Una investigadora de la UPCT participa en el proyecto LEVABENTOX en busca de microalgas tóxicas en la costa murciana.

Una investigadora de la UPCT participa en el proyecto LEVABENTOX en busca de microalgas tóxicas en la costa murciana. UPCT

Enclave ODS

Un grupo de investigadores halla nuevas microalgas potencialmente tóxicas en la costa de la Región de Murcia

Se confirma la presencia de dinoflagelados bentónicos en zonas pesqueras y recreativas: puede que el aumento de la temperatura del mar sea responsable.

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El mar esconde muchas más cosas de las que se pueden ver a simple vista. Las microalgas son un ejemplo de ello: un grupo diverso de organismos microscópicos presentes en todos los cuerpos de agua, como lagos, mares y ríos. En su vasta cantidad de géneros y especies se integran los dinoflagelados bentónicos, algunos de los cuales son potencialmente tóxicos.

El Ostreopsis y el Gambierdiscus son dos géneros de estos dinoflagelados que acaban de ser localizados por un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) en zonas de interés pesquero y recreativo del litoral del Levante español, especialmente en la costa de la Región de Murcia.

"No se trata de un hallazgo alarmante", recalca a ENCLAVE ODS Olga Carnicer, una de las investigadoras que participan en el proyecto 'LEVABENTOX', liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), en referencia a la toxicidad de algunas de especies de estos géneros. "Lo importante es hacer una vigilancia de estos dinoflagelados para poder preparar medidas de prevención".

La investigadora de la UPCT, Olga Carnicer, explica en qué consiste el proyecto LEVABENTOX.

Y es que la relevancia de esta investigación es que estas microalgas, aunque no son habituales en la Región, sí que lo son en las costas de Cataluña, donde se monitorean porque "en el caso del Ostreopsis, cuando prolifera, puede producir irritaciones en la piel, fiebre, mucosidad u otros síntomas en los bañistas".

"Francia, Italia y Cataluña tienen programas específicos de monitorización de estas especies en aguas de baño", explica Carnicer. Sin embargo, a nivel regional, esta comunidad de microorganismos ha sido estudiada únicamente en columna de agua, dada su escasa presencia.

"También hemos encontrado, aunque en menor cantidad, dinoflagelados del género Gambierdiscus, algunas de cuyas especies son productoras de ciguatoxinas que pueden producir una intoxicación alimentaria causada por el consumo de pescado que haya ingerido esta microalga".

"Este género es la primera vez que se detecta en las costas de la Región", recalca la investigadora, a la vez que subraya que en estos momentos se están realizando estudios sobre los efectos en el ser humano que puedan derivarse de la presencia de toxinas de estas microalgas en pescados que las hayan consumido.

Una muestra de algas recogidas en el marco del proyecto LEVABENTOX.

Una muestra de algas recogidas en el marco del proyecto LEVABENTOX. UPCT

"Esta especie de Gambierdiscus se ha observado en Baleares, y hay proyectos en los que se están evaluando los peces que pueden consumirla. Pero su toxina no se ha encontrado en ninguno en el Mediterráneo, por el momento".

Pregunta: ¿Se ha detectado una mayor presencia de estas microalgas en zonas más contaminadas como la Bahía de Portmán o las proximidades del Mar Menor?

Respuesta: No, en esas zonas no hemos encontrado una mayor presencia. En todo caso, sí que la hemos localizado en la zona sur del litoral, pero en algunas ocasiones ni siquiera podemos cuantificar la abundancia de estos géneros.

Las muestras se están tomando en 15 playas situadas entre el norte de Almería y La Manga, así como en la Reserva Marina de Cabo Tiñoso.

P: ¿Qué factores explican esta proliferación en el litoral murciano?

R: El aumento de temperatura del mar debido al cambio climático puede estar favoreciendo que algunos de los dinoflagelados, asociados únicamente a climas tropicales, estén ahora migrando hacia climas más templados como puede ser el mar Mediterráneo.

El objetivo de este proyecto es justamente aportar conocimientos sobre la distribución y la dinámica de estos dinoflagelados en climas templados para así poder, en un futuro, aplicar medidas para la protección de los ecosistemas marinos. Hay que hacer el seguimiento para determinar si este aumento de temperatura puede ser un factor que favorezca el crecimiento de estas especies.

La investigadora de la UPCT, Olga Carnicer, toma muestras de algas en una playa del Levante.

La investigadora de la UPCT, Olga Carnicer, toma muestras de algas en una playa del Levante. Cedida

Para la toma de muestras, los investigadores están contando con la participación del sector pesquero; y realizan cultivos de especies para su caracterización morfológica, molecular y de toxinas, con la finalidad de evaluar los posibles riesgos que pueda plantear su presencia en el Levante español.

P: ¿Por qué decidieron llevar a cabo este estudio en las costas levantinas?

R: A lo largo de mi carrera me he dedicado a estudiar las microalgas del género Ostreopsis, y cuando llegué a la UPCT propuse realizar un estudio sobre estas poblaciones en la Región de Murcia. Esta idea se planteó al IRTA, quienes estuvieron de acuerdo y decidieron liderarlo con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica.

P: ¿Cómo es el proceso por el cual detectan estos microorganismos que no son visibles para el ojo humano?

R: Estas son especies bentónicas, con lo cual, viven en contacto directo con el fondo de los ecosistemas acuáticos. Para detectarlas, en primer lugar estudiamos los macrófitos, es decir, las algas que crecen en la roca. Las monitoreamos y tomamos muestras que analizamos en laboratorio.

Por explicarlo de un modo sencillo, para detectar estos microorganismos se agita la botella donde se almacenan las algas para que se 'despeguen'; y acto seguido, las analizamos con microscopía óptica.

Las investigadoras Nereida Albaladejo (i) y Olga Carnicer (d) analizan muestras de algas en un laboratorio.

Las investigadoras Nereida Albaladejo (i) y Olga Carnicer (d) analizan muestras de algas en un laboratorio. UPCT

Sin embargo, estos primeros análisis tienen una limitación, y es que la microscopía óptica no permite descubrir exactamente qué especies de microalgas se han encontrado. "Con este método solo podemos averiguar el género, porque hay muchas similitudes en la morfología entre especies".

"Como hay bastante diversidad en cuanto a la producción de toxinas dependiendo de cada especie, en un futuro queremos hacer análisis genéticos", concluye esta investigadora doctora del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UPCT.