Vista de la terminal de carbón del puerto de Huanghua, en China, a 1 de febrero de 2023.

Vista de la terminal de carbón del puerto de Huanghua, en China, a 1 de febrero de 2023. Reuters

Historias Combustibles fósiles

El adiós al carbón a mitad de siglo no está tan claro: hay ‘fugas’ en las políticas verdes para llegar al cero neto

Una simulación de las políticas climáticas actuales muestra cómo sustituirlo por energía eléctrica puede tener un impacto nulo en su eliminación total.

7 febrero, 2023 01:59

“Las políticas actuales llevan al mundo a menos del 5% de probabilidad de eliminar el carbón para mediados de siglo”, lamenta Stephen Bi, investigador del Instituto de Investigación de Impacto Climático de Potsdam (PIK), en Alemania. El científico es el autor principal de un estudio publicado ahora en Nature Climate Change en el que comprueba, mediante una simulación informática, qué está fallando en la carrera hacia las cero emisiones para 2050.

El PIK es un organismo alemán de investigación con financiación estatal que estudia la sostenibilidad global e investiga para asegurar un futuro climático seguro, además de que asesora para la toma de decisiones políticas. Es el caso, por ejemplo, de la apuesta por las energías renovables en la que se están volcando los países más desarrollados.

La simulación informática que ha llevado a cabo el equipo del instituto alemán es la primera que utiliza un enfoque basado en datos para simular la formulación de políticas en el mundo real. Como explica Ottmar Edenhofer, director de PIK, “el análisis científico de las emisiones futuras está sujeto a un alto grado de incertidumbre”. 

Sin embargo, estos científicos pudieron determinar que los compromisos de abandono del carbón a menudo dependen de ciertas condiciones previas nacionales, lo que les permitió eliminar parte de esas dudas sobre sus impactos de emisión. “Es un momento decisivo”, comenta Bi, y la conclusión que muestra su estudio “dejaría posibilidades mínimas de alcanzar emisiones netas cero para 2050 y limitar los riesgos climáticos desastrosos”. 

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El equipo del PIK investigó, en particular, las políticas de la Powering Past Coal Alliance (PPCA). Esta fue una alianza, impulsada por Canadá, que se creó durante la cumbre climática mundial COP23 en 2017 y que engloba a 166 países, ciudades, regiones y organizaciones. España no se unió hasta 2021.

En su día, se estableció para acelerar la eliminación de los combustibles fósiles. Los científicos del PIK buscaron comprender si los esfuerzos de estos países para reducir el carbón facilitarían o dificultarían que otros países hicieran lo mismo. Es decir, la coalición de la PPCA puede crecer en la medida en que sus estados miembro trabajan para modernizar sus sectores eléctricos. No obstante, los investigadores apuntan que esto también puede provocar un repunte en el uso del carbón a nivel mundial.

Las principales fugas suelen darse en el propio funcionamiento del mercado: si la demanda de carbón disminuye en algunos lugares, también lo hacen los precios, lo que a su vez puede aumentar la demanda en otras regiones. Sin embargo, la simulación por ordenador de los científicos muestra que el efecto de fuga más preocupante en este caso puede surgir dentro de la propia coalición de la PPCA.

Aunque se espera que Powering Past Coal Alliance crezca, su compromiso se limita al sector eléctrico. Esto significa que los países que se unan pueden aumentar su uso de carbón en la producción de acero, cemento y productos químicos, lo que dificulta en gran medida el potencial de esta iniciativa.

Nico Bauer, coautor del estudio e investigador del PIK, explica que “el mayor riesgo para el abandono del carbón, en realidad, puede provenir de los sectores que se aprovechan de los miembros de la coalición”, como es el caso de “las industrias no reguladas”, que pueden aprovechar la caída de los precios de este recurso para utilizarlo aún más.

Así las cosas, el científico apunta que “el debate sobre la eliminación del carbón tiene que ir más allá del sector eléctrico y también incluir a la industria pesada”. Según el experto, “el precio del carbono sería el instrumento más eficiente para cerrar las lagunas en las regulaciones nacionales, mientras que las restricciones a la minería y las exportaciones de carbón harían más por disuadir el oportunismo en el extranjero”.

Una planta de placas solares en México.

Una planta de placas solares en México. Henry Romero Reuters

“China juega un papel especial”

El país asiático es el mayor emisor de dióxido de carbono a nivel mundial, pero, además, “juega un papel especial ya que produce y consume más de la mitad de todo el carbón a nivel mundial”, apunta Bi. En este sentido, asegura que “el gobierno chino debe actuar con rapidez para reducir la recuperación de Covid impulsada por el carbón”. 

Además, añade que “los planes de carbón actuales ponen en peligro la reciente promesa de China de alcanzar un máximo de emisiones domésticas antes de 2030 y lograr emisiones netas cero para 2060”. La simulación que han hecho los investigadores del PIK le dan así al país asiático la posibilidad de unirse a la PPCA solo si deja de construir plantas de carbón para 2025.

Por otro lado, el trabajo publicado en Nature Climate Change muestra que el impulso definitivo de la energía solar y eólica sólo puede darse si China decide eliminar el carbón por completo.

Minas de carbón de Ulan, en el centro de Nueva Gales del Sur, en Australia.

Minas de carbón de Ulan, en el centro de Nueva Gales del Sur, en Australia. David Gray Reuters

China tendría “una oportunidad de oro para consolidar su papel de liderazgo en el mercado de las energías renovables y generar oportunidades de desarrollo sostenible en todo el mundo, pero esto requiere un compromiso para eliminar el carbón”, explica Bi. “Si no es así, se vuelve menos claro cómo lograremos una expansión suficiente de las energías renovables en todo el mundo. Las acciones de China hoy pueden posicionarla para liderar o impedir la transición energética global”, añade el investigador.

El Banco Mundial, en su último informe, señalaba también que la urgencia de la acción, debido a la gran emisión de gases de efecto invernadero de China, la fuerte exposición de la población y la infraestructura económica del país a los riesgos climáticos, así como su papel fundamental en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.

El informe coincide con los expertos del PIK en que sin que China haga una transición exitosa hacia una economía baja en carbono, será imposible alcanzar los objetivos climáticos globales. China emite el 27% del dióxido de carbono global y un tercio de los gases de efecto invernadero del mundo. 

Edenhofer insiste en que grupos como el G20 han iniciado la eliminación paulatina de la financiación pública internacional para proyectos de carbón. Ahora, con el trabajo que publican Bi y su equipo, se evalúa qué impulso político puede tener esto en el marco de la coalición de países de la PPCA. El experto concluye que “lo que queda claro es que los gobiernos deben adoptar un enfoque mucho más activo para eliminar el carbón si quieren mantenerse fieles a sus promesas climáticas”.