Crecido con el resultado de las encuestas conocidas y más concretamente con el estudio electoral publicado el pasado fin de semana por el diario Público, donde el medio de comunicación detalla que Castilla-La Mancha podía caer en manos del PP y VOX tras las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo, el candidato de la formación ultraconservadora a la presidencia de la JCCM, David Moreno, comienza a pasar el cepillo electoral. Según la encuesta de Key Data para ese periódico, el PSOE obtendría 16 escaños -tres menos que ahora-, 15 el PP -cinco más que hace cuatro años- que unidos a los 2 de VOX – por Toledo y Guadalajara- podía dar la mayoría absoluta a las dos formaciones conservadoras. De inmediato el PSOE, vía secretario de Organización del partido, Sergio Gutiérrez, replicaba el sondeo tachando de poco capacitado a Paco Núñez para el cargo, asegurando que tan sólo el 13% de los castellano-manchegos creen que el líder regional del PP está más preparado para gobernar esta tierra que Emiliano García Page.

Mientras se discuten vía demoscópica las capacidades de ambos lideres, el candidato Moreno no ha tardado en “enseñar la patita”, y ya se ha pedido la consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha en el caso de ser decisiva su formación para formar Gobierno en la región. El candidato de VOX pretende con sus postulados y los de su partido que el sector agropecuario regional se sitúe a la cabeza de la competitividad y rentabilidad del país para ser “el granero y la huerta de Europa”. No será la única, pues anuncia igualmente reivindicar otras competencias en un hipotético Gobierno de derechas en la región en función, naturalmente, de la cosecha de votos alcanzado el 28-M.

Más quisieran los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha alcanzar los niveles de excelencia que pregona el candidato Moreno, y dejar de una vez esta tierra de ser la despensa nacional de tantos productos agropecuarios que cultivados, producidos y elaborados en la región, su inmenso valor añadido desemboca siempre en otras manos y territorios. Mas responsabilidad y sensibilidad política hacia un sector que no atraviesa precisamente un buen momento, y que precisa algo más que anuncios de gangas electorales. Momios extraídos de un idílico programa donde la consigna común es la de satisfacer al mayor número de votantes y el oportunismo político resulta demasiado evidente.