
Una céntrica calle de Albacete, repleta de gente.
Las expresiones más curiosas de Albacete que solo entienden los de allí: ¿las conoces?
Una pequeña guía de palabras y frases típicas de esta provincia que no dejan indiferente a quien las escucha por primera vez.
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Cada provincia de Castilla-La Mancha tiene sus propias costumbres y formas de hablar que la hacen única. Rasgos identitarios que, en muchos casos, solo reconocen quienes viven allí, especialmente cuando se trata del vocabulario más local.
En Albacete, por ejemplo, no son cotillas, son "golismeros". Y no tienen hambre, están "alampaos". Son palabras muy conocidas en la provincia, pero es probable que si alguien de fuera las escucha no entienda su significado a no ser que se lo expliquen.
Y si algo se domina con soltura en esta tierra es el "ea", que sirve como interjección, conjunción, nombre e incluso verbo. Es, en términos generales, una expresión que todo lo dice y contesta, todo lo afirma y lo niega, y todo lo acepta y lo rechaza. "¡Ea! Ya me has liado para salir de fiesta", "ea, es lo que hay" o "eaaaa, qué cansino estás" son algunas de las frases en las que se puede utilizar.
Por norma general, a los albaceteños no les gusta salir de marcha, son unos "gambiteros"; no montan follón, arman una "zapatiesta"; no están llenos, están "empacinaos"; no lloran, pillan una "barraquera"; no son antipáticos, son "rabisecos"; no tienen calor, están "asorrataos"; no se caen, se pegan una "costalá"; no están al sol, están al "rechisquero"; no tienen olor a lumbre, sino a "sagato"; y no se dan golpes, se dan "tabanazos".
"Pijcas pajas"
Para un albaceteño, las cosas no se hacen por impulso, dan "aberruntos"; no huele mal, huele "a cuco"; los platos no están rotos, están "esportillaos" y no tienen restregones, tienen "relejes". Además, no tienen tiempo, sino que lo hacen todo "luego a luego", y no quieren un poco, sino una "miaja".
En Albacete no se dice "joder", se dice "odo" u "odiendo"; no se dice "a pesar de", se dice "con to y con eso"; y no se dice que no, se dice "¡y un pijo!".
Con esta última expresión pasa como con el "ea", que se utiliza para negar algo, para expresar sorpresa ("¡pero, pijo!") o para mandar a alguien a freír espárragos ("¡vete al pijo!").
Y para terminar con este paseo por el lenguaje puramente albaceteño, posiblemente una de las expresiones que más ojipláticos deje a los forasteros es "pijcas pajas", lo que viene a decir que algo es más o menos parecido a otra cosa. "Esto es pijcas pajas como aquello".