Mario Pérez en su bar de Valdemoro-Sierra.

Mario Pérez en su bar de Valdemoro-Sierra.

Cuenca

Mario, el valenciano de 22 años dueño de un bar en un pueblo de Cuenca de 100 habitantes: "La vida es más barata"

"El alquiler de este local en Valencia costaría diez veces más y la casa en la que estoy viviendo serían cinco veces más", destaca.

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El alto coste de vida de las grandes ciudades está empujando cada vez a más personas hacia la España rural donde, de momento, los servicios básicos y el ocio son más accesibles. Un estudio de Fotocasa y FC Research señala que este 2025 un 21 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años ya han decidido mudarse a los pueblos por los elevados precios urbanos, mientras que un reportaje de Infobae alega que el 71 % se plantea hacerlo en los próximos años.

Uno de estos repatriados es Mario Pérez, un valenciano de 22 años que en 2023 dio el paso de mudarse a Valdemoro-Sierra, un pequeño pueblo de Cuenca de menos de 100 habitantes, porque hacer vida y conseguir un futuro en Valencia "era muy inviable".

En un vídeo compartido por la Diputación de Cuenca en sus redes sociales explica que después de trabajar como camarero durante dos años en la capital levantina, decidió emprender por su cuenta para abrir un pequeño local hostelero llamado 'Bar Haro' en esta localidad ubicada en plena Serranía de Cuenca.

El diputado de Reto Demográfico de la Diputación de Cuenca, Javier Cebrián, charlando con Mario.

El diputado de Reto Demográfico de la Diputación de Cuenca, Javier Cebrián, charlando con Mario. Diputación de Cuenca

"Ahora tengo mi propio local, algo impensable en la ciudad porque es un gasto tan elevado que supone tener pérdidas desde el primer minuto", señala. Tras comprobar de primera mano los dos mundos, Mario tiene claro que en la conocida como España vaciada "la vida es más barata y te da un margen de mejora a largo plazo mucho mayor".

"El alquiler de este bar en Valencia costaría diez veces más y la casa en la que estoy viviendo aquí en Valdemoro serían cinco veces más. Eso sin tener en cuenta la elevada competencia", añade.

En este contexto, siempre surge el debate y la comparativa en cuanto a la accesibilidad a servicios básicos, establecimientos comerciales y actividades de ocio, entre otros. Una batalla que siempre acaba ganando las grandes urbes por su variedad de oferta.

Sin embargo, para Mario "en la ciudad puede haber de todo, pero siempre con el billete por delante", haciendo referencia a la nula o escasa gratuidad de la mayoría de las comodidades que dispones en el entorno urbano.

Además, pone el foco en el apoyo comunitario que rige muchos municipios como el suyo. "El día que me falte algo tengo a seis vecinos dispuestos a ayudarme y al revés", subraya visiblemente orgulloso. Asimismo, ha querido agradecer a todo Valdemoro-Sierra por volcarse plenamente con su proyecto emprendedor.

Una calle de Valdemoro-Sierra.

Una calle de Valdemoro-Sierra. Mapcarta

Siguiendo la misma línea que los reportajes publicados en este diario que alertan sobre la falta de mano de obra juvenil en estos municipios y el problema del relevo generacional, Pérez afirma que "desde que yo he pisado el pueblo me han ofrecido trabajo".

"Faltan chicos de mi edad que quieran venir a ganarse la vida aquí. La mayoría de habitantes están por encima de los 50 años y necesitan alguien que les supla", lamenta.

Más allá de su visión empresarial, este valenciano manifiesta que su objetivo es ganarse la vida de una forma tranquila y humilde. "Siempre diré que para mí el éxito es que no me tenga que ir del pueblo", resalta.

La historia de Mario no es algo casual, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogen que los municipios conquenses de menos de 5.000 habitantes han crecido en 1.373 personas con respecto al año pasado y la provincia de Cuenca ya ha superado la barrera de los 200.000 censados.

Este valenciano podría ser el espejo de muchos jóvenes que estén pensando formar una vida y un hogar lejos del ruido y los atascos: una idea que cada vez va tomando más fuerza.