, el plumaje, ver el vuelo rasante, que se posen en el guante cetrero en el brazo del mayor… estimulan la movilidad de los ancianos, les proporcionan cariño, calman su ansiedad. Los animales les sorprenden, les divierten y les emocionan.

También, y pese a lo que podría parecer, las terapias con videojuegos no suponen gran dificultad para los mayores. Enseñarles juegos móviles, con la tablet o con la Nintendo Wii o Switch es sencillo: les divierten, suscitan su curiosidad y para nosotros es un gran elemento de trabajo a la hora de mejorar la funcionalidad cognitiva. Además, los juegos cooperativos mejoran su sociabilidad. En la residencia de ORPEA en Collado Villalba tenemos auténticos mayores gamers.

La pérdida de memoria es un síntoma muy generalizado entre la gente mayor. ¿Puede darnos algunos tips para mantener más fresca la memoria y durante más años?

Efectivamente, la pérdida de memoria es uno de los síntomas de la vejez más comunes y en función de ello organizamos las dinámicas, las rutinas y terapias. Hasta la alimentación, nuestros menús, están influidos por esta circunstancia. Recomendamos la ingesta de verduras y frutas frescas en particular y de alimentos que contengan magnesio, yodo y fósforo.

La actividad física es buena para el mantenimiento de la memoria. Diversos estudios relacionan esta mejora con paseos habituales. También la realización de pasatiempos sencillos como el crucigrama, los sudokus y otros similares. No sólo se distraen, sino que trabajan el rendimiento cognitivo.

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Las manualidades, la cocina, el huerto, etc. También les instamos a que elaboren calendarios y, si pueden, usar una pequeña agenda para apuntar sus asuntos. Y, por supuesto, otro de los elementos que utilizamos son las terapias de reminiscencia.

En las residencias, una de las herramientas principales con que contamos son las Unidades Protegidas de Alzhéimer y otras Demencias (UPAD), unidades específicas que ofrecen un entorno adaptado para los mayores que padecen esta enfermedad y les bridan terapias especializadas en lo cognitivo, lo físico y lo social.

¿En qué consisten los talleres de memoria y reminiscencia que practican en las residencias?

Los talleres de reminiscencia les sorprenden muchísimo. Se trata de ayudarles a recordar mediante la evocación a través de los sentidos. En las residencias recreamos ambientes que los lleven a su pasado, con elementos visuales, táctiles, olfativos, etc. Muchas residencias cuentan con salas de reminiscencia, espacios específicos atrezzados con mobiliario de los años 50 o 60 (televisor antiguo, gramófono…) para trabajar estas terapias.

También trabajamos con fotografías antiguas que nos dan los familiares, recreamos fiestas de Navidad de su época joven o, en algún centro como el de ORPEA en León, han llegado a organizar una sesión terapéutica que incluyó una exposición de coches antiguos en el centro.

La soledad es la enfermedad principal del siglo XXI y, en el caso de los ancianos, aún más. ¿De qué herramientas disponen para arroparles?

La soledad es una enfermedad que todos podemos experimentar alguna vez en nuestras vidas y, como bien dices, una de las más significativas del siglo XXI. A pesar de ser la era de las redes sociales y tener la posibilidad de estar conectados con prácticamente todos los rincones del mundo, nos sentimos solos. 

Hay una soledad que es más subjetiva donde, a pesar de no estar solos, la percepción y sentimientos siguen siendo de soledad, y hay una percepción más objetiva que, indica que una persona está realmente sola. Si es una soledad no buscada, es esta la que más debe preocuparnos en la vejez, porque el aislamiento social que supone puede disminuir significativamente la esperanza de vida de la persona que la padece.

Es obvio que las personas mayores, debido al paso del tiempo, han de convivir con la pérdida de muchos de sus seres queridos y esto, las hace más vulnerables. Aparecen sentimientos de tristeza, pérdida de ganas de vivir e indefensión que, hay que poder abordar desde una visión interdisciplinar. El papel del profesional psicólogo es clave para dar al mayor, o a cualquier persona, herramientas para afrontar estos sentimientos. 

¿Y en el caso de los mayores con deterioro cognitivo? 

En el caso de los mayores con deterioro cognitivo no debemos olvidarnos de que estas enfermedades son muy duras también para los familiares, que ven como su mayor va 'desapareciendo'. En muchas residencias desarrollamos una iniciativa única llamada 'Café Alzheimer'.

Se trata de encuentros mensuales que funcionan como grupos de apoyo en los que los psicólogos y otros profesionales de los centros nos sentamos con grupos de familiares, con dos objetivos: ayudarles a comprender la enfermedad, su alcance y desarrollo, así como animarles a que expresen en público y compartan sus temores y preocupaciones, tanto con nosotros como con otros familiares que pasan una situación similar.

¿Por qué recomendaría una residencia para pasar la última etapa de tu vida?

La mejor parte que tiene estar en la residencia es la social para que los mayores no se acaben aislando. Están acompañados, hablan con gente de su generación con la que han vivido las mismas cosas. En nuestro caso pueden también amueblar a voluntad sus habitaciones, piden el desayuno a la cama o disfrutan de que les cocinen… Es un hogar y una experiencia de vida completa.

La esperanza de vida es cada vez mayor y además España es uno de los países más longevos del mundo. ¿Cómo lo debería afrontar la sociedad?

España es uno de los países con mayor esperanza de vida y según las proyecciones vamos a aumentarla aún más. Veremos más personas en la llamada cuarta edad, la de los octogenarios o de vejez avanzada. Además, vamos a tener una mayor tasa de dependencia, de personas con demencia… La ventaja es clara, vamos a vivir más.

Lo que también plantea es un reto. Tenemos que ganar más años a la vida, pero también más vida a los años, más calidad de vida. Para ello, necesitaremos que los profesionales sociosanitarios de diversos campos trabajen juntos, como en las residencias de mayores, para mantener al mayor en forma física, emocional y cognitiva. En estas edades la salud mental es tan importante como la física, y ahí entraremos los psicólogos. Vamos a tener mucho trabajo.