En el extremo más al sudoeste de la Isla Mauricio, en la península de Le Morne Brabant,  se encuentra uno de los fenómenos naturales más espectaculares del mundo: las conocidas cataratas o cascadas submarinas. Sin embargo, ni son cascadas ni son cataratas. En realidad, se trata de un efecto óptico que sólo puede verse desde el aire, pero que cautiva e hipnotiza a todo el que tenga la suerte de verlo. 

La explicación a este fenómeno, explican desde la Fundación Aquae, es que en este lugar se encuentran grandes depósitos de arena y limo que, gracias a las fuertes corrientes oceánicas, están en constante movimiento.

“La isla de Mauricio, formada por un volcán, tiene grandes cantidades de arena en su costa, y las corrientes oceánicas mueven esa arena de un lado a otro sobre las plataformas poco profundas que rodean la isla”, explican desde Big Think. Sin embargo, donde terminan las plataformas, hay aguas más profundas, más azules y más oscuras.

 Y cuando las corrientes oceánicas expulsan la arena costera del extremo sur de Mauricio hacia las aguas profundas del océano, se genera un cambio constante de los tonos cromáticos del agua que crea la sensación de que existe una catarata en el interior del mar. Este fenómeno, señalan en Big Think, es verdaderamente único en todo el mundo, ya que la erosión es particularmente direccional. 

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Si bien es cierto que el efecto se puede ver desde abajo, la mejor opción para admirar este paisaje natural, que parece estar pintado con colores verdes, azules y blancos, en toda su magnitud es a través de un viaje en helicóptero. Para los que lo han visto desde el cielo, como recogen los comentarios de Google, es algo que “queda grabado en la mente”. 

"Si visita Mauricio, asegurate de reservar una excursión para ver esto desde el aire, es fabuloso", señala Vera Fivey, de Reino Unido, en Tripadvisor. "Recomendaría esto a cualquiera, es un viaje de por vida", señala otro usuario en el mismo portal. 

Un paraíso en el Índico 

En el océano Índico, a unos 900 kilómetros de la ciudad Toamasina, en Madagascar, esta nación insular africana es uno de los destinos más paradisíacos del mundo. Con más de 2.000 kilómetros de superficie terrestre y una población de algo más de un millón de habitantes, es una de las islas volcánicas más longevas del mundo. 

Sus aguas cristalinas y sus playas de arena blanca han enamorado a más de uno. Incluso cautivó al famoso escritor estadounidense Mark Twain, que dijo de ella: “Primero se hizo Mauricio y luego el cielo; y el cielo fue después copiado por Mauricio”. 

Vista aérea de una playa en la isla Mauricio. iStock

Ubicado entre dos continentes y habiendo sido colonia francesa y después británica, la nación es un crisol de culturas. Gran parte de su población es de origen indio, aunque también hay personas de ascendencia criolla, china, francesa y sudafricana.

La isla ofrece, entre otras cosas, algunos de los mejores hoteles del mundo, fabulosos campos de golf y, sobre todo, uno de los mejores entornos tropicales del mundo para relajarse y olvidarse de la ajetreada vida de las urbes.

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