Todo el mundo es consciente de la importancia del agua para la vida de las personas puesto que, al fin y al cabo, este elemento supone el 60% de nuestro cuerpo. De ahí la necesidad de estar bien hidratados y de tomar el mejor agua posible para nuestra salud y bienestar.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha destacado la importancia del agua y los beneficios que tiene el consumo de la que procede del grifo. Para la OCU, “lo ideal es beber agua de grifo”, aunque subraya el empate que existe en España entre el consumo de ésta y la embotellada. Asimismo destaca que el agua del grifo “es la mejor opción, de buena calidad y más económica”. Sin embargo, reconoce que no en toda España el sabor del agua del grifo es bueno, lo que lleva a pensar a muchos que no es apta para el consumo y recurren al agua mineral embotellada.

Según datos de el Ministerio de Agricultura, el precio medio del agua mineral envasada es de unos 0,21 euros por litro. Un consumo diario de unos dos litros supone unos 150 euros anuales. La del grifo, según la OCU, es de 1 euro al año. La diferencia, por tanto, es abismal.

Por otro lado, la organización se refiere al impacto ambiental del agua de botella o garrafa por los envases, embotellado o el transporte, frente a la del grifo.

En orden a establecer cuáles son las mejores y peores aguas de grifo de nuestras ciudades, la OCU ha realizado un análisis en más de 60 municipios y ha concluido que en 19 de ellos la calidad es excelente y en 36 buena. Esto significa que la mayoría de ciudades analizadas gozan de una calidad muy apta para su consumo.

Las ganadoras son Burgos, San Sebastián y Las Palmas. En la primera ciudad la OCU destaca que hay pocos minerales y muy poca presencia de cal. Además no se presenta ningún contaminante y su precio se encuentra por debajo de la media española.

Aunque la gran mayoría de ciudades cuentan con calidades muy aceptables de agua del grifo, pero también las hay que están por deajo de la media, entre otras razones por el uso de algunos productos con altos niveles de sustancias nocivos que pueden repercutir en la salud de los consumidores.

A la cola de la lista, la OCU sitúa a cuatro ciudades, una de ellas de Castilla-La Mancha: Palma de Mallorca, Huelva, Barcelona y Ciudad Real. Estas cuatro, tras varios factores analizados como el origen, la calidad higiénica o contaminantes han lastrado su puntuación total.