Maquinaria del reloj que se encuentra en una emblemática torre toledana.
El Casco Histórico de Toledo ha recuperado uno de sus sonidos más emblemáticos con la puesta en marcha, tras dos años parado, del reloj interior de la Catedral que marca las horas. El cabildo de la Catedral ha devuelto el sonido a las empedradas calles toledanas hace una semana, tras haber encontrado un operario que mantuviera la complicada maquinaria al jubilarse, hace dos años, el anterior especialista.
"Nos ha costado encontrar a alguien" que se hiciese cargo de su mantenimiento, han señalado, porque "tenemos relojes muy antiguos y no puede mantenerlos cualquiera, sólo puede ser un experto relojero" ante lo que manifiestan su alegría "porque no queríamos perder esta tradición".
El reloj interior del templo toledano ocupa dos salas en una de sus torres, llamadas 'de Poleas' y 'del Reloj'. El ingenio está fechado en 1889 y fue creado por el maestro relojero Paul Odobey, natural del Morez del Jura (Francia) e instalado por Federico Rosa y Lluesma, relojero de Toledo y del Cabildo de la Catedral.
El reloj no tiene esfera hacia el exterior de la torre que lo contiene porque está concebido para ser oído, no para ser visto. No sucede así con el de la 'Puerta del Reloj' de la Catedral que, según han precisado, no funciona desde hace muchos años tras fallecer el relojero que lo mantenía.