El anticonceptivo en jóvenes, un derecho humano: así impactan estos métodos en su salud

El anticonceptivo en jóvenes, un derecho humano: así impactan estos métodos en su salud

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Las claves de la importancia de la planificación familiar en la salud sexual y reproductiva de los jóvenes

El embarazo en la adolescencia tiene más riesgo de complicaciones maternas y fetales cuanto más joven es la mujer embarazada.

7 noviembre, 2022 09:20

Los adolescentes y jóvenes tienen derecho al acceso a los Servicios de Salud Sexual y Reproductiva, según establece la Comisión en Población y Desarrollo de las Naciones Unidas. Se basa en valores de confidencialidad y no discriminación que incluyen: educación sexual, protección y promoción del derecho a la sexualidad libre de violencia, y coacción y acceso a los métodos anticonceptivos.

El comportamiento sexual de nuestros adolescentes, los cuales representan el 9% de la población, tiene unas pautas diferentes a la edad adulta. Actualmente, las relaciones sexuales coitales se inician entre los 15-17 años, con cambios frecuentes de pareja (monogamia sucesiva) y con relaciones irregulares muchas veces no previstas. Los adolescentes tienen una escasa valoración del riesgo al no establecer una relación causa-efecto entre la conducta sexual y el riesgo probable de gestación y enfermedades de trasmisión sexual.

Además, tienen más dificultad de acceso a los Servicios Sanitarios que en la edad adulta por falta de habilidades sociales para conseguir asesoría y por tener menos recursos económicos. También influye la oposición por razones culturales o religiosas; la mala calidad de los servicios disponibles; los prejuicios de usuarios y profesionales contra algunos métodos, y los obstáculos por razón de género para acceder a dichos servicios sanitarios.

Garantizar que todas las personas (incluidos adolescentes), tengan acceso a los métodos anticonceptivos preferidos refuerza varios derechos humanos, incluidos el derecho a la vida y a la libertad; la libertad de opinión y expresión, y el derecho al trabajo y a la educación.

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El uso de anticonceptivos fomenta el derecho de las personas a decidir el número de hijos que desean tener y el intervalo entre los embarazos, además de reportar importantes beneficios para la salud por el riesgo de embarazo en adolescentes. También brinda una serie de beneficios potenciales no relacionados con la salud que incluyen mayores oportunidades de educación y más autonomía para las mujeres, así como crecimiento demográfico y desarrollo económico sostenibles para los países.

La información debería proporcionarse en el ámbito familiar, escolar, centro de salud o medios de comunicación, entre otros. Los objetivos de los programas y servicios de anticoncepción y sexualidad dirigidos a adolescentes se basan en: prevención del embarazo no deseado; prevención de infecciones de transmisión sexual, y prevención de riesgos de trastornos emocionales originados por la dificultad de adaptación a los cambios físicos y psicosexuales de la adolescencia.

La educación sexual se traduce en un comportamiento sexual de menor riesgo especialmente entre los adolescentes. La educación sexual no fomenta el inicio más temprano de las relaciones sexuales.

El doble anticonceptivo

En España la tasa de fecundidad se sitúa en 12 nacimientos por 1.000 adolescentes entre 15 y 19 años. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), el 3% de los partos fueron en adolescentes. Siendo el porcentaje de aborto del 30%.

El embarazo en la adolescencia tiene más riesgo de complicaciones maternas y fetales cuanto más joven es la mujer embarazada. Las madres adolescentes continúan creciendo durante el embarazo y podrían competir con el feto por los nutrientes en detrimento del desarrollo fetal. Así como la inmadurez de las estructuras pélvicas. Con riesgo de anemia, trastornos hipertensivos del embarazo, parto prematuro y recién nacidos de bajo peso.

Además, el embarazo en adolescentes tiene otros problemas psicosociales añadidos, suele ser fruto de una relación inestable con el resultado final de una maternidad en solitario. El embarazo supone una menor posibilidad de completar la educación, con mayores dificultades socioeconómicas y mayor dificultad en la crianza de los hijos.

La elección del método anticonceptivo en la adolescente debe basarse en que la elección implica una opción libre e individual y que su eficacia real viene condicionada por la utilización de los usuarios. Los métodos eficaces, tanto hormonales (píldora, parche, anillo, implante hormonal, inyección anticonceptiva) como dispositivos intrauterinos, no tienen contraindicación de uso por edad.

En la adolescente sería deseable que el método elegido le ofrezca una doble protección: frente al embarazo no deseado y frente a las enfermedades de trasmisión sexual. Los preservativos son el único método anticonceptivo que puede evitar tanto el embarazo como la transmisión de infecciones de transmisión sexual, incluida la causada por el VIH. En adolescentes es recomendable el doble método anticonceptivo.

La Sociedad Española de Contracepción (SEC) explica que el doble método anticonceptivo consiste en el uso simultáneo de uno de alta eficacia y el preservativo (femenino o masculino) para la prevención de un embarazo no deseado y de infecciones de transmisión sexual (ITS).

***Gloria Gálvez, especialista en obstetricia y ginecología y Jefa de Servicio
Gine4 en Hospitales de Madrid