El operativo en el embalse de Sau, en Cataluña, para preservar la calidad del agua.

El operativo en el embalse de Sau, en Cataluña, para preservar la calidad del agua. ACA

Historias

La sequía obliga a sacrificar toneladas de peces de un embalse de Cataluña para salvar el agua potable

En el pantano de Sau se extraerán las especies exóticas para evitar una mortandad masiva que 'pudra' un agua de consumo escasa.

16 marzo, 2023 02:00

El pueblo catalán de Sant Romà, que llevaba al menos un siglo abandonado, se inundó en 1963 para dar lugar al embalse del Sau, al norte de Barcelona. Bajo sus aguas, quedó la antigua iglesia de Sant Romá de Sau, del siglo XI. Con cada sequía, su campanario emerge como testigo del agua cada vez más escasa en la región, hasta el punto de que su resurgir ha pasado de ser algo excepcional a formar parte del paisaje habitual del municipio Vilanova de Sau en los últimos años.

La fuerte sequía que atraviesa Cataluña está llevando a mínimos históricos los embalses catalanes y está cambiando las reglas del juego. El poco agua que queda en el de Sau, hasta ahora utilizado –sobre todo– para producir electricidad (unos 85 millones de kilovatios hora), pasará al de Susqueda, al 39%. Un trasvase que, en los próximos meses, puede garantizar el abastecimiento de más de cinco millones de personas de las comarcas gerundenses y de la región metropolitana de Barcelona.

El problema es que, cada vez, sale más agua de la que llega a un río Ter boqueante. Los últimos datos del embalse de Sau sitúan el agua acumulada en un 9,8%, los más bajos desde la década de los 90. Está unos 40 puntos porcentuales por debajo de los niveles de hace un año, cuando también se atravesaba por un período de sequía en la región. Una situación extrema que, unida al trasvase de 0,5 hectómetros cúbicos diarios hacia Susqueda, ha activado un operativo para evitar que el poco agua restante se pudra.

[La paradoja catalana: la sequía persiste mientras en España se acumula más agua que hace un año]

Dados los bajos niveles de agua, la actuación contempla como medida preventiva una reducción de la densidad de peces del embalse, que se verán amenazados por un menor volumen de agua. 

Con la llegada de la primavera y una mayor irradiación solar, se puede producir un fenómeno conocido como estratificación, cuando se separan las capas de agua por la mayor temperatura que adquiere la superior. Esto, unido a los bajos niveles del embalse, puede comportar un descenso del oxígeno en el agua, lo que podría llevar a una mortalidad masiva de peces si se mantienen con densidades elevadas.

En este sentido, fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) cuentan a EL ESPAÑOL que el jueves se llevó a cabo la primera retirada de peces del pantano. “La idea es extraer unas dos toneladas al día”, algo que “inicialmente se prevé [que se lleve a cabo] durante un mes y medio”. 

Hasta el embalse de Sau se desplazarán un total de cinco pesqueros para comenzar esa reducción de densidad de peces. Por un lado, se retirarán los ejemplares con carácter invasor. Según los estudios de la ACA, en este pantano se pueden encontrar hasta 10 especies exóticas distintas de peces más una traslocada, es decir, que no es propia de la cuenca.

‘Operación Pantano’: la sequía catalana obliga a retirar los peces de un embalse para salvar el agua potable

‘Operación Pantano’: la sequía catalana obliga a retirar los peces de un embalse para salvar el agua potable

Según la normativa vigente, se procederá a sacrificar las especies exóticas para preservar la biodiversidad autóctona. El objetivo, según un comunicado de la agencia catalana, es evitar que su traslado a otras masas de agua pueda alterar la biodiversidad de los ecosistemas receptores o causar afectaciones a la calidad sanitaria de las masas de agua. 

Como recoge el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las especies exóticas invasoras son especies foráneas introducidas de forma artificial, accidental o intencionadamente y que, después de cierto tiempo, consiguen adaptarse al medio y colonizarlo. “Un combate desigual en el que lo autóctono es el claro perdedor”, apuntan, porque “las especies nativas, al no haber evolucionado en contacto con estas nuevas, no pueden competir con ellas, por lo que son desplazadas o, en el peor de los casos, mueren y se extinguen”. 

En el embalse de Sau pueden encontrarse algunas como siluros, luciopercas, carpas, alburnos y otras especies que han podido ser introducidas desde hace años para la pesca deportiva. Se estima que, según lo comentado por la ACA, en el pantano pueden encontrarse más de 60 toneladas de este tipo de peces exóticos, algunos de ellos no invasores. 

