Ildefonso Gutiérrez tenía tres o cuatro años cuando comenzó a jugar en un curioso círculo de piedras ubicado en 'La Dehesilla', una finca de Totanés (Toledo) arrendada por su familia desde hace más de un siglo. “¿Qué será esto?”, se preguntaba cada vez que veía aquella estructura de bloques perfectamente organizados. Sin embargo, no fue hasta varias décadas después cuando, gracias a su impulso, se descubrió una construcción megalítica única en Castilla-La Mancha.

Siempre me había extrañado muchísimo ver aquello y lo único que se me ocurría es que podía ser un antiguo corral, pero no me cuadraba porque las piedras estaban tan separadas que de ser así, los animales se habrían escapado”, relata Ildefonso a EL DIGITAL señalando que en su época “no se estudiaba casi ningún monumento”, por lo que era difícil saber de qué se trataba.

El tiempo fue pasando y aquel niño fue creciendo sin preguntar a nadie el por qué de aquella estructura. Según cuenta, ni siquiera la dueña de la finca, una antigua profesora, se había percatado de lo que tenía delante de ella, por lo que el joven continuó a sus labores -llegando a ser alcalde de Totanés en 2011- y aquellas piedras perdieron parte de su atención.

En 2017, por casualidades de la vida, un grupo de arqueólogos de Cota 667 visitó el municipio toledano para fotografiar el verraco vetón situado en la Plaza Mayor, un proyecto que nada tenía que ver con aquella disposición de bloques. Sin embargo, a Ildefonso se le encendió la bombilla y aprovechó la ocasión para mostrarles aquellos bolos que siempre le habían intrigado.

"Pensamos que podría ser un crómlech"

“Hablando con el alcalde, nos insistió en llevarnos a ver un sitio que él conocía donde había una disposición de bloques de granito muy especial. En cuanto lo vimos supimos que no era una disposición natural, sino que allí se había intentado generar una estructura con una forma mas o menos circular. Pensamos desde el primer momento que podría ser un crómlech”, cuenta Juan Pereira, catedrático de arqueología de la UCLM. Pero, ¿qué es un crómlech?

Según explica Pereira, “se trata de monumentos prehistóricos en forma de círculo compuestos con grandes piedras o menhires que servían para realizar actividades ceremoniales, probablemente marcadas por el paso de las estaciones”.

Tal fue el interés que despertó la construcción -única en toda Castilla-La Mancha-, que se decidió hacer una excavación arqueológica, para la que se constituyó un equipo multidisciplinar integrado no solo por arqueólogos e historiadores, sino también por investigadores de otras áreas como geólogos, físicos, medioambientólogos e ingenieros en topografía. Todos ellos han estudiado durante estos años el círculo de piedras y los paisajes naturales de su entorno hasta comprobar que, evidentemente, se trata de un crómlech.

Se pudo usar como calendario

“Las piedras estaban perfectamente organizadas para que en un determinado momento estacional, concretamente en la puesta de sol del equinoccio de otoño, los rayos se alinearan con ellas”, asegura Pereira, líder del equipo de investigación. “Era un centro ceremonial que se visitaba de manera muy puntual a lo largo del año y que, probablemente, servía para marcar o señalar un momento estacional. Se pudo usar como calendario para saber cuándo tendrían lugar fechas clave como la siembra o la cosecha”.

En cuanto al rastreo de restos, según revela el arqueólogo, se han encontrado herramientas líticas que se corresponderían con el final del Neolítico y se ha comprobado que en ese terreno había un afloramiento granítico con sentido este-oeste, lo que hizo que la construcción tuviera lugar en esa zona. Además, se ha descubierto que en el centro del círculo había un agujero que podría haber servido para sujetar algún tipo de poste de madera perfectamente alineado con las piedras. Sin embargo, aunque se han buscado evidencias de materia orgánica o restos de animales y plantas, los resultados han sido negativos.

Para todos aquellos curiosos que quieran saber todos los detalles de la excavación, la editorial Ledoria ha publicado un libro divulgativo que recoge los trabajos realizados en el crómlech de Totanés desde que se constituyó el equipo multidisciplinar. Está coordinado por el profesor de la Facultad de Humanidadesd de la UCLM Juan Pereira y cuenta con las aportaciones de varios autores.