La Pregunta

¿Qué es lo que más alimenta al gran Pepe Rodríguez, según dice en su entrevista más reverente?

18 septiembre, 2017 00:00

Es altamente recomendable la entrevista que le han hecho al chef toledano y gran comunicador Pepe Rodríguez en la Revista Misión, en la que le confiesa al periodista que “comulgar es lo que más me alimenta”.

El arranque de la entradilla nos da la pista de que la conversación girará en torno a temas del espíritu y nos revela que Pepe Rodríguez tiene profundas convicciones católicas que, al contrario de lo que hacen otros, no solo no las oculta sino que se muestra orgulloso de practicarlas: “Nos cita en El Bohío un domingo a la una, `porque a esa hora ya habré llegado de misa´. Antes de hablar con Misión, le ha dado tiempo a jugar al tenis con su hijo mediano y a descansar junto a su mujer tras una semana grabando la nueva temporada de MasterChef. En resumen: cocina, familia, televisión y fe, justo los temas por los que vamos a preguntar a Pepe Rodríguez”.

José Antonio Méndez, el autor de la entrevista, recuerda que el popular cocinero comenzó a trabajar con 17 años de camarero en El Bohío, la casa de comidas que su abuela fundó en Illescas, con su madre en la cocina. Con veintitantos pasaba sus vacaciones trabajando para los mejores chefs de España; y a los treinta, cuando cogió las riendas de El Bohío, ganó una Estrella Michelin, como la que conquistó en 2010 para su otro restaurante, La casa de Carmen, en Olías del Rey (Toledo).

Reproducimos algunas de las preguntas de más interés y recomendamos la lectura completa de la entrevista PINCHANDO AQUÍ

MasterChef se ha convertido en un fenómeno social. ¿Por qué triunfa?

Es como un plato: muchos ingredientes hacen un todo. Hay mucha gente implicada que quiere hacer un buen producto, que sabe hacer buena tele y que mima el programa. Y hay un poco de suerte: estar en el momento justo, a la hora exacta…

¿Tiene algo que ver que el programa transmita virtudes poco frecuentes hoy en la televisión?

No sé si mis jefas en la productora eran tan listas como para buscarlo, pero lo cierto es que el programa ensalza el sacrificio, el compañerismo, el trabajo, premia al bueno y al que se esfuerza, castiga al que lo hace mal…

¿Qué pasó en el instituto para que dejase de estudiar con 17 años?

En el colegio yo era muy buen estudiante, pero al llegar al instituto me perdí. Estaba todo el día jugando al baloncesto, faltaba a clase… Nunca había suspendido nada y en primero de BUP ¡suspendí cinco! Para mí fue un trauma, porque me vi perdedor. Fue una época muy mala.

Dice que se perdió; sin embargo, empezó a compaginar el restaurante con ayudar a toxicómanos…

Eso fue después de un Cursillo de Cristiandad. Cuando salía con mis amigos por Illescas, muchas noches veía a don José Soriano, uno de esos maestros de la vieja escuela, que alternaba con yonquis. Me admiraba ver a ese hombre de 65 años ayudando a toxicómanos, así que tras hacer un Cursillo, me lo crucé un día y le dije que quería echarle una mano. Estuvimos años ayudando a jóvenes que estaban enganchados a todo, e hicimos cosas importantes para ellos.

¿Por qué le impactó tanto aquel Cursillo de Cristiandad?

Siempre he sido un cristiano de misa de 12 y vermú, pero un Cursillo es algo muy potente. En esos tres días me di cuenta de lo que significa ser cristiano y de quién es Dios.

¿Y quién es Dios para Pepe?

Es la fuerza, el motor de todo. El que te hace estar en lo bueno, en lo malo y en lo regular. No sé si a veces me quedo demasiado detrás y no explico que soy cristiano, pero es que no me veo dando explicaciones, sino demostrándolo en lo que hago.

¿Se sorprenden al verlo en misa?

En Illescas no. Solo cuando voy fuera. Llevo toda la vida yendo a misa y me reconozco dentro de la Iglesia.

Acostumbrado a comer bien, cuando comulga, ¿cómo le alimenta?

Como ninguna otra cosa. Comulgar es lo que más me alimenta. A veces hay gente que, después de comer, me dice: “Me has emocionado, casi levito”. Y yo pienso: “Este es tonto”. A mí me encanta comer y lo he hecho en los mejores restaurantes, pero nunca me he emocionado al comer. Y al comulgar, sí. El alimento espiritual no tiene comparación.

¿Se puede sostener su trabajo sin un matrimonio bien avenido?

Yo veo matrimonios que llevan una vida más llevadera, y que se separan. ¿Cuál es la clave? Nosotros nos entendemos y, además de la familia, hay un amor que nos une mucho.