El Ayuntamiento de Toledo se plantea "limitar" la subida de autobuses al casco histórico, por donde pasan 560 diarios, con el fin de avanzar en la peatonalización de la ciudad, y baraja impedir el acceso de autobuses turísticos.

Así lo ha anunciado hoy la alcaldesa, Milagros Tolón, durante la presentación del primer paquete de inversiones que se destinarán a obras en todos los barrios de Toledo con cargo al superávit de 2017.

La alcaldesa ha resaltado que actualmente suben al casco histórico 560 autobuses, entre turísticos y urbanos, y ha afirmado que "no puede ser que por la cuesta de Carlos V coincidan tres autobuses que suben a los turistas a los hoteles".

Y ha apostillado: "eso machaca el pavimento de la zona del Alcázar".

Para debatir este asunto y sobre la posible prohibición de subida al caso de los autobuses turísticos, que podrían quedar estacionados en la calle Gerardo Lobo, la concejal de Turismo, Rosana Rodríguez, y el concejal de Movilidad, Juan José Perez del Pino, celebrarán próximamente una reunión, ha anunciado la alcaldesa.

Autobuses urbanos por microbuses

Tolón ha indicado que también barajan la posibilidad de sustituir los autobuses urbanos por microbuses en aquellas líneas que lo permitan porque tengan pocos usuarios, lo que ha puntualizado que no podría hacerse por ejemplo en las líneas del barrio del Polígono.

Por otro lado, ha anunciado que, en la junta de gobierno local extraordinaria celebrada hoy, se ha acordado acogerse a la convocatoria de ayudas del 1,5 por ciento cultural del Ministerio de Fomento para recuperar la Puerta del Vado.

Preguntada por el uso que se dará al Gimnasio de San Lázaro, cuya cubierta se va a arreglar con una inversión de 147.000 euros, Tolón ha detallado que será un edificio de uso polivalente por parte de las asociaciones de vecinos y culturales y también deportistas, como la de esgrima, que ya lo ha solicitado.

Por otro lado, también a preguntas de los periodistas, Tolón ha confirmado que el Ayuntamiento va a asumir el coste de 40.000 euros de una pieza, para que no haya que recurrir a una empresa de Madrid cada vez que se estropean las escaleras mecánicas del Palacio de Congresos.