La mayor tasa de embarazos involuntarios se concentra en países de África subsahariana. Foto: iStock.

La mayor tasa de embarazos involuntarios se concentra en países de África subsahariana. Foto: iStock.

Historias

La crisis invisible de los embarazos no deseados en niñas y adolescentes en África: "Son una lacra"

Cada año se producen alrededor de 121 millones de embarazos, de los cuales más del 50% son involuntarios, según datos de Naciones Unidas.

11 septiembre, 2023 02:24

Los embarazos no deseados de millones de mujeres, niñas y adolescentes son una crisis invisible. En este sentido, uno de cada dos embarazos en el mundo no son planeados y la mayoría de esas gestaciones involuntarias culminan en abortos, según el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés). 

En esta línea, se estima que 257 millones de mujeres que quieren evitar un embarazo no se están protegiendo con métodos anticonceptivos seguros y modernos, y 172 millones no está utilizando ninguno. Asimismo, un 23% afirma no poder negarse a mantener relaciones y están siendo víctimas de abusos y agresiones sexuales.

Entre los factores que están detrás de estos embarazos no intencionales se encuentran la falta de información o de acceso efectivo a servicios de salud sexual y reproductiva, la violencia sexual y la coerción reproductiva, la pobreza y el estancamiento del desarrollo económico o la desigualdad de género

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Las mayores tasas se registran en algunos países de Asia, pero principalmente de América Latina y África subsahariana. Ante esta problemática, Hellen Namuli, natural de Mukono (Uganda) decidió fundar la organización Desmond and Hellen Teenage Mother and Childcare Qrganization (DAHTMACO) en su país de origen, pero también en Nigeria.

"Los embarazos no deseados en niñas y adolescentes son una lacra en los países africanos", afirma. Sin embargo, su objetivo está claro: ayudar a estas madres jóvenes a convertirse en la próxima generación de líderes, que van a transformar sus vidas y también a sus comunidades.

Hellen Namuli, presidenta de la ONG DAHTMACO.

Hellen Namuli, presidenta de la ONG DAHTMACO.

La educación como pilar

Dentro de los entornos en los que trabajan, Mukono (Uganda) y Edo (Nigeria), se encuentran con las jóvenes madres y con aquellas que se están en estado de gestación. Con ambos grupos se centran en brindar información y educación sobre sexualidad y planificación familiar.

"En estas comunidades hay mucho tabú al hablar sobre estos temas, lo que supone un gran reto para nosotras. Es algo cultural", cuenta Namuli. "Nuestras niñas y adolescentes no pueden conversar sobre esto con sus padres. Se recurre mucho a la figura de la tía. A mí, por ejemplo, ella fue quien me enseñó", continúa.

"Además de ser una cuestión cultural, también responde a otros factores como los económicos. Lo mismo ocurre con la higiene menstrual. Muchas veces dejan de ir al colegio durante sus días de regla por vergüenza y desconocimiento. Esto, al final, son muchos días al año donde las niñas no están escolarizadas", explica. 

En este sentido, según detalla Namuli, que una niña o adolescente comience a menstruar significa, a su vez, que ya está lista para comenzar "su vida adulta". "En la mayoría de nuestras culturas se piensa que por este hecho ya debes casarte y tener hijos, lo que se traduce en matrimonio infantil". 

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Actualmente, 125 millones de niñas que han sido obligadas a casarse antes de cumplir la mayoría de edad (18 años) en países de africanos, según Unicef. Un escenario preocupante, más si cabe que, acorde a las estimaciones del fondo para la infancia de la ONU, esta cifra alcanzará los 310 millones en 2050.  

Una niña se lava cuidadosamente las manos en unos barreños.

Una niña se lava cuidadosamente las manos en unos barreños. DAHTMACO

Salud en riesgo

Dentro de este tipo de uniones forzadas y pactadas se produce violencia sexual. "Muchas de nuestras jóvenes no son conscientes de este tipo de violencias, pues las asumen dentro del matrimonio y las soportan porque estos enlaces les brindan cierta seguridad económica a ellas y sus familias", explica. 

Estos vínculos involuntarios se entienden como un mecanismo de protección ante la acuciante pobreza, una dinámica que no solo afecta a niñas y adolescentes, sino también a mujeres adultas. El impacto que esto supone para ellas a nivel físico, pero también psicológico, es enorme

Además de los embarazos no deseados o las enfermedades de transmisión sexual, preocupa la mutilación genital femenina. "Esto es gravísimo y no podemos permitir que se siga sucediendo dentro de nuestras comunidades, trabajamos con las jóvenes y las familias para concienciar y educar sobre su impacto", apunta. 

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Hasta la fecha, se estima que unos 130 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de la ablación, según datos del Fondo de Población de Naciones Unidas. Este tipo de agresiones puede provocar afectaciones de salud graves, dolor crónico, depresión, infertilidad e incluso la muerte. 

Un nuevo comienzo

Para apoyar la independencia económica de estas jóvenes nigerianas y ugandesas, desde DAHTMACO trabajan por darles formación para que puedan desempeñar un oficio que las ayude a sostenerse. "Hemos llegado a 100 mujeres en ambos países, hay tantas historias… nos gustaría poder ayudar a muchas más", cuenta.

La búsqueda de recursos para financiar el proyecto y poder seguir creciendo es todo un reto. "La gran parte de las cosas que hemos conseguido ha sido gracias a familiares y conocidos que nos han apoyado. El trabajo en terreno lo hacen personas de la comunidad como voluntarias", explica. 

En su mayoría son mujeres. "Queremos demostrar que nosotras también podemos hacer las cosas bien, que somos iguales que ellos. Vivimos en una sociedad muy patriarcal", dice Namuli. Y lo están consiguiendo tras cinco años de mucho esfuerzo: "Cada día vienen más chicas interesadas en participar y recibir apoyo".  

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Lo hacen con todo tipo de peticiones, pero la principal es volver a estudiar. Para ello, recientemente han adquirido algunas máquinas de coser. "Por nuestra cultura, siempre nos gusta ir bien arreglados y celebramos muchas fiestas. Siempre vamos a la modista, por lo que es una actividad rentable", señala.

"Se trata de que sepan que ellas son capaces de lograr lo que se propongan, y que pueden sacar a sus hijos e hijas adelante sin necesidad de esa figura masculina, que en el 90% de los casos está ausente. No están solas, nosotras las acompañamos y lo seguiremos haciendo", concluye.