HBO acaba de anunciar que The Last of Us tendrá una segunda temporada tras convertirse en uno de los estrenos más grandes de la plataforma. No es este un espacio destinado a hablar de la ficción que arrasa en la tele, pero el hecho de que un hongo pueda poner en peligro la supervivencia de la humanidad y que casi 21 millones de personas se hayan enganchado a la serie me obliga a mostrar al lector otros 'enemigos' amenazantes, a pesar de su milimétrico tamaño.

Hoy, 30 de enero, se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (NTD) con el fin de sensibilizar a la población sobre la necesidad de mejorar el acceso a los tratamientos y a los servicios de atención y dar a conocer el devastador impacto que tienen estas enfermedades en las poblaciones más pobres del mundo. Provocadas por mosquitos, gusanos, aguas contaminadas o bacterias, las NTD afectan a países de bajos ingresos con unas estructuras de salud pública débiles.

Las NTD nos suenan tan a ciencia ficción como el hongo aterrador de la serie de HBO, pero estas son males reales. El paludismo o la filariasis linfática son enfermedades causadas por un parásito transmitido por mosquitos, al igual que la leishmaniasis o la oncocercosis.

Los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) son demoledores y superan con creces la audiencia de The Last of Us: 1.800 millones de personas están afectadas por las NTD. De hecho, son responsables del 10% de las muertes infantiles en los países del sur.

El paludismo (malaria) es unas de las principales causas de muerte de los niños de 5 años en África. ¡Qué lejos nos suena! Pero, imagínese, que aquí, en nuestro continente, en Europa, cada año murieran 400.000 niños por una gripe. Pues bien, 400.000 niños mueren anualmente en África a causa del paludismo, una enfermedad que, en los casos más 'afortunados', provoca anemia y retraso en el crecimiento de los más pequeños. Una enfermedad que con medidas preventivas podría tener un impacto mucho menor.

La financiación y el compromiso por parte de los gobiernos es fundamental para combatir a las enfermedades tropicales. Es esencial mejorar el acceso a tratamientos, como también lo es el compromiso de la industria farmacéutica para prevenirlas y controlarlas.

El compromiso del Gobierno de España es notable. La última noticia es que destinará 130 millones de euros a un fondo que lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Tres grandes instituciones públicas, el Ministerio de Sanidad, la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), están al frente de esta necesaria labor.

El trabajo de la Fundación CSAI, dependiente del Ministerio de Sanidad, y gracias a la colaboración y financiación de la AECID, está muy presente en los países del sur que necesitan poner remedio y tener bajo control las NTD.

¿Cómo actúa la fundación? Para prevenir las enfermedades tropicales desatentidas contamos con una importante red de profesionales del Sistema Nacional de Salud que trabajan en los distintos países. Nuestra misión es apoyar la investigación, facilitar la formación a especialistas, la capacitación de personal sanitario y la promoción de políticas de salud pública.

En la Fundación CSAI, en coordinación con el Ministerio de Sanidad y en alianza con el ISCIII y la AECID, desarrollamos estrategias efectivas y científicas para combatir estas enfermedades y mejorar la salud y el bienestar de las personas afectadas. Cada paso cuenta, los esfuerzos para combatir las NTD no solo mejoran la salud de las personas afectadas, sino que también ayudan a fortalecer los sistemas de salud en general.

La investigación y el compromiso del sector público y el privado deben ir de la mano para erradicar la lepra, la enfermedad de Chagas, el paludismo o cualquier otra enfermedad tropical desatendida.

*** Óscar Díaz García es director de la Fundación Estatal Salud, Infancia y Bienestar Social (Fundación CSAI).