Cada vez más, las sociedades actuales se desarrollan y evolucionan en entornos políticos, económicos y sociales complejos e inciertos. Lo que ha venido a denominarse un entorno VUCA (volatility, uncertainty, complexity, and ambiguity).

Un mapa geopolítico tensionado es el telón de fondo de un proceso de revolución tecnológica que sucede a gran velocidad. Muy de cerca hemos vivimos momentos, como fue la crisis sanitaria de 2020, que nunca imaginamos posibles y que han sacudido las estructuras y formas de vivir que habíamos conocido.

Tal es la relevancia de los retos de este tiempo que gobiernos, administraciones, empresas, interlocutores sociales y organizaciones de la sociedad civil, confluimos en la idea de que el objetivo final de nuestras acciones es común: el bienestar de la sociedad en su conjunto y el de los individuos que la componen, muy especialmente aquellos más vulnerables.

Así, vamos juntos de la mano en esta aventura incierta pero apasionante de construir en positivo una sociedad mejor. Para lograrlo construimos alianzas. Lo hacemos con la certeza de que solo desde el compromiso y la confianza mutua seremos capaces de encontrar el camino de la prosperidad. También de que únicamente desde lo colaborativo seremos capaces de cumplir nuestros objetivos, desplegando una fortaleza superior a la que tendríamos partiendo de la suma de acciones individuales.

Las organizaciones empresariales tenemos en nuestro ADN esta energía del trabajo en equipo y la suma de esfuerzos. Cuando nos organizamos somos, además, la expresión de la unidad de multitud de ámbitos y federaciones, asociaciones y empresas que, en representación de los distintos sectores de actividad, construyen juntas compromisos aún más amplios.

Por eso, ha resultado fluido nuestro alineamiento con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Y, de forma especial, con el ODS 17 que nos habla de la necesidad de tejer alianzas, ahondando en la colaboración público-privada que amplifica los impactos de nuestras acciones en el bienestar social.

Por lo tanto, siempre desde la humildad, podemos afirmar que ese camino de colaboración funciona. En el equipo de la Fundación CEOE lo hemos podido experimentar en primera persona en todos los proyectos que hemos llevado a cabo en los últimos años.

Desde el comienzo mismo de la crisis sanitaria lanzamos el proyecto Empresas que Ayudan, con el que se logró canalizar la ayuda solidaria de las empresas hacia aquellos colectivos vulnerables. En ese mismo marco desarrollamos también el Plan Sumamos. Salud + Economía, con el que colaboramos con la administración pública en el suministro de tests de antígenos, así como en diversas tareas del proceso de vacunación.

Otros proyectos han venido después a desarrollar alguno de los cuatro ejes que vertebran nuestra actividad: las empresas y su competitividad, las personas en el centro de la actividad, la acción social de la empresa y el buen gobierno.

Con el mismo ánimo de tejer alianzas, y dentro el Proyecto Empresas que Ayudan, pusimos en marcha Empresas por Ucrania, una plataforma que cuenta con más de 2.300 empresas adheridas ideada para ofrecer oportunidades de empleo a personas que han llegado a España huyendo del conflicto bélico. Las cifras hablan por sí solas, son más de 11.000 las plazas vacantes que se han ofrecido ya, lo que da una idea de la potencia de este tipo de iniciativas.

El proyecto Digitalización Sostenible, por su parte, es una iniciativa solidaria de la Fundación CEOE, los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor para el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos y la Fundación SEUR. Esta tiene como objetivo la reutilización de aparatos eléctricos y electrónicos donados por las empresas españolas para así facilitar un acceso universal a la tecnología.

Es un proyecto por la economía circular, la reducción de la brecha digital y la protección del medio ambiente que ha beneficiado hasta ahora a más de 20.000 personas con la contribución de más de 100 empresas y autónomos de toda España (con más de 6.500 equipos donados) y 60 oenegés. Ha hecho posible una reducción medioambiental de más de 200.000 kilogramos de CO₂. Con Digitalización Sostenible, se demuestra que no hay futuro sin sostenibilidad, y que no hay sostenibilidad sin crecimiento económico y compromiso empresarial.

Del mismo modo, son ya cuatro las ediciones que hemos puesto en marcha del Programa RADIA, impulsado por la Fundación junto a la Fundación ONCE, la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas y la Fundación CEOE. Esta iniciativa, que busca promover la presencia de mujeres con discapacidad en puestos de trabajo STEM, ha ayudado a mejorar en el empleo que ya tenían o a encontrar uno nuevo al 62% de las participantes a lo largo de las primeras tres ediciones.

Estamos también muy orgullosos del Proyecto EMPLEALAB que hemos compartido con Cáritas Española y la Fundación Adecco para mejorar la empleabilidad, principalmente de personas beneficiarias del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Un proyecto piloto que desarrollamos conjuntamente en 11 provincias españolas y en el que nos centramos específicamente en la intermediación, en el “matching” de oferta y demanda empresarial.

Son solo algunos ejemplos de lo que somos capaces de lograr cuando sumamos nuestras fuerzas y construimos alianzas con la mirada puesta en los que retos que compartimos. Desde la Fundación CEOE seguiremos trabajando en esa dirección, uniendo voluntades y solidaridad, de la mano todos aquellos que, en lo público y en lo privado, quieran construir con nosotros una España mejor para todos.

***Fátima Báñez es presidenta de la Fundación CEOE.