Imagen de archivo del sol poniéndose sobre la Franja de Gaza.

Imagen de archivo del sol poniéndose sobre la Franja de Gaza. Mahmoud Issa Reuters Gaza

Historias Día de los Derechos Humanos

De una era de guerras a la de los genocidios: así se están 'bombardeando' los derechos humanos este 2025

Gaza y Sudán marcan un antes y un después en los conflictos bélicos que, según los expertos, han dilapidado todas las reglas preestablecidas.

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"Estamos entrando en la era de los genocidios". Así de contundente se muestra Raquel Ayora, directora general de Médicos Sin Fronteras (MSF), durante la presentación del informe de la entidad junto al Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Y lo peor de todo, apunta, es que este 2025 se ha visibilizado una dura realidad: "Se pueden perpetrar sin que haya ninguna reacción internacional".

Lo dice por Gaza, pero también por lo que lleva sucediendo durante años en Sudán, situación que se ha agravado en los últimos meses. "Ya la anterior Administración estadounidense, la de Biden, había asegurado que se estaba cometiendo un genocidio en el país africano". Sin embargo, insiste, no ha habido ningún tipo de movilización internacional ni movimiento de ningún gobierno para ponerle fin.

La situación de Sudán, dice Jesús A. Núñez, codirector del IECAH, es compleja, pues "no aparece en los medios", ni interesa "en la medida en que no hay intereses vitales de ninguna de las grandes potencias en juego".

Por eso, insiste, "como ha ocurrido en tantos otros conflictos, lo que se hace es intentar encapsular el problema, crear un cordón sanitario que evite la expansión de la inestabilidad que puede generar un territorio convulso como este".

El problema está, insiste Ayora, en que en "Sudán siempre ha habido una incapacidad del sistema humanitario para prestar asistencia en las zonas no controladas por las fuerzas gubernamentales".

Crisis de DDHH

De ahí que lo que se esté viendo ahora en el país africano recuerde "demasiado" a aquel genocidio que tuvo lugar en la región de Darfur —que vuelve a ser el centro del conflicto— hace ya más de dos décadas.

Y es que, como recuerda Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, "vivimos una época sin precedentes". Esto sucede, incide, por tres razones fundamentales: "La propagación de prácticas autoritarias de muchos gobiernos, el colapso climático y la erosión del derecho internacional".

Todas ellas, además, tienen un denominador común, según Beltrán: el llamado efecto Trump. "Por primera vez, algunos gobiernos dictatoriales y otros democráticos quieren llevarnos a un mundo sin derechos humanos y sin reglas iguales para todos", indica.

Según el experto, esto significa que todos los consensos internacionales a los que se llegó tras la Segunda Guerra Mundial están "en riesgo". Pues "hay gobiernos que cuestionan la piedra angular de los derechos humanos, que es que los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos". Esto, lamenta Beltrán, está ahora siendo cuestionado: "Nunca antes se había violado con tal impunidad".

Objetivo: personal humanitario

En los conflictos de hoy, las vidas de los sanitarios y trabajadores humanitarios corren peligro como nunca antes. Ucrania, Sudán o Gaza son ejemplos claros. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el inicio de la invasión rusa en 2022 se han producido 2.763 ataques contra la atención sanitaria ucraniana que han provocado la muerte de 224 trabajadores.

La OMS también asegura que, desde abril de 2023, cuando el conflicto en Sudán se intensificó, se han producido 198 ataques contra hospitales y centros de salud, que han causado la muerte de más de 1.700 trabajadores sanitarios y pacientes.

Las cifras de Gaza no son mejores: Naciones Unidas ha contabilizado más de 720 ataques contra la atención sanitaria desde 2023​, por los que habrían muerto al menos 1.580 trabajadores sanitarios.

En concreto, sobre la Franja Ayora matiza que supone "un punto de inflexión", pues las reglas de la guerra han cambiado. La directora de MSF recuerda que "los ataques a la misión médica son un indicador de proximidad de los que le sucede a la población civil en zonas de conflicto". Y pone como ejemplo el bombardeo del hospital de la oenegé médica en Kunduz, Afganistán, bombardeado hace ya una década.

Aquello, dice, suponía una "singularidad" que conllevó "no solamente una disculpa en privado y en público de la Administración Obama y del propio presidente, sino también una reconfiguración y un consenso alrededor de la necesidad de protección que se tradujo en una resolución de Naciones Unidas que reclamaba de nuevo el compromiso de proteger a los hospitales y al personal de salud en zonas de conflicto".

Sin embargo, Ayora lamenta que la guerra de Siria comenzase a normalizar este tipo de ataques, y que Gaza y Sudán tan sólo reproducen su legado. En la Franja, dice, lo que Israel ha conseguido es consolidar "la ruptura de todas las normas preestablecidas".

"Si bombardeamos 30 hospitales en vez de sólo uno, eso se convierte en la nueva normalidad y se acepta que esa es una forma de hacer la guerra aceptable", ejemplifica. Lo mismo si se "lanzan bombas de 1.000 kilos a una zona ampliamente poblada una y otra vez, eso se convierte en la nueva normalidad".

En Gaza, insiste, "se han intentado redefinir las normas de la guerra con esas prácticas militares absolutamente descarnadas y despiadadas contra la población civil".