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Tres versiones de la muerte del carnicero que se clavó el sábado un cuchillo en Argamasilla

9 abril, 2019 09:40

La muerte el sábado de Javier Medina, un conocido y querido carnicero de Argamasilla de Calatrava, conmocionó a la localidad ciudadrealeña. Todos coinciden en que era “una persona muy agradable, buena gente, que a menudo se metía en mil fregados”, tal como han contado los vecinos a El Español, que ha dedicado un amplio reportaje a este suceso de la mano del periodista Juanma Fernández. Fue un suceso espeluznante que ocurrió además delante de varios clientes que se encontraban en ese momento en el local. Un desgraciado accidente que se saldó con la muerte del carnicero después de clavarse en el pecho el cuchillo que estaba usando su mujer, Elena, que no tuvo la culpa de nada.

El Español ha dado las tres versiones del suceso que corren por la localidad. Las tres coinciden. La primera, un rumor, dice que ella estaba partiendo jamón, que se dirigió al otro lado del mostrador, que estuvo a punto de caerse… y él, al ir a por ella, sin querer, se clavó el cuchillo que llevaba su esposa.  
 
El otro relato, también relativo al infortunio, lo cuentan se lo han contado a El Español desde el Ayuntamiento. Confirman que ella se encontraba cortando jamón, se giró y él, al dirigirse hacia ella, se clavó el cuchillo. 

Y hay una tercera, la de la Guardia Civil, que ratifica ambos relatos, aunque con otras palabras: "Todo apunta a que se trata de un accidente laboral y que fue la mujer quien, al darse la vuelta, clavaba accidentalmente el cuchillo a su marido cuando este iba a atender a un cliente que acababa de entrar en la carnicería".  
 
Tras el accidente, Javier fue llevado al Hospital Santa Bárbara de la localidad de Puertollano (Ciudad Real) en parada cardiorrespiratoria con una herida en el pecho. Allí, intentaron salvarle la vida, pero no lo consiguieron. El suceso se está investigando, pero todo apunta a que la muerte se debe a un accidente. La prueba más evidente es que había clientes delante. Se descarta, en un principio, que el móvil fuera pasional o que se tratara de violencia doméstica, sentencia el periódico de Pedro J. Ramírez