Un joven se mira la mano mientras fuma Kush, el 21 de junio de 2023.

Un joven se mira la mano mientras fuma Kush, el 21 de junio de 2023. John Wesels Getty Images/AFP Freetown, Sierra Leona

Historias

La droga de huesos humanos que engancha a los niños en Sierra Leona: los adictos terminan en el psiquiátrico

El 'kush', compuesto por cannabis, fentanilo, tramadol y otros psicoactivos, pone en alerta al país, que ya ha declarado la emergencia nacional. 

16 abril, 2024 02:06

Cannabis, fentanilo, tramadol, formaldehído y, según han reportado recientemente, huesos humanos triturados. Esa es la fórmula del kush, una adictiva droga que rebosa en las calles de Freetown —y en el resto del país africano—. La situación no ha hecho más que agravarse en los últimos meses, hasta tal punto que el mismo presidente, Julius Maada Bio, se ha visto obligado a declarar el estado de emergencia nacional contra la "amenaza existencial" que representa el consumo de esta desvastadora droga sintética. 

El mandatario sierraleonés denunció en un discurso televisado por medio Cocorioko que "las consecuencias destructivas del kush en los cimientos mismos de nuestro país: nuestros jóvenes". Si bien no existen cifras oficiales sobre el consumo de esta sustancia, sí que es ha establecido un perfil del drogodependiente: hombres de 18 a 25 años, desempleados que buscan el consuelo de una situación de extrema pobreza.

Se estima que desde que llegó a las calles hace seis años se ha extendido como la pólvora, e incluso se sospecha que se ha propagado a Liberia y Guinea, países que comparten frontera con Sierra Leona. Uno de sus alicientes para los jóvenes que se aventuran a consumirla es su reducido precio: cada porro cuesta 5 leones —menos de 1 céntimo de euro—. Hasta tres personas suelen compartir cada canuto. Se calcula el consumo llega a los 40 diarios. Esta droga está matando a, aproximadamente, 12 personas por semana. 

"Ya hemos registrado casi 2.000 casos de adictos al kush en 2023 en el hospital. Muchos están muriendo en sus casas y en la calle", declaró Jusu Mattia, superintendente médico en funciones del centro a The Telegraph. Este mismo centro identificó a 47 personas como consumidores en 2020. Mientras que en 2022, fueron 1.101. La mayoría de los pacientes son hombres de entre 18 y 25 años.

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"La droga (…) hace que la gente se duerma mientras camina, se caiga, se golpee la cabeza contra superficies duras y se cruce con el tráfico en marcha", ha explicado Michael Cole, catedrático de Ciencias Forenses de la Universidad Anglia Ruskin. Se trata de un cóctel explosivo que se produce a partir de ingredientes de distinta procedencia. El cannabis se cultiva localmente, se cree que el fentanilo llega de laboratorios chinos, mientras que el tramadol proviene de otras partes del continente asiático. 

Ruskin ha destacado en el artículo para la agencia The Conversation que el peligro de la droga es doble: "el riesgo de autolesión para el consumidor y la naturaleza altamente adictiva de la propia droga. Otro problema es la necesidad de financiar la siguiente dosis, a menudo a través de la prostitución o de actividades delictivas".

Ladrones de tumbas

La mayoría de los consumidores experimenta somnolencia cuando toman la droga; es más, en ocasiones no están ni siquiera conscientes cuando cruzan la calle y acaban siendo atropellados. Por ese efecto se suele llamar "droga zombi", lo que recuerda a su homónima yanqui. 

Aunque se ha documentado la presencia de huesos humanos en las composiciones, no se conocen con exactitud los principios activos que se aprovechan en el kush. El contenido de azufre en las cenizas; otros afirman que se usan los restos de narcóticos de quienes consumieron fentanilo o tramadol. También se especula que el formol, empleado en las morgues para conservar cadáveres, serviría para enriquecer la droga

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No obstante, ha explicado Cole para The Conversation, ambas teorías son poco probables. "Los niveles de azufre en los huesos no son elevados. Fumar azufre provocaría la producción e inhalación de dióxido de azufre altamente tóxico". Y además, ha añadido, "cualquier contenido de droga en los huesos es órdenes de magnitud inferiores al necesario para causar un efecto fisiológico". 

