Yesenia en una calle de Calzada de Calatrava y la fachada de su restaurante.

Yesenia en una calle de Calzada de Calatrava y la fachada de su restaurante.

Ciudad Real

Yesenia, la boliviana que ha salvado un restaurante en Ciudad Real: "Me decían loca por dejar mi otro trabajo fijo"

Llegó a un acuerdo con el anterior dueño gracias al programa 'Reto CR - Relevo Generacional'.

Más información: Los empresarios acusan la falta de mano de obra en Castilla-La Mancha: "Es muy difícil retener a los jóvenes"

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Yesenia, una boliviana de 45 años, levanta cada mañana la persiana del restaurante 'Las Caras' en Calzada de Calatrava (Ciudad Real), un establecimiento de toda la vida que hace unos meses regentaba Antonio y al que esta emprendedora ha dado una segunda oportunidad.

Tras más de 40 años al frente de este local de barrio, Antonio decidió dar un paso atrás movido por el cansancio y una nueva oportunidad laboral. "Cada vez tenía más problemas, era muy sacrificado... Ahora vivo del transporte de viajeros", apunta en conversaciones con EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha.

Fue gracias al programa 'Reto CR - Relevo Generacional', impulsado por la Cámara de Comercio de Ciudad Real y la Diputación provincial, que Yesenia y Antonio llegaron a un acuerdo y se estrecharon la mano.

Un hecho insólito dado los recientes datos publicados en la XXVIII edición del 'Informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España'. Este estudio apunta que el 64% de las empresas en España creen que tendrán problemas para sustituir a los empleados que se jubilan por la falta de personal.

Yesenia llegó a nuestro país hace algo más de dos décadas en busca de un nuevo hogar. "Me vine a este pueblo porque mi familia se asentó aquí", explica en exclusiva a este diario. Desde entonces, siempre ha trabajado por cuenta ajena, es más, llegó a ser una de las encargadas de un conocido centro comercial de la zona.

Yesenia, en una foto selfie.

Yesenia, en una foto selfie.

Su espíritu emprendedor e inquietud la empujaron hacia una nueva dimensión empresarial. Hoy, se gestiona nada más y nada menos que dos negocios: el citado restaurante en la calle Santa María y una cafetería-heladería también en Calzada.

En junio de este año cogió las riendas de la cafetería. "Fue un traspaso y nada, me atreví", reseña. El volumen de facturación de este negocio se concentra en los meses de verano, siendo ciertamente compatible con el mesón cuyo traspaso llegó poco después, a finales de septiembre.

Cafetería-heladería de Yesenia.

Cafetería-heladería de Yesenia.

"La Cámara de Comercio nos ha ayudado mucho en el tema de asesoramiento legal", resalta Yesenia. Por su parte, Antonio recuerda que "vinieron unas chicas y estuvimos viendo cómo solucionar los procesos administrativos y todo lo relacionado con subvenciones".

Ambos testimonios reflejan el fin del programa 'Reto CR - Relevo Generacional', ofrecer acompañamiento gratuito y especializado para que los negocios locales continúen su legado.

El día a día, sin embargo, está lejos de ser idílico. Yesenia reconoce que hacer clientela en un lugar donde todo el mundo se conoce no es nada fácil, aunque apunta que el mayor inconveniente tiene que ver con la contratación de personal.

Fachada del restaurante de Yesenia en Calzada de Calatrava.

Fachada del restaurante de Yesenia en Calzada de Calatrava.

"Me ha costado mucho encontrar camareros. Los jóvenes que no trabajan y sí pueden dicen que no les interesa la hostelería", afirma. Aun así, se organiza como puede con una chica que lleva con ella desde el principio. "Entre semana me centro en el restaurante y el fin de semana en la heladería", detalla.

Una dificultad que corrobora Antonio, quien ha pasado 40 años de su vida en este sector. "Los empleados cada vez me exigían más y llegó un momento que tenía que hacer fiestas para sobrevivir", confiesa.

Por ello, mira con orgullo a Yesenia, a la que define como una persona muy valiente. "Dejar un puesto como el que tenía en un centro comercial... Eso no lo hace mucha gente", destaca.

Yesenia paseando por Calzada de Calatrava.

Yesenia paseando por Calzada de Calatrava.

En su propia piel, Yesenia ha escuchado muchas veces que estaba "loca" por dar este paso. "Mucha gente me decía que no entendían cómo había abandonado un trabajo fijo de tantos años con una buena nómina", subraya.

Al respecto, aclara que no es lo mismo montar un negocio en una gran ciudad que en un municipio de 3.700 habitantes como Calzada. "En Madrid sería impensable, el alquiler me costaría tres veces más", asegura.

Quizás ese factor económico sumado a la tranquilidad y calidad de vida propias del entorno rural terminaron de convencerla. A sus 45 años y con dos establecimientos hosteleros a su cargo, Yesenia recomienda con firmeza a otros jóvenes sacar provecho de esta iniciativa de la Cámara de Comercio y la Diputación de Ciudad Real.

"Sí, sí, sí, que se atrevan porque al final te compensa. No es lo mismo trabajar para ti que para otros", reivindica.

Mientras la falta de relevo asola a miles de comercios tradicionales, esta boliviana construye futuro en la España rural y sigue llenando el comedor de un lugar que podría haber cerrado sus puertas tras más de 40 años de servicio.