8 cuidados que garantizan una buena higiene mental, según la psicóloga Irene Gómez Merino

8 cuidados que garantizan una buena higiene mental, según la psicóloga Irene Gómez Merino

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8 claves que garantizan una buena higiene mental, según la psicóloga Irene Gómez Merino

Claves para nuestra salud mental porque "no existe ninguna asignatura acerca de las emociones ni suele ser común ver a nuestros padres aconsejándonos sobre cómo autorregularnos".

12 noviembre, 2022 12:38

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es parte integral de la salud, tanto que sin ella no hay bienestar. Por ello, cuidarla es esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo en el día a día, tanto de forma individual como en sociedad.

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Cuidar la autoestima y aprender a confiar en uno mismo puede ser uno de los principales salvavidas y es que para gozar de una buena higiene mental es importante que nos aceptemos tal y como somos. Además, tener fe en nosotros mismos no es suficiente, también es clave tener fe en los demás.

Consejos de una experta

Hablamos en Enclave ODS con Irene Gómez Merino, psicóloga experta en los cuidados de la salud mental, conocida también en Instagram como @irenepsicologa, donde pública posts de divulgación y consejos.

Gómez explica cómo durante la infancia y la etapa escolar, nos insisten en mantener una adecuada higiene: lavarnos los dientes tres veces al día, limpiarnos las manos antes de comer, respetar las ocho horas de sueño, etc.

"Sin embargo, no existe ninguna asignatura acerca de las emociones ni suele ser común ver a nuestros padres aconsejándonos sobre cómo autorregularnos", añade la psicóloga.

Para ella, estos son algunos de los consejos que podemos llevar a cabo para mantener una buena higiene de salud mental:

8 claves para cuidar la mente

Identifica qué estás sintiendo y trata de ponerle nombre a esa emoción. Las emociones llevan con nosotros desde la prehistoria, nos ayudan a adaptarnos, solo que no nos han enseñado cómo. Probablemente, esa emoción te esté dando información acerca de cómo están tus necesidades, si las estás cubriendo adecuadamente o no.

Cubre tus necesidades. Las emociones que tachamos como desagradables nos señalan que, probablemente, alguna de nuestras necesidades básicas esté sin cubrir. Son un mensaje que nos manda nuestro organismo. Emoción en latín significa movimiento, por eso es mejor no bloquear esas emociones, aunque duelan, nos están ayudando.

Observa cómo te hablas. Trata de cuidar tu lenguaje; cómo nos hablamos influye en cómo nos sentimos. No te compares con los demás, permítete cometer errores y aprender, ignora todos esos “tengo que” o “deberías” que te autoimpones.

Conecta con el momento presente. Trata de focalizarte en lo que estás haciendo, sin prestar atención a las preocupaciones o tareas pendientes. Desconecta el móvil durante la comida y céntrate en el sabor, en las texturas, de lo que estás comiendo, concentra tu atención en cómo cae el agua cuando te duchas cada mañana o date un paseo al finalizar la jornada.

Hacer nada también es hacer algo. Vivimos en una sociedad marcada por la productividad y las prisas. ¿Cuándo fue la última vez que te permitiste descansar o aburrirte sin sentirte culpable? A veces necesitamos parar para poder avanzar.

Mantente activo. No esperes a estar bien para moverte. Al contrario, muévete para estar bien. Busca actividades gratificantes, no tiene por qué ser ejercicio físico, lo que sea que te haga tener tu propio momento de autocuidado.

Apóyate en tu círculo social. Mantenernos vinculados y desahogarnos con nuestras personas de apoyo son dos pilares fundamentales para regular nuestras emociones y sentirnos realizados.

Agradece. Al llegar la noche, antes de acostarte, trata de recordar qué tres aspectos positivos destacarías de tu día, qué logros has obtenido o qué emociones agradables has experimentado.