El síndrome de Taijin Kyofusho afecta entre al 10% y el 20% de los japoneses y es más común en hombres que en mujeres.

El síndrome de Taijin Kyofusho afecta entre al 10% y el 20% de los japoneses y es más común en hombres que en mujeres.

Historias

Miedo al olor corporal o a la forma de andar: estos son los síntomas del síndrome de Taijin Kyofusho

Este trastorno es específico de la cultura japonesa, pero en los últimos años se han diagnosticado casos en países occidentales.

25 julio, 2022 01:04

Traducido como "el trastorno del miedo", el síndrome de Taijin Kyofusho es un fuerte trastorno de ansiedad por una severa conducta de fobia social. Además, está intrínsecamente ligada a la cultura japonesa. Una de las cosas más curiosas de este síndrome es que su existencia se ciñe casi únicamente a Japón, aunque en los últimos años se han detectado casos en otros países.

En general, la cultura japonesa prioriza el bienestar del grupo sobre los deseos del individuo. Las personas que padecen esta fobia pueden llegar a desarrollar un miedo irracional y muy intenso a que su apariencia física o las peculiaridades de su cuerpo sean ofensivos o desagradables para los demás.

Pánico a hacer vida social

Algunas personas que padecen Taijin Kyofusho se obsesionan con el olor que desprenden, otras con la forma que tienen de andar o de gesticular cuando hablan, y a otros les da por su estatura o la longitud de sus extremidades. Sin embargo, hay otra vuelta de tuerca en este síndrome: el miedo también puede versar sobre aspectos psicológicos en lugar de físicos. Por ejemplo, hay personas que temen que su actitud, comportamiento, creencias o pensamientos puedan incomodar a los demás.

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El síndrome de Taijin Kyofusho aparece indexado y desarrollado en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, y afecta entre al 10% y el 20% de los japoneses, siendo algo más común en hombres que en mujeres. Este trastorno está íntimamente ligado a la ansiedad generada por la exposición social, y sus principales síntomas son la vergüenza exacerbada, la dificultad para expresarse con claridad, o el deseo imperante de huir. Hay casos en los que los afectados experimentan malestar físico, sudan profusamente y tienen temblores.

Las personas con esta afección desean y temen a la vez las interacciones interpersonales, y pueden volverse cada vez más retraídas en un esfuerzo por evitar las reacciones que tiene su cuerpo. En algunos casos se han diagnosticado ataques de pánico en respuesta a situaciones sociales que desencadenan su desaforada respuesta de miedo. Según una investigación de la Universidad de Basilea (Suiza), a pesar de que este síndrome se da casi exclusivamente en Japón y Corea del Sur, hay otros países como Indonesia donde empiezan a darse casos con asiduidad.

Una diferencia muy sutil

Para diagnosticar este trastorno, en Japón hay unidades específicas de psicología en los centros hospitalarios y protocolos muy marcados. Generalmente a los pacientes se le hacen preguntas sobre la duración, la gravedad y la naturaleza de los síntomas. También suelen realizar un examen físico y una analítica para descartar otras afecciones que puedan estar causando los síntomas.

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La diferencia principal entre el Taijin Kyofusho y el trastorno de ansiedad social no ligado a la cultura es muy sutil. Las personas ansiedad social tienen miedo de sentir vergüenza frente a los demás, mientras que a quienes padecen el síndrome japonés les aterra avergonzar a los demás estando en su presencia. De acuerdo con las expectativas culturales, en la base del trastorno de ansiedad social se encuentra en las reacciones del individuo, mientras que en la del Taijin Kyofusho está la percepción del individuo de las reacciones del grupo.

¿Qué lo produce?

Si bien no se conocen las causas exactas de la aparición de Taijin Kyofusho, existen algunos factores diferenciales que pueden desempeñar un papel clave. Al igual que con el trastorno de ansiedad social, es más probable que se produzca en adultos que tienen antecedentes de timidez e inhibición del comportamiento. La inhibición del comportamiento es una patología caracterizada por una tendencia a retraerse o experimentar angustia en respuesta a personas, situaciones y entornos desconocidos. Tal y como demuestra un estudio publicado hace unos años en la revista Nature, los niños que tienen niveles más altos de inhibición del comportamiento tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno de ansiedad social.

Las experiencias sociales difíciles o traumáticas también podrían tener un gran peso en el desarrollo de este síndrome. La investigación también sugiere que la aparición del trastorno puede estar relacionada con una autoconstrucción de la personalidad menos independiente que la que se da en sociedades occidentales. Esta autoconstrucción se refiere a cómo una persona se define a sí misma con respecto a su independencia o interdependencia con los demás. Una mayor interdependencia está vinculada a más preocupaciones sobre cómo las personas serán juzgadas por su entorno.

¿Cómo se puede tratar?

Fuera de Japón y algunos otros países asiáticos, la comunidad médica no está familiarizada con el Taijin Kyofusho y, por lo general, lo tratan de la misma manera que el trastorno de ansiedad social. Los tratamientos más habituales para esta afección a menudo combinan medicamentos y terapia. Entre las medicinas más utilizadas se encuentran los antidepresivos y ansiolíticos.

No obstante, como ocurre con la mayoría de trastornos de ansiedad, la medicación funciona mucho mejor si se acompaña de terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se enfoca en ayudar a las personas a identificar y cambiar los pensamientos negativos que contribuyen a la ansiedad. También ayuda a encontrar otras formas de lidiar con el miedo y practicar habilidades sociales que pueden ser útiles para reducir estos miedos patológicos a desenvolverse en sociedad.