Rosabel Piñeiro y Olga Aranda, durante una visita a los contadores de agua de Anceu.

Rosabel Piñeiro y Olga Aranda, durante una visita a los contadores de agua de Anceu. Cedida

Historias

Dos gallegas veteranas inspiran una 'app' revolucionaria para la Galicia rural: el consumo de agua ya no se registrará a mano

Olga Aranda y Rosabel Piñeiro realizan las lecturas a mano desde hace 20 años. Ahora, desde Rural Hackers les ayudan a digitalizar sus procesos.

Más información: Manuel Carvajal, fundador de Bueydu: "Queremos ser el 'Walllapop' del alquiler de tractores… y lo que surja"

Publicada

Desde hace dos décadas, Olga Aranda y Rosabel Piñeiro llevan a cuestas lo que ellas llaman "el libro gordo de Petete" del agua. Una serie de libretas en las que apuntan información vital de Anceu, una aldea de apenas cien habitantes del concello pontevedrés de Ponte Caldelas.

Son las encargadas de la comunidad de aguas del lugar. Y recogen, a mano, casa por casa, y sin recibir un sueldo a cambio, los consumos de sus vecinos. Además, son responsables del mantenimiento de la infraestructura hídrica del pueblo.

Si se rompe una tubería, Aranda y Piñeiro revisan sus libros y llaman a su fontanero de confianza. Si hay que pedir subvenciones o presentar documentación al concello o a la consejería, ellas la preparan y "discuten" con la Administración.

Piñeiro, a sus 62 años, compagina su trabajo de limpieza en el coliving rural de Anceu con la presidencia de la comunidad de aguas de la aldea.

Aranda, que está "más cerca de los 70 que de los 60", está ya jubilada y, como secretaria de dirección que fue toda su vida, lleva la gestión y administración de la entidad.

Hasta ahora, su trabajo ha sido un tanto tedioso y engorroso. "Mucho papeleo, mucho ir de un lado para el otro", cuentan a ENCLAVE ODS.

Hackear el agua

Pero esta situación está cambiando: durante la primera semana de septiembre, el movimiento internacional (con raíces gallegas), que combina arte y tecnología, Rural Hackers ha organizado un hackaton para ello.

Durante siete días, una veintena de personas especializas en ingeniería, diseño de producto, UX, digitalización, mediación o audiovisuales se reunieron en Anceu para digitalizar la comunidad de aguas del pueblo.

Tenían un objetivo ambicioso: desarrollar una aplicación web que facilite la gestión hídrica en la aldea… y en las 1.500 que hay en toda Galicia en la misma situación.

En busca de la 'app' perfecta

Agustín Jamardo es uno de los hackers rurales a los que se les ocurrió esta idea. "En el coliving de Anceu [donde Rural Hackers tiene su sede de operaciones] siempre hemos creído en el poder transformador de la tecnología", asegura a este vertical.

"¿Por qué, entonces, no íbamos a usarla para facilitar la vida en el pueblo en el que vivimos?", indica. Y, de paso, matiza, a todas las aldeas que siguen gestionando el agua a la vieja usanza: a mano.

Foto de grupo de todos los participantes del 'hackaton' de Rural Hackers.

Foto de grupo de todos los participantes del 'hackaton' de Rural Hackers. Cedida

El primer paso fue encontrar colaboradores: ¿dónde habría expertos en tecnología dispuestos a aportar su granito de arena de manera altruista? Jamardo y sus compañeros recorrieron convenciones por todo el país para reclutar a su ejército de hackers.

"Algunos decidieron venir físicamente al hackaton y compartir sus conocimientos. Otros nos apoyan económicamente… Cada empresa y persona ha encontrado su manera de echarnos una mano", asegura Jamardo.

Uno de ellos es Jesús Angulo, jefe de operaciones de Next Digital, quien pasó buena parte de la semana en Anceu desarrollando la aplicación web.

"Agus nos habló de su proyecto, que era puramente colaborativo y que iba a tener un impacto real", cuenta. Con estas condiciones, Angulo no se pudo resistir.

Soluciones a problemas reales

"Olga y Rosabel nos contaron que van con papel y boli a ver todos los contadores del pueblo —unos 400—, apuntan los datos y vuelven a la oficina a compararlos con los del año anterior, hacen la resta…", recuerda Jamardo.

Esta labor puede conllevar errores que implican volver a visitar el contador. De eso se dieron cuenta todos pronto. Por eso Jamardo dice que lo vieron claro: "Podíamos hacer una app para que, con el propio móvil, in situ, anotasen todo y quedase registrado".

'Briefing' de las necesidades de la comunidad de aguas de Anceu con el equipo que desarrolla la app.

'Briefing' de las necesidades de la comunidad de aguas de Anceu con el equipo que desarrolla la app. Cedida Galicia

Poco a poco, el proyecto web fue tomando forma. "Todos remamos a la vez, no ha habido competición, y hemos trabajado con Olga y Rosabel para que nos dijesen qué funcionaba y qué no en nuestro producto", indica Angulo.

El resultado del trabajo de toda una semana (y toda una vida para Piñeiro y Aranda) se recopila en puntodeagua.com. Es una web donde los pueblos gallegos ya pueden acceder a esta herramienta que les facilita la gestión hídrica.

"Para nosotras es muy cómodo ir al contador y directamente registrar la cifra y que la aplicación lo haga todo", reconoce Piñeiro. A lo que Aranda añade: "Tener siempre a mano, sin libretas, los contactos por si hay averías, los datos del PH, las analíticas… todo".

De código libre y gratuita para sus usuarios, la idea es, explica Jamardo, cualquier comunidad de aguas de Galicia pueda usarla.

Para Angulo, lo más gratificante de la experiencia fue darse cuenta de que "con un pequeño esfuerzo se puede conseguir un gran impacto". Y eso que los retos a los que se enfrentaban eran mayúsculos: despoblación, falta de digitalización y restricción de coste.

"Se puede hablar de dinero, de invertir en tecnología, en grandes poblaciones, pero en aldeas pequeñitas como Anceu no hay presupuesto", afirma Angulo. Y Piñeiro y Aranda lo confirman: "Tenemos el dinero justo para la gestión del agua y ya".

Los próximos pasos, asegura Jamardo, serán dar a conocer la aplicación web y continuar organizando hackatones para seguir resolviendo los problemas de la gente que vive en el rural.