El momento de tensión interna entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page parece especialmente delicado y alcanza máximos. Han sido muchos los episodios críticos entre ambos pero el estallido de este miércoles ha dibujado una delgada línea roja tras la cual, si se llega a traspasar, ya sólo cabe la ruptura completa. La salida en tromba desde Moncloa y Ferraz contra el presidente de Castilla-La Mancha por situar al PSOE en "los extrarradios de la Constitución", ese abrupto choque de trenes que abrió todas las portadas, informativos y telediarios, marca un antes y un después entre ambos líderes socialistas, que afrontan el peor momento de sus relaciones.

¿Y por qué ese cambio de paradigma? Por una razón que parece obvia. Nunca hasta ahora se había producido una reacción tan inmediata y virulenta desde el Gobierno y el PSOE por unas declaraciones de Page. Nunca de una forma tan significativa, y ello a pesar de que, especialmente en los últimos meses, han sido muchas y muy controvertidas las andanadas que el líder castellano-manchego ha lanzado contra el presidente del Gobierno y secretario general de su partido por sus constantes cesiones al separatismo, especialmente a Junts, el partido de Carles Puigdemont.

Ni siquiera cuando Page, el pasado mes de noviembre, opinó de Sánchez y Puigdemont que "uno de los dos va a terminar siendo un botifler", una declaración muy gruesa contra la Ley de Amnistía que tuvo gran repercusión, se armó tanto revuelo como ahora y el sanchismo se lanzó tanto a la yugular del barón castellano-manchego, único socialista, por cierto, que gobierna actualmente con mayoría absoluta en España y el apoyo de más del 45 por ciento de su electorado. Resultados que ya quisiera Sánchez para sí.

La cuerda se rompe

"Quien está en el extrarradio del PSOE es el señor Page", dijo el ministro de Transportes, Óscar Puente. Pero no fue el único: también censuraron al presidente autonómico el secretario de Organización, Santos Cerdán, y el exministro José Luis Ábalos.

Y este mismo jueves la voz más llamativa que ha salido a censurar a Page ha sido la de la vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero, que acusó a Page de buscar "notoriedad" en un camino equivocado. Otros ministros como Fernando Grande-Marlaska y Ana Redondo también han salido contra Page. La cuerda parece haberse roto y ahora se verá si alguien es capaz de recomponerla.

En el lado contrario, tanto el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han salido este jueves en defensa de Page tras los ataques recibidos por su propio partido.

Las preguntas

En este contexto, hay muchas preguntas en el aire sobre lo que puede pasar a partir de ahora y cómo serán las nuevas relaciones de Sánchez, el Gobierno y el PSOE con la única voz realmente discordante que se atreve a hablar en público a partir de lo ocurrido este miércoles y la alta tensión que se ha creado en torno a ello. Preguntas como estas: 

1. ¿Está Ferraz realmente interesado y dispuesto a expulsar a Page del PSOE?

No parece que el momento haya llegado... todavía y, ahora mismo, una expulsión de Page es altamente improbable. Es obvio que las críticas de Page son sinceras y que piensa realmente lo que dice, pero Ferraz valora dos cuestiones importantes: evitar el escándalo político que supondría una medida disciplinaria de este calado y jugar, además, con la posición crítica del presidente castellano-manchego para vender el relato de que en el PSOE de Sánchez se admiten las discrepancias internas de forma democrática y abierta. Sólo una subida galopante de la tensión política parece que podría cambiar este escenario, una opción por ahora improbable. Ahora mismo, según fuentes del PSOE regional, "es una barbaridad plantear siquiera la expulsión" de Page y sería un "grave error" perder al único líder regional que tiene mayoría absoluta. "Nos daríamos un tiro en el pie", reconocen, que "reforzaría la figura pública de Page " en toda España. En todo caso, fuentes de Ferraz han asegurado este jueves a Europa Press que "no contemplan abrir un expediente" a Page.

2. ¿Los Estatutos del PSOE permitirían la expulsión de Page?

En su título XIII los Estatuos contemplan el régimen disciplinario de los militantes y cargos del PSOE, estableciendo faltas leves, graves y muy graves y las sanciones que llevarían aparejadas, todas ellas desde el apercibimiento hasta la suspensión temporal o definitiva de militancia. Habría que analizar pormenorizadamente las páginas dedicadas a las sanciones, pero todo es susceptible de interpretación. En el caso de las faltas muy graves, hay algunos puntos interesantes sancionables. Por ejemplo, la indisciplina reiterada en relación con las decisiones de las instancias competentes del partido o menoscabar la imagen de los cargos públicos e instituciones socialistas. Habría que ver si esto sería, o no, aplicable a Page. Preguntadas por la expulsión en su momento de Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros, fuentes socialistas explican que sus casos son muy diferentes y, además, no ejercían ningún cargo público en el partido.

3. ¿Aguantará Page la presión interna de convertirse en el señalado por el sanchismo?

