La movilidad en España está cambiando, poco a poco, pero con paso firme.

Así como las cabinas telefónicas han desaparecido de la mayoría de ciudades, la propiedad del coche, antes casi obligatoria, ha evolucionado hacia una relación más equilibrada y consciente con las personas y los entornos urbanos.

Durante décadas, el coche privado no solo fue el eje de la movilidad en España, sino que representaba un símbolo de independencia y progreso.

Sin embargo, el aumento del tráfico, la contaminación y la necesidad de vivir en ciudades más habitables, impulsaron la búsqueda de alternativas sostenibles, abriendo paso a la movilidad compartida.

Este tipo de plataformas están transformando radicalmente la forma en que nos desplazamos. No solo tienen un efecto directo en la cantidad de coches que vemos y el impacto ambiental que estos generan, sino también en la manera en que concebimos las ciudades y repensamos nuestros espacios compartidos.

De hecho, en Amovens, por cada coche alquilado entre particulares en la plataforma, eliminamos hasta 11 vehículos de las calles, aumentando su uso del 3% al 75% del tiempo disponible.

Así, un mismo coche beneficia a varios usuarios al mes, reduce la necesidad de ser propietario y fomenta el transporte compartido y la economía circular.

Más allá de la practicidad del servicio, este representa un cambio cultural sin precedentes: una nueva forma de consumir, convivir con el entorno y movernos, construida a partir de pequeñas decisiones en las que todos participamos y cuyos efectos podemos sentir como propios.

Si a finales del siglo XX la independencia se simbolizaba con la propiedad de un coche particular, en pleno año 2025 esa libertad se redefine a través de opciones de movilidad compartida, sostenible y conectada, donde cada elección cotidiana contribuye a ciudades más verdes, limpias y accesibles, y al mismo tiempo tiene el menor impacto en nuestro bolsillo.

Hasta la fecha, la evolución del sector en España ha respondido principalmente a las necesidades de los usuarios y al buen desempeño de las plataformas como intermediarias.

Ahora corresponde a las autoridades facilitar y agilizar el desarrollo de esta industria en crecimiento, ofreciendo marcos regulatorios claros y un apoyo más eficaz a la movilidad sostenible.

Para que esta transformación sea duradera, es fundamental la colaboración entre Estado, comunidades autónomas, ayuntamientos y empresas, promoviendo proyectos innovadores, infraestructuras adecuadas y estrategias integrales que hagan posible un modelo de movilidad ganador.

Asimismo, es necesaria la colaboración de todos los agentes urbanos: un transporte público eficiente, coches compartidos y soluciones inteligentes.

Solo un ecosistema dinámico y alineado permitirá construir ciudades más habitables, donde cada decisión cotidiana contribuya a un entorno urbano más sano y de más calidad.

El cambio ya está en marcha y cada paso cuenta. La movilidad compartida no es cosa del mañana, es una realidad que, día a día, se consolida en nuestras calles.

Con la implicación de la ciudadanía, administraciones y empresas, España tiene la oportunidad de liderar un modelo de transporte más humano y sostenible, donde las soluciones prácticas de hoy se conviertan en los cimientos de las ciudades del mañana.

*** Alberto Bajjali es CEO de Amovens.