Imagen del juicio de la disputa de tráfico en Yuncos (Toledo).

Imagen del juicio de la disputa de tráfico en Yuncos (Toledo).

Sucesos

Mató de un puñetazo a otro hombre en un polígono toledano: "No pensaba que iba a fallecer"

Segunda sesión de este juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo para aclarar el crimen de Yuncos.

9 noviembre, 2021 14:25

J.B.A, el acusado de dar un puñetazo a M.E.B, y causar su muerte tras una discusión con él en Yuncos (Toledo), ha reconocido que le propinó el puñetazo a la víctima, pero que con este golpe no "intentaba matar a nadie", y ha justificado que le agredió de esta manera porque M.E.B comenzó a insultarle, aunque no ha concretado qué palabras empleó para hacerlo.

La declaración se ha producido este martes, en la segunda sesión de este juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, en el que el Ministerio Fiscal pide una pena de 15 años de prisión para J.B.A por un presunto homicidio doloso.

Ha narrado que circulaba por el polígono industrial de la localidad el 21 de marzo de 2019 junto al segundo enjuiciado en esta causa, I.H.L --al que se le acusa de conducción temeraria--, cada uno en un coche a "una velocidad normal, de unos 20 kilómetros por hora" y una persona se cruzó por un lugar no señalizado, aunque la esquivaron, y seguidamente pararon los vehículos.

El acusado ha narrado que se produjo un "momento de tensión" con mucha gente, momento en el que se encontraba la víctima, que era jefe de la persona que había cruzado de manera indebida. Ha asegurado que no recuerda si la víctima le miraba, pero sí lo ha situado como "una de las personas que estaba insultando", reiterando, que, tras su agresión, "no pensaba que iba a fallecer".

J.B.A ha incidido en que "todo el mundo gritaba en árabe" por lo que él se dirigió a su vehículo para tranquilizarse durante "uno o dos segundos", aunque acto seguido volvió al lugar de la pelea, porque se seguían escuchando insultos.

"Me pilló en un momento malo, me bajé y tuve el problema", ha afirmado, aunque ha matizado que la discusión ya estaba "creada" y que él se dirigió hacia su coche en un primer momento "para evitar el problema".

Sin intención de atropellar

De su lado, I.H.L, al que se acusa de un delito de conducción temeraria, ha admitido que en el momento de la disputa se montó en el coche y dio marcha atrás a una velocidad elevada, porque se quería ir, pero finalmente no lo hizo porque el implicado en la pelea era su amigo y "no quería que le pasara nada".

Ha negado que quisiera embestir a las personas implicadas en la discusión, ya que antes había intentado mediar y ha señalado que no vio el momento en que J.B.A propinó el puñetazo a la víctima.

Este martes la fiscal y la acusación particular han manifestado que retirarán la petición de pena de cinco años de prisión para I.H.L por el delito de conducción temeraria, y lo rebajarán a dos años de prisión, al retirar el agravante, considerando que con esta conducción no pretendía "ir contra la vida de los demás".

Asimismo, la acusación particular retirará la petición para que I.H.L indemnice con 10.000 euros a la viuda del fallecido y sus cuatros hijas, respectivamente, pues considera que no fue responsable directo del daño causado a la víctima.

En esta segunda sesión también han declarado testigos de los hechos, la mujer de la víctima, un policía local, una médico y un médico forense. Este miércoles se trasladarán al jurado los informes finales para que puedan deliberar y posteriormente emitir un veredicto.

Testigos

En la ronda de testigos, el primero en declarar ha sido M.F., trabajador de la víctima que cruzó la carretera el día de los hechos y que ha necesitado intérprete para su declaración. Así, ha explicado que cruzó la carretera porque su jefe le mandó a por un café, se topó con un vehículo, cuyo conductor se bajó y se encaró con él, refiriéndole varios insultos en español, a lo que él reaccionó retirándose de él sin decirle nada.

En un momento dado, según M.F., llegó la víctima --su jefe-- y se limitó a hablar con el acusado de manera tranquila, cuando este se fue al coche y cerró el maletero y volvió a la escena. En este punto, el testigo ha reconocido que cogió un adoquín "por miedo", se metió a la nave de su empresa, y cuando volvió vio a su jefe tendido en el suelo.

Un segundo testigo, M.H, amigo de la víctima y trabajador de su empresa, ha descrito que se encontraba algo alejado del lugar de los hechos, puesto que su jefe le había mandado a por serrín, al mismo tiempo que el anterior compañero se acercó a por café.

Ha afirmado que se produjo una discusión entre su otro compañero y el acusado hasta que apareció la víctima, que intentó separar. Acto seguido, ambos trabajadores fueron a cerrar la nave por orden de su superior. M.H sí ha admitido que cuando el acusado propinó el puñetazo, lo hizo mientras la víctima hablaba con otra persona.

El tercer testigo, C.H.G., un trabajador de otro taller, ha reconocido que el segundo acusado, I.H.L, dio marcha atrás y vino hacia la gente que estaba alrededor de la disputa, pero ha manifestado que parecía que quería asustarlos más que atropellarlos.

Un cuarto testigo, J.A.L, ha confirmado que vio el puñetazo del acusado a la víctima, que intuye que fue "fuerte" al ver que se cayó al suelo, pero ha remarcado que una vez que le golpeó, el acusado se quedó mirando y no siguió agrediendo.

Asimismo, un policía local que se desplazó al lugar del suceso, ha precisado que conocía a los acusados, porque eran vecinos de la zona pero también por otras actuaciones policiales.

Desestructuración del cerebro

También ha declarado una doctora que atendió a la víctima durante su estancia en el hospital, que ha descrito que llegó con un golpe en la nariz por una agresión y un posterior golpe, lo que generó lesiones compatibles de un golpe del cerebro contra el cráneo, y que derivó en "una desestructuración del cerebro bestial, incompatible con la vida".

De su lado, un médico forense se ha referido a los hechos como "un traumatismo derivado de una caída en el contexto de una agresión", reconociendo que la fatalidad estuvo en que la víctima golpeó la cabeza contra el suelo.

Asimismo, ha declarado la viuda de la víctima confirmando su reclamación económica por daños. Ha relatado que en el momento de los hechos tenía cuatro hijas a su cargo, que solo contaban con los ingresos de su marido y en la actualidad no tiene trabajo y solo ingresa la pensión de viudedad.