Este año celebramos el 10º aniversario del Acuerdo de París, un hito fundamental en la lucha contra el cambio climático que estableció el compromiso global de limitar el calentamiento a menos de 2 °C, con el objetivo ideal de no superar 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.

En aquel entonces, las previsiones climáticas eran alarmantes: si no se tomaban medidas urgentes, el planeta podría enfrentar un aumento de temperatura superior a los 4 °C, lo que nos abocaría a un futuro de fenómenos climáticos extremos, desastres naturales más frecuentes y una creciente pérdida de biodiversidad.

Diez años después, aunque las previsiones han mejorado, seguimos dirigiéndonos hacia un aumento de 3 °C, una cifra que, si bien es menos catastrófica que las primeras estimaciones, sigue estando muy por encima de lo recomendado por la ciencia.

El mensaje es claro: debemos recortar esas emisiones y acelerar la transición a una economía baja en carbono si queremos cumplir con el Acuerdo de París y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

Es en este contexto donde la acción colectiva toma una relevancia crucial. Como destacó Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en la reciente inauguración de la COP30: "Vuestra tarea no es luchar entre vosotros. Vuestra tarea es luchar juntos contra la crisis climática".

Y, como vengo a plantear hoy, la fuerza de la acción colectiva no es solo una cuestión de países y gobiernos. A medida que la ciencia nos muestra la magnitud de la emergencia climática, también nos queda claro que el sector privado tiene un papel esencial que desempeñar.

Y, es más, lo están asumiendo, cada vez con más ambición.

Hace una década, las empresas apenas comenzaban a hablar de cuestiones básicas como el reciclaje o la eficiencia energética. Hoy, la transformación es evidente. Hemos pasado de una gestión reactiva a una visión estratégica que coloca la sostenibilidad en el corazón de la operación empresarial.

Las empresas están invirtiendo en energías renovables, adoptando modelos de economía circular y estableciendo objetivos de descarbonización con un enfoque basado en la ciencia. Pero este progreso no es casual: ha sido fruto de un esfuerzo colectivo, en parte impulsado por iniciativas como el Pacto Mundial de la ONU España.

A lo largo de este tiempo, hemos acompañado a las empresas españolas en su viaje hacia la sostenibilidad, guiándolas en la implementación de estrategias concretas para reducir su huella de carbono y acelerar su transición hacia la neutralidad climática. Este trabajo ha dado frutos, como lo demuestra el Anuario Climático 2025.

En él se revela que el 49% de las empresas españolas adheridas al Science Based Targets initiative (SBTi), que establece objetivos basados en la ciencia para la reducción de emisiones, son miembros del Pacto Mundial. Y el 95% de ellas ya ha establecido objetivos a corto plazo alineados con este escenario.

Exterior de una industria de refinería. Imagen de árchivo

Exterior de una industria de refinería. Imagen de árchivo istock

Además, el 68% de las empresas comprometidas con el Estándar Cero Neto, que busca compensar todas las emisiones generadas, también pertenecen a nuestra red, un dato que refleja el firme compromiso de estas empresas con la neutralidad climática de cara a 2050.

Además, a nivel nacional, las empresas del Pacto Mundial siguen liderando el ránking de la encuesta de CDP de Clima, la plataforma internacional más relevante para la medición y divulgación del impacto ambiental.

El 80% de las empresas españolas que participan en este sistema forman parte de nuestra iniciativa, lo que subraya el rol de liderazgo de las empresas adheridas al Pacto en cuanto a la transparencia y la rendición de cuentas.

Y, lo que es aún más significativo, el 94% de las empresas españolas que figuran en la A-list del CDP, el máximo nivel de excelencia, son miembros del Pacto Mundial.

Como presidenta de esta iniciativa de sostenibilidad empresarial, me llena de orgullo ver cómo las empresas que forman parte del Pacto Mundial están liderando el camino con un compromiso tangible y transformador.

Este compromiso no solo refleja un esfuerzo individual, sino que también está respaldado por una iniciativa que trabaja constantemente para mejorar y adaptar sus servicios a las necesidades del sector.

Un claro ejemplo de ello es el programa Climate Ambition Accelerator (CAA), que ha formado a más de 300 empresas españolas en la fijación de objetivos basados en la ciencia para alcanzar la neutralidad climática.

Este programa ha demostrado ser esencial para ayudar a las empresas a desarrollar estrategias robustas y escalables para reducir sus emisiones. Los datos muestran que una de cada cinco empresas comprometidas con SBTi ha pasado por nuestro acelerador, y un 30% de las empresas comprometidas con el Estándar Cero Neto también han participado en él.

Porque para asegurar que las empresas aumenten su ambición climática, es crucial dotarlas de las herramientas y guías necesarias. Además, debemos enfatizar que la sostenibilidad no es solo un imperativo ético, sino también una estrategia de negocio inteligente.

Las empresas que apuestan por la sostenibilidad no solo contribuyen al bien común, sino que también acceden a nuevos mercados, atraen a consumidores conscientes y ganan la confianza de los inversores.

Esto es algo en lo que llevamos insistiendo años desde nuestra iniciativa. Porque sabemos que más allá de las negociaciones y acuerdos internacionales, las decisiones más trascendentales también se toman en los despachos de las empresas, y que, sin la participación del sector privado, cualquier acuerdo climático resultaría inviable.

Estamos en una década decisiva, y el compromiso colectivo, la acción conjunta y la cooperación son las claves para lograr el futuro que necesitamos. A lo largo de estos diez años, hemos demostrado que, si trabajamos juntos, podemos avanzar de manera significativa hacia un futuro más sostenible.

Por ello, si queremos que esta COP sea la de verdad, contemos de verdad con las empresas.

*** Clara Arpa es presidenta de Pacto Mundial de la ONU España.