Esta pregunta es pertinente después de conocer que, en una conversación privada con los presidentes autonómicos del PP Juanma Moreno Bonilla, Carlos Mazón y Fernando López Miras, Page reconoció este miércoles que "yo sufro, que no te imaginas (...) Lo que ha hecho el PSOE es de una tensión máxima, echar a todo dios que se opone". "A mí están a punto prácticamente de extraditarme", dicho también Page a sus homólogos del PP. En el entorno del presidente de Castilla-La Mancha aseguran que, lejos de estar desanimado, Page se siente fuerte y con ganas, amparado por dos datos clave: ha sido reelegido secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha con el 99 por ciento de la militancia y tiene el apoyo de más de 45 por ciento de los castellano-manchegos en las elecciones autonómicas de mayo.

4. ¿Le viene bien a Sánchez tener un díscolo en el PSOE de esta magnitud?

Hay dos argumentos que juegan a favor de esta teoría. El primero es que Page, con sus críticas, favorece la coartada para que Sánchez diseñe el relato de que en el PSOE hay democracia interna y se puede discrepar. Y el segundo es que este tipo de guerras internas entre los socialistas desvían la atención del verdadero foco del problema, que es la permanente humillación de Sánchez frente al separatismo. "Es una cortina de humo", argumentan fuentes socialistas, que le viene bien a Sánchez, pero insisten en una idea: "A ver si ahora el problema va a ser Page y su foto con tres presidentes del PP y no las fotos del PSOE con Puigdemont". La maquinaria socialista de propaganda utilizará, en todo caso, a su favor la posición política del presidente de Castilla-La Mancha.

5. ¿Por qué este episodio del "extrarradio" marca un antes y un después en esta guerra interna?

Nunca Moncloa y Ferraz habían salido con tanta fuerza mediática a lanzar una ofensiva orquestada contra Page. Esto es una significativa novedad. El sanchismo parece haber adquirido plena conciencia de la gravedad de sus cesiones al independentismo catalán, tanto en el fondo como en la forma, y en este contexto cualquier discrepancia interna dispara todas las alarmas ante el "evidente complejo de culpa" que, según las fuentes socialistas consultadas, tiene la parte socialista del Gobierno con su deriva política. "Page pone a Sánchez delante de su espejo y eso es difícil de asimilar", aseguran. Y por eso esta vez "se han pasado de frenada" y tanto el Gobierno como el PSOE han salido en tromba. Parece una huida hacia adelante del sanchismo fruto de su debilidad político frente a Puigdemont.

6. ¿Ha pensado Page dejar el PSOE?

Nunca. En ningún caso. "¿Por qué tendría el presidente que irse de su partido, en el que lleva militando tanto tiempo?", afirman en su entorno. El presidente de Castilla-La Mancha cree que no es él quien se ha desviado de los principios socialistas y, por tanto, en ningún momento ha valorado la posibilidad de abandonar su militancia. Y eso sin contar con el respaldo abrumador que tiene en el PSOE de Castilla-La Mancha y en el electorado regional. Es verdad que su hermano gemelo, Javier García-Page, abandonó el PSOE el pasado mes de noviembre, pero Emiliano nunca ha valorado seguir sus pasos, y mucho menos siendo presidente de la Junta de Comunidades, que es una gran responsabilidad.

7. ¿Está empezando Sánchez a buscar recambio a Page en Castilla-La Mancha?

A nadie se le escapa que esta posibilidad está encima de la mesa, pero en el PSOE de Castilla-La Mancha están tranquilos, hoy por hoy, ante esa hipótesis. Nadie está presionando de momento desde Ferraz contra Page en las provincias castellano-manchegas. El partido está controlado de forma muy mayoritaria por Page en Castilla-La Mancha y no parece fácil ni inminente promover una operación en su contra dentro del partido en la región. En todo caso, a nadie se le escapa el nombre de dos líderes castellano-manchgas muy próximas a Sánchez que están en la agenda de la Moncloa: Milagros Tolón, delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, e Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y exportavoz del Ejecutivo central.

8. ¿Qué pasaría en el Gobierno de Castilla-La Mancha y en el PSOE regional si Sánchez moviera el sillón de Page?

La hipótesis provocaría un terremoto político en Castilla-La Mancha de enorme magnitud. Es imprevisible lo que pudiera suceder en el Palacio de Fuensalida y en la sede regional socialista, donde Page tiene el control absoluto de la situación en estos momentos. La operación sería de tanto calado que nadie se atreve a pronosticar otra cosa distinta de la previsible: "Eso no va a suceder". Page milita en el PSOE de Castilla-La Mancha desde que era veinteañero, lleva casi toda su vida política en el Gobierno regional y es el presidente de la Junta desde hace más de ocho años, con un liderazgo sólo equiparable al de José Bono en su momento. La convulsión interna sería enorme en toda la región.

9. ¿Estaría el PP dispuesto a abrir la puerta a Page tras el apoyo recibido de Feijóo y Ayuso?

Significativamente tanto el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han salido este jueves en apoyo de Page. Ayuso ha dejado incluso las puertas abiertas de los populares al líder socialista de los castellano-manchego, pero la hipótesis es descabellada y parece una maniobra de pescar en el río revuelto del PSOE. El partido de Page es el PSOE y parece una locura pensar que algún día pudiera pasarse a las filas del PP. Si de algo está orgulloso el presidente de Castilla-La Mancha es de haber ganado las elecciones "a la derecha y la extrema derecha".