Así, los ejemplares extraídos se gestionarán, a través de gestores de residuos autorizados y se procederá, siempre que sea posible, a su valorización. Esto quiere decir que se podrían destinar para, entre otras cosas, producir biodiésel o fertilizantes. Por otro lado, las especies autóctonas capturadas se liberarán en otras masas de agua cercanas.

Una sequía ‘sin fin’ 

La fuerte sequía sigue golpeando con dureza a Cataluña. Atraviesa la peor sequía de su historia. Las precipitaciones anuales apenas llegan a la mitad de las esperadas y eso se nota en los embalses y en la disponibilidad de agua. Esta semana, de hecho, se activaron nuevas restricciones que afectan a seis millones de habitantes repartidos en más de 200 municipios.

Tanto las Cuencas Internas de Cataluña como los embalses del Ámbito Ter Llobregat se encuentran al 27% de su capacidad. Unos niveles que, según el Plan de Sequía catalán, sitúa la media de las reservas de agua en “sequía extrema” y a tan solo tres puntos porcentuales de entrar en situación de excepcionalidad (cuando las reservas no llegan al 25%). 

Hasta ese extremo ya han llegado varios de los embalses, por lo que, además de las restricciones, se está recurriendo a medidas complementarias para asegurar el consumo. Como ya contamos en este periódico, desde hace siete meses, las desalinizadoras trabajan a pleno rendimiento y se utilizan aportes de agua regenerada para asegurar el abastecimiento en la región.

De hecho, si los niveles no llegan al nivel de emergencia de la sequía de 2008 (cuando las reservas alcanzaron el 20%) es porque también se está aumentando el aporte de agua desde otras fuentes.

Hay que recordar que las reservas catalanas tienen una particularidad, y es que, por ejemplo, en las Cuencas Internas, los embalses no tienen más que 677 hectómetros cúbicos de capacidad total (casi 1.000 hectómetros cúbicos menos que la mediana del país). Según explicaron en su día las mismas fuentes de la agencia catalana esto “se traduce en una garantía [de agua] de un año”. Añaden que, “en la actualidad, vivimos en un estado de sequía muy severo”.

En el resto del país, la situación tampoco afronta datos muy positivos. Según el último boletín del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la reserva hídrica del país se sitúa al 51,2%, con algunas cuencas –además de la catalana– en una situación preocupante, como son: Guadiana, al 34,7%; Guadalete-Barbate, al 30%; Guadalquivir, al 25,8%; la Cuenca Mediterránea Andaluza, al 38,4%, o la del Segura, al 36,1%.

Es cierto que la cantidad acumulada supera la de hace un año (con unos 4.000 hectómetros cúbicos más), pero sigue muy por debajo de la media de los últimos 10 años. Como han alertado en numerosas ocasiones desde el Observatorio Ciudadano de la Sequía, esto tiene que ver no sólo con una escasez de precipitaciones, sino también con un mal uso del agua disponible.

Situación respecto de la Sequía Prolongada. Febrero 2023.

Situación respecto de la Sequía Prolongada. Febrero 2023. Subdirección General de Planificación Hidrológica. Dirección General del Agua

De acuerdo con el último informe del MITECO en relación a la sequía prolongada y escasez coyuntural, el mes de febrero tuvo un carácter muy seco en la Península, con un valor global de precipitación de 17,1 mm (para un valor medio de los meses de febrero del periodo de referencia 1991-2020 de 46,3 mm). Como resultado, han aumentado las zonas en sequía prolongada, “debido principalmente al empeoramiento producido en las Cuencas internas de Cataluña”.

Además, en las cuencas del Guadiana, Guadalquivir así como  las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y de las Cuencas internas de Cataluña la situación de escasez coyuntural es “muy negativa”.

Pilar Paneque, catedrática de Geografía Humana en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y responsable del Observatorio Ciudadano de la Sequía, explicó en un artículo anterior que hay un problema, y es que “se está utilizando más agua de la que se tiene” y “las restricciones de agua en muchas demarcaciones no están siendo suficientes”.

La experta insistía en que, en España, “vamos a tener menos agua disponible. Están todos los cálculos hechos. En torno a un 25%, siendo conservadores. Sabiendo esto y que hemos llevado el sistema a un momento de tensión no hay otra situación que reducir los consumos y eso tiene que ser mediante el diálogo”.