El campo español está hoy en día más de actualidad que nunca. Cuestiones como la sequía, el envejecimiento de la mano de obra, la coyuntura actual inflacionista o el reto de la sostenibilidad son un desafío para el sector agrícola.

Florette es una empresa de naturaleza agrícola y los que en ella trabajamos estamos íntimamente vinculados al cuidado de la tierra y de las zonas donde estamos presentes. Unas zonas que se encuentran, en su mayor parte, en la denominada 'España vaciada': esa España compuesta de pueblos, zonas rurales, donde empresas como la nuestra impulsan el desarrollo económico y social.

Pero lo cierto es que la situación actual del territorio rural está marcada por un descenso demográfico generalizado y por el desmantelamiento y escasez de servicios e infraestructuras básicas que no benefician ni el presente ni el futuro de las personas que lo habitan y que, en muchos casos, trabajan en labores ligadas al campo. 

Quizás por éste, y seguramente también por otros motivos, los datos del último Censo Agrario del INE (2020) confirman el envejecimiento del sector agroalimentario y su falta de renovación. Si hablamos de las mujeres que deciden trabajar en el sector agrícola, los datos son concluyentes. Según un reciente estudio de Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros), de las aproximadamente 770.000 personas que actualmente trabajan en España en el sector agrario, sólo un 31% son mujeres.

Mujeres y hombres que necesitan oportunidades económico-laborales y, también en muchos casos, de desarrollo profesional que les permitan cumplir su deseo de quedarse a vivir en sus pueblos.

El pasado 15 de junio celebramos en Madrid un encuentro, que denominamos 'Casa Florette', para celebrar nuestro espíritu agricultor y en el que pudimos contar con los testimonios de Noelia Vivancos, técnica agrícola, y Damián Navarro, capataz de recolección agrícola. Dos jóvenes agricultores de Florette que forman parte de esos jóvenes que siguen diciendo sí a vivir en el campo, para el campo y del campo, y desarrollarse profesionalmente en él.

Damián, por ejemplo, es ahora responsable de recolección en los campos de Florette en Murcia y en Albacete, tiene 31 años y lleva 7 en la empresa. Le gusta estar al aire libre, siempre aprendiendo cosas nuevas y en contacto con diferentes profesionales, según reitera.

Ambos expresaron su 'suerte' de poder trabajar muy cerca de su pueblo, en un entorno agrícola que les gusta y que les ofrece el sosiego que necesitan. Y es que es un privilegio poder desempeñar tu profesión cerca de tu pueblo por uno mismo y por contribuir a enriquecer las zonas rurales de España. Lo deseable es que cada vez más juventud pueda quedarse en sus pueblos gracias a oportunidades laborales de calidad.

Está claro que los dos pertenecen a una minoría, por eso entre todos los agentes del sector, debemos conseguir hacer que la profesión de agricultor sea más atractiva para los jóvenes y para las mujeres. 

Ofrecer trabajo con posibilidad de desarrollo profesional y con formación constante en zonas agrarias es una prioridad para el área de Organización y Personas de Florette, donde trabajamos para hacer realidad esta posibilidad de que personas a las que les guste este sector y quieran quedarse a vivir en sus pueblos contribuyan tanto a su desarrollo personal, como al de su ámbito local.

Debemos seguir trabajando en poner en valor estos trabajos, ya que quizás continúe en nuestro imaginario que no son tecnificados, innovadores o modernos. Pero nada más lejos de la realidad. Las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza en la industria agroalimentaria y en las actividades agrícolas, modernizándolas exponencialmente.

Sin embargo, si nos fijamos por ejemplo en la carrera de ingeniería agrícola, no es una de las ingenierías con mayor atractivo para los futuros ingenieros e ingenieras pese a tener un 100% de colocación. 

Sin duda, la digitalización y la sostenibilidad (áreas de gran relevancia hoy para las nuevas generaciones) son palancas y claves imprescindibles para el futuro de nuestra actividad. Es fundamental que las nuevas generaciones entren en este sector de la mano de la digitalización, las nuevas tecnologías y con una gran conciencia medioambiental. 

Yo también tengo la suerte de trabajar en una empresa donde el índice de empleo de personas jóvenes, cualificadas y de origen rural, o de pueblos pequeños, no hace más que crecer. De hecho, en Florette trabajan personas de cerca de 250 localidades españolas, la mayor parte de ellas ubicadas en la denominada 'España vaciada'.

Llevamos más de 30 años apostando por un modelo de negocio sostenible, poniendo especial atención en el cuidado del entorno y las personas —del agricultor a los consumidores— a quienes queremos ayudar a disfrutar de una mejor calidad de vida y a alimentarse mejor y de una forma más fácil. Y en esto, la innovación desempeña un papel fundamental, siendo, junto la sostenibilidad y las personas, los ejes fundamentales de nuestro negocio. 

Florette pone el foco en el espíritu agricultor, en valorar cómo trabajan, con pasión y dedicación. Esos más de 500 agricultores locales en huertos de proximidad para que todos podamos disfrutar de un producto fresco y del mejor sabor en casa todos los días. 

'Del huerto a casa', la nueva campaña publicitaria, es nuestra forma de decir que Florette es una compañía agricultora, que, desde sus huertos de proximidad, situados en pueblos toda España, llega cada día del campo a casa con más de 750.000 ensaladas frescas cuidando que esas zonas rurales sigan vivas.

***Daniel Ramos es director de Personas y Organización de Florette