Una de las costureras del taller de Venus ejecuta uno de sus patrones.

Una de las costureras del taller de Venus ejecuta uno de sus patrones. Cedida

Historias

Eco-concepción, reutilización y aprovechamiento energético: la moda de baño apuesta por la sostenibilidad en sus tejidos

Con casi 100 años de historia, la marca española Venus confía en materiales reciclados para cumplir su compromiso con el medioambiente. 

Más información: La moda sostenible contra la tiranía de las máquinas y la despoblación rural

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"Entiendo la sostenibilidad desde el punto de conocimiento de la cadena de suministro de la marca y del cliente". Así lo explica a ENCLAVE ODS Marcos Pizarro, director general de Venus. Lleva ya algún tiempo a los mandos de la compañía de moda de baño y, como el mismo dice, ha conseguido "traer a la marca a la actualidad de nuevo, sin perder la filosofía que lleva más de 80 años abanderando". 

La firma se fundó en España allá por 1932 y pese a que, señala Pizarro, "realmente ya venían con algunas cosas que se podrían decir que eran sostenibles", por aquel entonces no lo sabían. El foco en el medioambiente se puso —de forma consciente— después de que su director general iniciase una formación en esta materia. Y ahí arrancó todo. 

Es cierto que Pizarro no hace de la sostenibilidad el "barco bandera" de la compañía, pero considera que tener un conocimiento total de los procesos puede llevarles a "ser más eficaces". Es por eso que, asegura, él conoce toda la cadena de suministro, lo que le permite tener una visión 360. 

De un modo u otro, en esta industria todo está conectado. Y así lo explica: "Para poder ser sostenibles hay que evaluar todos los puntos de la cadena, conocer cada uno de ellos y ser más eficiente. Entonces eso, aparte de ser eco, implica conocimiento". Y es que, dice, la rentabilidad es la base para poder vender este concepto a los empresarios. 

La cadena de producción

Su objetivo principal desde que arrancaron este planteamiento fue tener un total conocimiento de la cadena de suministro. Y así lo están demostrando. Están midiendo su impacto para, una vez tengan la imagen, empezar con el proceso de divulgación. Y es que, dice Pizarro, "no se puede comunicar hasta que no tengas una veracidad y sea verificable". O, por lo menos, así lo describe la normativa europea. 

Marcos Pizarro, director general de Venus, la marca española de trajes de baño sostenibles.

Marcos Pizarro, director general de Venus, la marca española de trajes de baño sostenibles. Cedida

El límite es 2026, y asegura que todavía tienen camino que recorrer, aunque lo están poniendo en marcha. De momento, han logrado que el 80% de sus trajes se realicen con tejidos sostenibles, aunque su idea a corto plazo es alcanzar el 100% de diseños fabricados con tejidos ecológicos. 

Para ello, dice, han de hacer frente a algunos hándicaps. Por ejemplo, en el caso de la Lycra o el elastano —que son una mezcla de fibras—, el reciclado tiene que ser químico. De hecho, explica, "lo que se puede hacer hasta ahora para separar la fibra es más contaminante que el hecho de no tratarla".

Por eso, en el caso de Venus, Pizarro está apostando por otro camino: utilizar fibras biodegradables. Sin embargo, esta cuestión tampoco está libre de trabas. Puede que la intención, dice, sea hacer una fibra para un bañador únicamente con estas características, pero cuando llega el momento del triaje o de desecharlo vuelven los problemas. 

Por un lado, indica, está la cuestión de "cómo volver a recuperarlo" y, por otro, ver dónde se puede degradar. Porque, apunta, un material así es biodegradable siempre "bajo unas condiciones, si no es un residuo normal".

Si bien es cierto que aún existe alguna que otra duda sobre cómo hacer frente a estos desafíos, lo que sí han conseguido desde la compañía, menciona Pizarro, es pasar de los 90 años que puede durar la Lycra a los cinco. Es decir, "se degrada bastante rápido en comparación". 

Foco sostenible

Allá por 2023, ya hablaban desde la compañía de cuatro pilares: eco-concepción, ecología industrial y cercanía, reutilización y aprovechamiento energético de los residuos. Ahora, dos años después, podemos decir que son el centro de su actividad empresarial. 

El taller de producción de Venus, la firma de baño española nacida en la década de los 30.

El taller de producción de Venus, la firma de baño española nacida en la década de los 30. Cedida

Trabajan para que todos los miembros de la cadena de suministro compartan la filosofía sostenible. Es decir, que proveedores, talleres y comerciales estén enfocados en la misma línea de trabajo.

En cuanto a la ecología industrial y cercanía, dice Pizarro, tratan de mejorar todos los envíos —dado que se encuentran en Túnez— para que sean lo más grandes posible. Lo hacen trabajando con navieras, uno de los transportes menos contaminantes, y se esfuerzan porque los viajes no cuesten más de un día y el material sea fácil de llevar. 

Están tratando de "unificar todo tipo de tejidos" para poder reutilizar materiales y tener zero waste. Al mismo tiempo, centran sus acciones en el aprovechamiento energético de los residuos. Aunque, dice, aún es necesaria "más industria de recuperación" para vislumbrar este futuro del textil. 

La postventa

La economía circular no se limita al uso de tejidos sostenibles, sino que engloba la totalidad del proceso: producción, distribución y postventa. Por eso, explica Pizarro, están tratando "la educación del cliente". Y lo explica: "Al final nosotros podemos proponer una marca con unos valores, con una prenda que dure, pero tiene que ser el consumidor quien lo entienda". 

En su caso, confiesa el director general, este reenfoque 'verde' está haciendo que su clientela vaya mostrando, poco a poco, más interés por los nuevos materiales que están empleando. Y, asegura Pizarro, no dejarán de innovar: "Es una mejora continua. No es un objetivo concreto, sino mejorar en el día a día".