Imagen de un pozo de extracción de gas abandonado.

Imagen de un pozo de extracción de gas abandonado. iStock

Historias

La 'fiebre del oro' del hidrógeno puro cobra fuerza en Huesca y ‘despierta’ un antiguo pozo

Bajo el suelo de pueblos aragoneses como Monzón y Barbastro se proyecta la primera reserva europea de hidrógeno 100% natural.

12 marzo, 2023 01:33

Corrían los años del desarrollismo, de la búsqueda incesante de un aperturismo económico que reflotara a una España aislada, aún con ecos de pobreza y desigualdad como resultado de las guerras pasadas. Más allá del boom del turismo, en 1963, se llevaron a cabo perforaciones en municipios aragoneses como Monzón. El objetivo era encontrar petróleo, pero, casi por serendipia, encontraron algo muy distinto: hidrógeno puro.

Aquel hallazgo permaneció guardado en un cajón. En una economía carbonizada, no era algo que interesara. Hoy, la realidad es bien distinta. En pleno apogeo del hidrógeno y la aspiración de España por convertirse en un suministrador europeo de este recurso, aquel descubrimiento casual ha vuelto a la primera línea. “Es una revolución energética”, asegura a EL ESPAÑOL Isaac Claver, alcalde de Monzón.

El hidrógeno gris es el que más se utiliza en la actualidad, sobre todo en la industria química para fabricar amoníaco y fertilizantes, para obtener acero y para el refinado del petróleo. A pesar de su nombre, es invisible, pero este apodo viene de la forma en que se procesa para utilizarlo como fuente de energía. Y en este caso, su origen es muy contaminante. Se produce a partir de combustibles fósiles como el gas natural, lo que da lugar a la emisión de entre 70 y 100 millones de toneladas de CO2 al año en la UE, como recoge la Estrategia Europea del Hidrógeno.

Ante la actual deriva climática, los ojos están puestos en otro tipo de hidrógeno: el verde, producido a través de energías renovables. Sin embargo, hoy en día, sigue sin ser competitivo. El gris acapara los mejores precios. Una situación que podría llegar a cambiar. Sobre todo, tras hallazgos como el de Huesca, donde se proyecta el que puede convertirse en el primer pozo de hidrógeno natural de Europa.

Este tipo de hidrógeno podría dar comienzo a una nueva fiebre del oro. Es puro, natural y no necesita de ningún proceso para obtener electricidad ni requiere –en principio– de técnicas dañinas de extracción como el fracking. Esta forma no convencional de obtener hidrocarburos genera fracturas artificiales en las rocas del subsuelo donde se alojan mediante una inyección de fluidos a alta presión.

Extracción de gas natural por fracking o fracturación hidráulica.

Extracción de gas natural por fracking o fracturación hidráulica. iStock

Como apunta el periodista especializado en energía Peter Coy en una columna reciente en The New York Times, este hallazgo siempre ha estado ahí, materializado en proyectos como el de Malí –donde existe una importante reserva–, o en los papers de un puñado de científicos especializados. Y, sin embargo, ha sido “una noticia fantástica que ha recibido poca atención”, recuerda Coy.

En España, la empresa Helios Aragón Exploration, filial de otra radicada en Singapur, está tras la pista de unas reservas de hidrógeno natural detectadas en Huesca a 3.600 metros de profundidad durante el tardofranquismo. La compañía hispano-británica recibió el 1 de junio de 2020 dos licencias de exploración de hidrocarburos durante un período de seis años en dos localidades oscenses: Barbastro y Monzón. 

Un proyecto paralizado

Poco después de obtener estos permisos de investigación (solicitud 1, solicitud 2) –concedidos en 2020–, el Gobierno aprobó, en mayo de 2021, la ley de cambio climático y transición energética. En su artículo 9 recoge que, a partir de la entrada en vigor de la ley, no se otorgarán “nuevas autorizaciones de exploración, permisos de investigación de hidrocarburos o concesiones de explotación para los mismos”. Algo de lo que tampoco se salva el hidrógeno puro que Helios Aragón pretendía explotar en los municipios aragoneses. 

Según explican en su página web, el proyecto comprende una superficie de 89.536 hectáreas. “Nuestros datos geológicos/geofísicos en los permisos respaldan la presencia de una excelente roca de capa de sal y esto ha llevado a nuestro equipo técnico a estar extremadamente entusiasmado con el potencial de una acumulación comercial de hidrógeno/helio en los permisos”, apuntan desde la empresa. 

Almacenamiento de hidrógeno verde.

Almacenamiento de hidrógeno verde. Invertia

La promesa del hidrógeno a bajo coste y sin emisiones parecía al alcance de la mano, pero hay un inconveniente. La escasa legislación existente de este recurso ha frenado este ambicioso proyecto. Según declaraciones de Ian Munro, el CEO de Helios Aragón, recogidas por El Periódico de Aragón, “en unas prospecciones realizadas en mayo [de 2022] en el pozo Monzón-1 se registró un 0% de hidrocarburos, por lo que no tiene sentido que estén dentro de la misma legislación”.

