Citroën, la marca de automóviles más vendida en enero.

Citroën, la marca de automóviles más vendida en enero.

El motor continúa con unas cifras de matriculaciones muy bajas en todo el país. Según los datos publicados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), las entregas de turismos nuevos apenas subieron un 1 por ciento en enero, hasta las 42.377 unidades, en comparación con el mismo mes de 2021, cuando la pandemia y la tormenta Filomena impactaron significativamente en las ventas. Desde esta forma, las matriculaciones de coches nuevos en España han registrado el segundo peor enero desde el año 2000.

Este comportamiento se ha proyectado igualmente en Castilla-La Mancha, aunque de forma distinta en las diferentes provincias de la Comunidad. Durante el pasado mes, en la región se matricularon un total de 1.360 vehículos nuevos de turismo y todoterrenos, con descensos en tres provincias en comparación con enero de 2021 (Albacete, Cuenca y Toledo) y aumentos en el resto. Por provincias, más de la mitad de estas ventas corresponden a Toledo (704 unidades), seguida por Ciudad Real (237) y Albacete (194).

A nivel regional, sigue prevaleciendo la compra de vehículos a gasolina sobre el gasoil, salvo en Guadalajara que fue de otros combustibles. Por provincias, estas son las marcas elegidas por los compradores a la hora de adquirir un vehículo nuevo: Toyota, Peugeot y Kia, en Albacete; Volkswagen, Seat y Kia, en Ciudad Real; Kia, Peugeot y Citroën, en Cuenca; Toyota, Kia y Hyundai, en Guadalajara; y Peugeot -aplastante mayoría de esta marca en la provincia sobre el resto- Citroën y Toyota, en Toledo. Esta ventaja convierte en enero a Peugeot en la marca más vendida en Castilla-La Mancha, seguida por Toyota y Citroën.

Para la directora de comunicación de ANFAC, Noemi Navas, “los datos de enero están muy afectados por la falta de stock por la crisis de los microchips, pero también por la crisis económica derivada de la pandemia que no se acaba de resolver”. Una situación, según Navas, que no contribuye a la recuperación de la economía, y sí al riesgo de perder la relevante posición que el sector ostenta en términos de PIB y empleo de calidad en España.