La juventud simboliza esperanza en el futuro. Aunque este sea incierto, sigue siendo un destino en el que depositamos todo nuestro patrimonio económico, cultural y social. Este razonamiento debería ser suficiente motivo para dedicar tiempo y esfuerzo a construir un sistema educativo que impulse en los jóvenes una conciencia crítica y autocrítica. Una que les permita definir sus propios objetivos y, alejados de ideologías o creencias, desarrollar sus habilidades desde el respeto que exige la vida en sociedad.

Hemos conseguido que los jóvenes muestren gran sensibilidad hacia temas como el medio ambiente, el cambio climático o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, el 'buenismo' que rodea estos términos no ha sido eficaz para transmitir la importancia de la economía circular como clave para el futuro de nuestra sociedad y país. Europa tiene clara su relevancia, y su legislación sigue avanzando de forma constante en los estados miembros y comunidades autónomas, que adaptan su realidad hacia este cambio. Pero, ¿la sociedad lo comprende igual?

Para la administración y el tejido industrial, el periodo de transición hacia un nuevo modelo económico resulta evidente, pese a las dificultades logísticas o de infraestructuras. No obstante, los términos vinculados a la economía circular no terminan de calar entre la población, especialmente en las generaciones más jóvenes. Aunque muchos lo valoran como algo positivo, lo consideran secundario, distante de sus preocupaciones cotidianas e incluso ajeno a sus expectativas de futuro.

La Comunidad de Madrid, consciente de esta realidad social, ha apostado por introducir fundamentos y herramientas de economía circular en las aulas de 3.º y 4.º de ESO. A través de un plan formativo para docentes, se busca proporcionar a los estudiantes competencias que incidan directamente en su desarrollo profesional. Este programa experimental, estructurado en cuatro módulos, contextualizará inicialmente a los profesores mediante un análisis del Plan de Acción de Economía Circular.

Posteriormente, se abordarán conceptos de ecodiseño, innovación y tecnologías circulares, mostrando cómo estos elementos serán determinantes en el ámbito laboral del futuro de los estudiantes.

La Dirección General de Educación Secundaria, Formación Profesional y Régimen Especial, junto con la Dirección General de Transición Energética y Economía Circular y la Universidad Carlos III de Madrid, ha desarrollado el curso teórico que servirá de base para su implementación. En su aplicación práctica, los profesores trabajarán con los estudiantes en iniciativas sostenibles de temática libre enfocadas en las necesidades de la Comunidad de Madrid. Se busca que estas experiencias fomenten el interés por la innovación y el emprendimiento, integrando de manera gradual los principios de la economía circular.

La Comunidad de Madrid, impulsora de este plan, subraya que este tipo de formación es fundamental para responder a la creciente demanda de empleo prevista en la región. Este crecimiento está ligado tanto a las inversiones en curso como a proyectos emblemáticos, como Madrid Nuevo Norte, donde se espera la creación de más de 350,000 puestos de trabajo.

El programa, dirigido a 40 centros de secundaria de la Comunidad de Madrid, seleccionará las mejores propuestas, que serán evaluadas por la Dirección General de Transición Energética y Economía Circular según los criterios de la convocatoria. Las cinco iniciativas finalistas competirán en una sesión pública, donde el Gobierno de la Comunidad Autónoma premiará a los estudiantes responsables de los proyectos más destacados. Tenemos la oportunidad de trabajar por las nuevas generaciones, dándoles las herramientas para que sean capaces de construir su futuro. ¿Lo intentamos?

***Alberto García-Peñas es director del Máster en Ingeniería Circular en la Universidad de Carlos III