
La Caballada de Atienza.
Un pueblo de Guadalajara, el mejor de España para visitar en junio: una joya medieval que enamora
Está situado a dos horas de Madrid y ha sido elegido por National Geographic como el municipio más bonito para hacer una escapada este mes.
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Guadalajara está de enhorabuena. La prestigiosa revista National Geographic ha elegido a Atienza como el pueblo más bonito de España para visitar en el mes de junio y no ha escatimado en elogios para describir esta joya.
"La silueta de su castillo, solitario y haciendo equilibrio sobre un cerro rocoso alargado, es puro romanticismo", ha escrito en una publicación, recordando que ni el mismísimo Cid Campeador se atrevió a atacar esta fortaleza que ya hizo sudar tinta a los romanos durante su conquista de la Celtiberia.
A sus pies, el casco urbano se despliega con calles empinadas, arcos de muralla, plazas triangulares con soportales y un aire medieval que parece suspendido en el tiempo.
Aunque hoy apenas supera los 400 habitantes, esta localidad fue una próspera villa medieval que llegó a contar con 7.000 almas, 14 iglesias románicas, dos líneas de muralla y una judería. Una historia que aún resuena entre sus piedras, especialmente cada domingo de Pentecostés, cuando el municipio revive una de las festividades más antiguas de España: la Caballada, declarada de Interés Turístico Nacional.
Un episodio que cambió la historia
Corría el año 1162 cuando un jovencísimo Alfonso VIII, heredero del trono de Castilla, fue protegido en Atienza de las tropas de su tío, el rey leonés Fernando II. Gracias a la astucia de una cofradía de arrieros, que disfrazó la huida del niño rey como una romería festiva, el futuro monarca escapó y pudo continuar su camino hacia el trono.
Esa cofradía, la Cofradía de la Santísima Trinidad, aún existe y conserva documentos que se pueden visitar en la iglesia-museo del mismo nombre.
El propio Alfonso VIII, en agradecimiento, otorgó importantes privilegios a Atienza, que vivió sus siglos de esplendor entre los siglos XII y XIV. Y aunque el tiempo se llevó parte de esa grandeza, hoy sus vestigios siguen sorprendiendo al visitante.
Castillos, iglesias y callejuelas
El castillo de Atienza, visible desde kilómetros, es el primer reclamo. Medio en ruinas, sigue imponiendo con su torre del homenaje y una gran espada clavada a sus pies en homenaje a su pasado épico, y también televisivo: el lugar fue elegido para promocionar la última temporada de la popular serie Juego de Tronos.
Pero son sus tres iglesias-museo las que terminan de enamorar al viajero: la iglesia de la Santísima Trinidad, con su archivo histórico y devocional; la iglesia de San Gil, con una impresionante colección de arte sacro y orfebrería medieval; y la iglesia de San Bartolomé, con su atrio de siete arcos y una sorprendente colección de más de 3.500 fósiles, entre ellos algunos de los invertebrados más valiosos de España.
Cruce de caminos
Visitar Atienza en junio es sumergirse en una Castilla profunda y monumental, con el aliciente añadido de un clima perfecto para pasear entre callejuelas empedradas, plazas porticadas y miradores que regalan panorámicas inolvidables. Uno de ellos, el Cerro Padrastro, ofrece la mejor vista del castillo y evoca la antigua resistencia de los celtíberos frente a los romanos.
Atienza no es solo historia, también es enclave cultural y punto de encuentro de rutas tan evocadoras como el Camino de la Lana, la Ruta del Cid y la Ruta de Don Quijote.
En su plaza del Trigo, antiguo centro neurálgico del comercio medieval, aún resuenan los ecos de un pasado ilustre. Bajo soportales de madera, viajeros y vecinos se encuentran hoy en una villa que ha sabido conservar su alma.