Aerogeneradores en España.

Aerogeneradores en España. Eloi_Omella Istock

Historias

La energía renovable como la opción más competitiva: el 91% de los proyectos ya son más baratos que los fósiles

Las 'verdes' baten récords en 2024 con 582 GW añadidos, pero la ONU advierte que sin una acción política decidida, el avance podría estancarse.

Más información: El almacenamiento de la energía, principal vehículo hacia la descarbonización: la clave de las renovables

Publicada

"Estamos en el umbral de una nueva época. Los combustibles fósiles se están agotando. Amanece una era de energía limpia". Contundente, claro y conciso. Con esta declaración, el secretario general de la ONU, António Guterres, proclamó lo que considera el inicio de una futura etapa global. 

Sus palabras, en el marco del discurso 'Un momento de oportunidad: impulsar la era de la energía limpia', llegaban en paralelo a la publicación del último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que confirma un crecimiento sin precedentes en la capacidad instalada de estas fuentes durante el último año.

En concreto, en 2024 el mundo añadió 582 gigavatios (GW) de capacidad sostenible, un aumento del 19,8% respecto a 2023 y el mayor incremento anual desde que se tienen registros, en el año 2000.

El informe de IRENA, titulado Costes de la generación de energía renovable en 2024, presenta una imagen clara del contexto energético. Y es que la transición está en marcha y avanza con rapidez. 

De hecho, las 'verdes' no solo lideran en volumen, sino también en costes. Según el organismo, el 91% de estos proyectos ejecutados en 2024 resultaron más baratos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

Una vista general muestra los paneles solares utilizados para producir energía renovable en el parque fotovoltaico de Cestas, en el suroeste de Francia.

Una vista general muestra los paneles solares utilizados para producir energía renovable en el parque fotovoltaico de Cestas, en el suroeste de Francia. Regis Duvignau REUTERS

La energía solar y la eólica, que juntas representan ya el 46,4% de la capacidad mundial de generación eléctrica, han desplazado significativamente al carbón y al gas, en especial en mercados clave como China, Estados Unidos y la Unión Europea.

Durante su discurso, Guterres subrayó el papel político y económico de este cambio de paradigma. Afirmó que "la mayor amenaza para la seguridad energética hoy en día son los combustibles fósiles", ya que "dejan a las economías y a las personas a merced de las fluctuaciones de precios, las interrupciones del suministro y la inestabilidad geopolítica".

A diferencia de estos, señaló, "no hay subidas repentinas de costes para la luz solar. No hay embargos para la eólica". 

Un nuevo paradigma

Desde 2010, los costos de almacenamiento en baterías se han reducido en un 93%, facilitando aún más la integración de energías limpias en las redes eléctricas. Este avance ha sido impulsado, entre otros factores, por la expansión de la tecnología, la producción a gran escala con bajas emisiones en países como China y un aumento sostenido de la inversión.

De hecho, según el informe, en 2024 la financiación global en renovables alcanzó los 2 billones de dólares, superando en 800.000 millones a lo destinado a los combustibles fósiles. En la última década, esto representa un incremento del 70%.

No obstante, tanto IRENA como Naciones Unidas advierten que el progreso no está garantizado. Francesco La Camera, director general de agencia internacional, afirmó que "la competitividad en costes de las energías renovables es una realidad actual", pero también alertó sobre posibles obstáculos.

"Las crecientes tensiones geopolíticas, los aranceles comerciales y las limitaciones en el suministro de materiales amenazan con frenar el impulso y aumentar los costos", señaló.

Una de las principales debilidades estructurales identificadas es la falta de una apuesta económica en redes eléctricas. Y es que el informe denuncia que por cada dólar invertido en generación renovable, solo se destinan 60 centavos a la creación de estas a nivel nacional.

Esta desproporción podría generar cuellos de botella técnicos que dificulten el despliegue de nuevas instalaciones y el acceso a energía 'verde', especialmente en regiones en desarrollo.

Energía verde respetuosa con el medio ambiente de desarrollo sostenible de la planta de energía solar con el horizonte de Shanghái.

Energía verde respetuosa con el medio ambiente de desarrollo sostenible de la planta de energía solar con el horizonte de Shanghái. 123ArtistImages Istock

En este contexto, Guterres instó a las grandes empresas tecnológicas a comprometerse a abastecer el 100% de su consumo con fuentes bajas en carbono para 2030. También recordó que, en virtud del Acuerdo de París, casi todos los países deben presentar nuevos planes climáticos nacionales este año.

"Esta transformación se centra fundamentalmente en la seguridad energética y la seguridad de las personas. Se trata de una economía inteligente", afirmó el secretario general de la ONU durante su discurso en Nueva York.

Una nueva era

La intervención de Guterres marca un cambio de tono respecto a los cursos anteriores. Si en 2022 advertía en The Guardian que el mundo estaría "condenado" si fracasaban las negociaciones, y en 2023 hablaba de "la era de la ebullición global", su mensaje actual se centra más en las oportunidades financieras que en las amenazas existenciales. "Hemos superado el punto de no retorno a los combustibles fósiles", afirmó.

Pese al optimismo, los intereses vinculados a las fósiles siguen siendo poderosos en varias economías. En Estados Unidos, Donald Trump ha anunciado recortes a los incentivos para las energías limpias mientras impulsa el carbón y el petróleo.

En China, a pesar del avance renovable, se siguen planificando nuevas centrales de carbón. En India, el primer ministro Narendra Modi celebró recientemente la milmillonésima tonelada de producción nacional de este mineral.

Bill Hare, director ejecutivo del grupo Climate Analytics, señaló en The Guardian que "cualquier inversión en nuevos combustibles fósiles ahora es una apuesta arriesgada", mientras que sumarse a la carrera de las 'verdes' "solo puede traer beneficios: empleos, energía más barata a precios estables, independencia y acceso donde más se necesita".

Por su parte, Kaysie Brown, de la organización E3G, instó a los países a presentar planes climáticos sólidos de cara a la próxima COP30, que se celebrará en Brasil en noviembre.

"El mundo cuenta ahora con las soluciones técnicas y el imperativo económico para acelerar la transición a las energías limpias, una transición esencial para la estabilidad global y la prosperidad compartida", afirmó la directora del grupo de expertos. "Pero aprovechar esta oportunidad exige un liderazgo audaz y una cooperación más estrecha".