Por este motivo, y como informa el mismo medio, la compañía ha enviado ahora al Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) una solicitud para incluir el hidrógeno y el helio dentro de la Ley Española de Minas. La norma, como ha informado el MITECO a EL ESPAÑOL, ha finalizado su período de consulta pública y “en este momento, se están analizando las respuestas”.

Claver, el alcalde de la localidad oscense de Monzón, comenta a este periódico que esta “revolución” podría generar “un abaratamiento energético”, pero para ello “sería necesaria una adaptación de la normativa”. El regidor insiste en que “hay que remar en la misma dirección”. El proyecto, según apunta, requeriría una inversión de 900 millones de euros y  generaría en torno a 300 empleos directos y 1.500 indirectos. “Se convertiría en el primer centro de hidrógeno de Europa”, resalta.

La forma de extraerlo, en principio, sería por los “medios tradicionales” que se emplean con el gas y el petróleo. Como explica Patricia Cabello, profesora de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universitat de Barcelona y experta en geofísica de reservorios de hidrocarburos, “es un tipo de hidrógeno que se ha producido por un proceso geológico” y está “confinado” en el subsuelo.

Extracción convencional de hidrocarburos.

Extracción convencional de hidrocarburos. iStock

“Cuando se estudian cuántos carburos hay en el subsuelo y cómo se extraen, se hacen investigaciones muy costosas, pero abundan los datos indirectos”, apunta Cabello, por lo que “siempre hay un riesgo a la hora de estimar las reservas que pueda haber”.

Lo que sí es cierto es que este tipo de gas es menos contaminante: “Cuando combustionamos el gas natural para obtener la energía, en este proceso se emite CO2 que se libera a la atmósfera”. Sobre todo, puntualiza, al ritmo al que lo estamos consumiendo. Sin embargo, el hidrógeno se combinaría con oxígeno y nos daría agua.

No obstante, Cabello explica que “todo tiene su impacto, nada es inocuo. Si tienes que hacer un pozo, necesitas también unos recursos energéticos para poder perforar, tienes que hacer una remediación del campo donde has realizado tu extracción. O si utilizas agua que es una salmorra no la puedes devolver tal cual”. 

Qué dicen los expertos

Ante tales expectativas, y ante megaproyectos millonarios en torno al hidrógeno como el del H2Med, se abren varias incógnitas que aún plantean dudas para los expertos en la cuestión. Es el caso de Albert Banal-Estañol, profesor de economía y finanzas de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y miembro del comité asesor del regulador británico Ofgem.

“No es mala la posibilidad de encontrar hidrógeno directamente sin tener que fabricarlo. Es muy positivo, pero todavía no sabemos ni lo que hay ni cuánto hay ni qué calidad tiene. Si es realmente puro, como en Malí, o si luego hay otras cuestiones que hay que tener en cuenta”, comenta Banal-Estañol.

Sobre todo, cuenta el profesor, lo más cuestionado de todo es el uso que pueda llegar a darse a ese hidrógeno. “A gran escala, su utilización sigue estando en duda, no solo por la producción sino por el lado de la demanda. Si realmente vamos a utilizar coches con hidrógeno o si todo el transporte se va a electrificar o no”, asegura Banal-Estañol.

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En esto coincide Ana Maria Jaller-Makarewicz, analista energética del IEEFA Institute, que asegura que lo que produce en España la industria del hidrógeno gris son 500.000 toneladas al año. Sin embargo, la del hidrógeno natural hallado en Huesca se estima –según estudios preliminares– en torno a 50.000 y 70.000 toneladas de hidrógeno al año.

“Si es posible sacar este hidrógeno, es muy interesante, pero tampoco sabemos su viabilidad. De momento, la producción no es monumental teniendo en cuenta el hidrógeno gris que se consume en España, y sin pensar en que también queremos exportar”, apunta Jaller-Makarewicz.

La experta señala que se espera que la demanda de gas vaya a bajar, y eso va a cambiar el consumo de energía en Europa. “Vamos a ver qué demanda piensa sustituir el hidrógeno en el futuro”, cuenta. De momento, con el verde no es suficiente, asegura, porque aún el 50% de nuestra energía procede de las no renovables.

A esto, Banal-Estañol añade que “hay un proyecto americano para intentar reducir el coste de producir el precio del verde de cinco dólares a uno (como está el gris)”. Esto es un 80%, “lo que hemos conseguido con los paneles solares en unos 10 años”. Así, para el experto, el haber encontrado este pozo de hidrógeno natural en Huesca es una noticia positiva, pero despierta una nueva fiebre del oro: “Nos gusta mucho aquí ir a lo grande, pero hay que ir paso a paso”.