La Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación conjunta, han desmantelado en las provincias de Madrid y Toledo una banda a la que atribuyen dos ataques a cajeros automáticos con explosivos en sucursales bancarias, de las que sustrajeron más de 200.000 euros, informan ambos cuerpos.

El operativo, denominado Relámpago, se saldó a principios del pasado mes de marzo con la detención de seis personas acusadas de 54 delitos, entre ellos tres robos con fuerza mediante el uso de explosivos -uno no pudieron consumarlo-, 10 robos con fuerza a empresas, 30 robos de vehículos, un delito de pertenencia a grupo criminal y otro contra la salud pública.

Los asaltantes habían creado un artefacto metálico que rellenaban con pólvora prensada obtenida del interior de petardos y al que colocaban una resistencia. Después conectaban la misma a una batería eléctrica en el momento del ataque para hacer estallar los cajeros automáticos, que resultaban totalmente destrozados, así como la estructura de las sucursales, que quedaron en riesgo de derrumbe.

La banda actuaba en las provincias de Madrid, Toledo y Valencia, donde asaltaban sedes de empresas y naves industriales con vehículos de gran cilindrada que previamente habían sustraído.

La investigación

La investigación se inició en julio de 2022, cuando la banda cometió su primer ataque a una sucursal bancaria, de la que sustrajeron más de 120.000 euros. Tres meses después protagonizaron un nuevo asalto con el mismo método y en ese caso se apoderaron de 90.000 euros.

La banda abordó un tercer ataque pero ese cajero automático había sido reforzado con un sistema antiexplosivos, por lo que tuvieron que retirarse de vacío. Además, las investigaciones constataron la participación de los sospechosos en otros robos a empresas, entre los que destacan los cometidos en las localidades de Gandía (Valencia) y Alcobendas (Madrid), en los que sustrajeron 700 teléfonos móviles y 10.000 euros.

Finalmente la banda fue desmantelada a principios del pasado marzo, cuando se realizaron nueve registros en las provincias de Madrid y Toledo, uno de ellos en una nave comercial. En otro de los registros los agentes localizaron una plantación de marihuana.