Varias personas se reúnen en un punto de venta de droga Kush, el 26 de junio de 2023.

Varias personas se reúnen en un punto de venta de droga Kush, el 26 de junio de 2023. John Wessels Getty Images Freetown, Sierra Leona

Los traficantes se están convirtiendo en ladrones de tumbas, irrumpiendo en miles de tumbas para robar esqueletos y poder hacer frente a la demanda. Los frecuentes saqueos de sepulcros han obligado a las autoridades locales a reforzar la seguridad. En declaraciones a la BBC, el teniente de alcalde de Freetown, Kweku Lisk, dijo que su oficina había solicitado seguridad a la policía para hacer frente a los profanadores de sepulcros, desplegando a la policía por la noche en el cementerio de Kissy Road, un cementerio sin vallar al este de la ciudad. 

El psiquiátrico, la única vía

Ante esta crisis social y sanitaria, el país cuenta con dos instalaciones de atención a estas personas: dos centros psiquiátricos. Estos son los únicos lugares para desintoxicar a los adictos traídos por sus familiares. El kush puede producir efectos adversos en el largo plazo, provocando llagas en el cuerpo y problemas de salud mental, tal como ha señalado Annah Boombu Johnson, directora del Centro de Rehabilitación City of Rest —una de las dos instituciones—, a la agencia Bloomberg.

El 'chute' va acompañado, tal como se ha podido recabar directamente de los testimonios de los usuarios, de una sensación de martilleo en la cabeza y dolor en el cuello y las articulaciones. Para seguir colocados todo el tiempo, los usuarios recurren a los hurtos. Con el paso del tiempo su sistema inmunitario se debilita, las llagas supuran y se les hinchan los pies. Además, la droga también causa problemas hepáticos, renales y respiratorios, y muchos han perdido la vida a causa del estupefaciente.

Dos adictos al kush en recuperación sentados en sus camas en el Hospital Mental de Kissy, el 22 de junio de 2023.

Dos adictos al kush en recuperación sentados en sus camas en el Hospital Mental de Kissy, el 22 de junio de 2023. John Wessels Getty Images Freetown, Sierra Leona

"Psicológicamente, existe una dependencia: el paciente se vuelve tan dependiente de la sustancia que no puede hacer nada sin consumir kush. Lo primero que tienen que hacer por la mañana es asegurarse de rellenar el depósito de kush y, más tarde, a medida que avanza el día, siguen consumiendo", declaró a Africanews Jusu Mattia, superintendente médico en funciones del Hospital Psiquiátrico Docente de Sierra Leona.

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En el centro informal de desintoxicación, las personas drogodependientes son aisladas y tratadas con antipsicóticos durante un periodo de 3 a 6 semanas. Al tiempo que reciben atención médica, los pacientes reciben terapia y participan en actividades de reintegración como clases de costura, aunque las recaídas son frecuentes debido a la falta de recursos. 

Tal como informó France 24, desde abril de 2022 el Estado no proporciona alimentos a los pacientes; la única solución ha sido que el propio personal pagara el importe de los enseres hasta que la oenegé Partners In Health decidió encargarse de la financiación.

"Este kush letal, que no conoce fronteras de clase, etnia, género o religión, se está cobrando un precio devastador en nuestras comunidades, destrozando familias y robándonos a nuestros futuros líderes", ha añadido el presidente Bio en su discurso televisado. E hizo un llamamiento a los funcionarios para crear un Grupo de Trabajo Nacional sobre Drogas y Abuso de Sustancias dedicado a "combatir la crisis de la kush".