A tan solo 10 minutos de Guadalajara y 50 minutos de Madrid se encuentra Villaflores, un poblado que parece sacado de una película de terror por su estado de abandono. Se trata de uno de los pocos ejemplos de colonia agrícola del siglo XIX que queda en la provincia y fue construido en 1886 por orden de una marquesa, aunque inició un progresivo declive tras su muerte.

Aparte de los inmuebles propios de la explotación, este lugar fue dotado con una escuela, una capilla y ocho viviendas para los trabajadores. Todo ello, obra del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco a instancias de María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano.

El edificio principal o casa de labor es la construcción de mayores dimensiones. De planta cuadrada, consta de planta baja y bajo-cubierta, y contiene un gran patio interior en el que se levanta un gran cobertizo. En la fachada principal del mismo se sitúa el portalón de acceso sobre el que destaca un alto frontón con la denominación de lugar, el escudo del propietario, un reloj y un campanil. En su interior se situaban dos viviendas, unas oficinas y la escuela.

Casa de labor. JCCM

El palomar es el edificio más sobresaliente del conjunto, con una planta circular y dos alturas. En su parte superior sobresale un pequeño cuerpo que nace del anillo interior, rematado con una bóveda de media naranja que sustituyó a una cubierta plana destruida en la década de 1940 por un rayo. 

Mientras, la capilla del poblado está dedicada a San Diego y rodeada por una cerca de planta ovalada. Está divida en tres salas: un acceso, la capilla propiamente dicha cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos y la sacristía.

Palomar. JCCM

El grupo de viviendas está dividido en cuatro bloques pareados de dos plantas cada uno. Se sitúan en un arco que se desarrolla hacia el suroeste, con los accesos orientados hacia la capilla y un patio trasero en la parte posterior.

Finalmente, completan el conjunto un molino destinado a la extracción de agua, la bodega y el almacén. El más interesante es la bodega, compuesta de una nave con grandes tinajas de almacenamiento y dos corredores subterráneos.

En la Lista Roja del Patrimonio

En verano de 2008 se anunció la rehabilitación de este poblado y la creación de una urbanización y un parque temático dedicado a la astronomía en esta zona, pero finalmente no se llevó a cabo. En 2015, la zona fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Ese mismo año, la Asociación Hispania Nostra incluyó Villaflores en la Lista Roja del Patrimonio por su "abandono total", sujeto a toda clase de actos vandálicos y expolio. Según informaba la entidad, "los interiores de los edificios están en completa ruina". 

Grupo de viviendas para colonos. JCCM

"La nueva ordenación del cercano barrio de Valdeluz y los compromisos adquiridos por la urbanizadora de rehabilitar y restaurar Villaflores han de realizarse cuanto antes, ya que a pesar de que con la reciente declaración de BIC tiene asegurada su protección, la demora en su restauración supondrá que continúe la degradación y deterioro y terminará arruinado", aseguraba Hispania Nostra. 

Tras varios años de lucha por recuperarlo, el pasado mes de febrero comenzaron las obras de consolidación de sus edificios, que fueron adjudicadas a la empresa almeriense Albaida Infraestructuras. Estas consistirán en la rehabilitación de las cubiertas derrumbadas y los muros y también en el tapiado de puertas y ventanas para evitar el vandalismo. 

Quedaría para una fase posterior, que todavía no está definida, la intervención en los interiores. Todo ello con una inversión de 2,3 millones de euros.