Julia Guindo y Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha.

Julia Guindo y Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha.

Sociedad

Julia nació en un pueblo de Guadalajara y estudia Astrobiología a sus 88 años: "A los cuatro ya leía"

Castilla-La Mancha ha reconocido a esta mujer de Alcocer como Hija Predilecta.

Más información: Castilla-La Mancha celebra su día con la entrega de 43 distinciones en un acto lleno de sentimiento regional

Publicada

Julia Guindo tiene 88 años. Es natural de Alcocer, un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara, y sigue estudiando en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Lo hace con la misma ilusión con la que, tras enviudar y a punto de cumplir 70 años, decidió matricularse en la Universidad de Mayores.

Su historia desafía tópicos y se convierte en un ejemplo de superación, curiosidad y amor por el saber.

Con un currículum digno de admiración, acaba de ser reconocida como Hija Predilecta de Castilla-La Mancha por su extraordinario compromiso con el voluntariado social y por su ejemplo vital de aprendizaje constante. Pero su historia es mucho más que un reconocimiento: es una lección de vida.

Julia nació en plena Guerra Civil, en 1937. Nunca tuvo una muñeca. Sus juguetes fueron los libros. Desde niña, y sin apenas recursos, aprendió a leer en casa, sentada junto a su padre y sus hermanos.

"A los cuatro años ya leía. No entendía nada, pero me encantaba. No había cuentos, ni tebeos. Eran libros de mayores, pero me daba igual", recuerda.

Dejó la escuela a los 12 años

Pero todo se truncó a los 12 años, cuando tuvo que dejar la escuela para ayudar a sus padres y trabajar en el campo. "Me sacaron de clase y bajé llorando porque sabía que no iba a volver más", cuenta.

Desde entonces, su vida transcurrió en lo cotidiano: trabajo, hijos y casa. Nada de estudios. "Preferí olvidarlo. Pensaba que no había nacido para eso", dice. Sin embargo, todo cambió por completo cuando enviudó. "Me quedé sola y no sabía qué hacer, así que me vine a Guadalajara a vivir como una jovencita, en una habitación con derecho a cocina. Y empecé la universidad".

La alcocereña todavía recuerda el primer día de clase. "Abrí la puerta del aula y entré corriendo, como si tuviera 18 años. Me senté en primera fila, y qué vergüenza pasé por si me sacaban a la pizarra. Si yo no sabía nada. A los días, me cambié más atrás", cuenta.

Humanidades y Ciencias de la Naturaleza

Se matriculó en Humanidades, luego cursó Ciencias de la Naturaleza y más tarde pasó a la UNED, donde actualmente estudia los cursos de Astrobiología e Historia. "He aprendido tantas cosas que ahora veo la vida de otra forma. Siempre he sido libre pensando, pero ahora lo soy mucho más", señala.

Lo más desafiante, dice, son las ciencias. "Me cuesta, pero me apasiona saber cómo se formó el mundo. La ciencia es maravillosa". Aun así, confiesa que no iniciaría otra carrera. "Con la historia ya me lo he pasado muy bien. Ahora voy a seguir con lo que más me gusta".

Con sus compañeras de clase ha viajado a Viena, al País Vasco, a Madrid... "Nos han llevado al Museo del Prado, hemos visto arte griego, romano y gótico. Una maravilla", explica. La universidad, para ella, ha sido una ventana al mundo y una segunda juventud.

Su rutina es sencilla, pero plena: estudia, pasea, sale con sus amigas y sigue muy activa en su pueblo, donde ha fundado un club de lectura para mayores. "He sido 20 años presidenta de los jubilados y ahora tenemos lectura todas las semanas. Llevamos dos años ya".

Además, ha dedicado buena parte de su tiempo al voluntariado: "Hacía compañía a personas migrantes en pisos de acogida. Les enseñé a hacer punto, bufandas y ganchillo. Me gustaba hacerles sentir que no estaban solos".

Una gran familia

Julia tiene tres hijos, cinco nietos y tres bisnietos. Todos están orgullosos. "Mi nieto Nacho fue el que me trajo a Guadalajara. Me dijo: 'Te llevo yo, abuela'. Vino tan orgulloso... Y mi nieta, que tiene dos carreras y tres idiomas, presume de abuela universitaria. Eso es muy bonito", destaca.

Sobre el título de Hija Predilecta de Castilla-La Mancha, que el presidente Emiliano García-Page le entregó el pasado sábado en Albacete, asegura que le llegó por sorpresa. "No me lo podía creer. Yo no creo que haya hecho nada extraordinario. Hay gente con más méritos que yo, pero me ha hecho mucha ilusión. Todavía estoy asimilándolo", dice.

"Hay vida después de la jubilación"

Su mensaje para aquellas personas mayores que se preguntan si ya es tarde para empezar algo nuevo es claro: "Hay vida después de la jubilación. Les aconsejo que hagan lo que no pudieron cuando eran jóvenes. Que no se queden en casa. Algo les gustará".

Con casi nueve décadas a sus espaldas, Julia no se rinde. No ha viajado a la Selva Negra, su sueño pendiente, "porque ya no tengo fuerzas y el avión me da pánico", dice. Pero mantiene intactas las ganas de aprender, de enseñar, de compartir... Y deja un mensaje potente para quien la escuche: "Nunca es tarde para empezar a vivir".