La psicóloga Ana M. Ángel Esteban.

La psicóloga Ana M. Ángel Esteban.

El Comentario

¿Dudas si estás en una relación "equivocada"? ¿Te sientes mal y atrapada? Es momento de reflexionar y autocuidarte

Ana M. Ángel Esteban
Publicada

"No te apagues por quien no sabe mirarte; tu brillo está por encima" (es mía, me ha salido del alma) y significa muchas cosas que ahora veremos.

El amor que no te da paz ni ilusión, aquel en el que has estado (pero ya no hay relación) y sigues mentalmente, o en el que estás aún, pero mal, y del que no eres capaz de soltar, no es tu sitio. Se sigue ahí por miedo, por apegos equivocados, por dependencia emocional…, pero a la vez queriendo salir. Escucha a tu cuerpo, a tus sueños, y ahí vas a encontrar la verdad que las palabras no dicen. Si el amor es real, se traducirá en hechos. Si no los ves, es hora de pensar más allá. La vida te abrirá otro camino sin dolor, seguro. No te quedes en el "esperar", tienes que pasar a "crear" para ser libre y auténtica contigo misma o contigo mismo.

Puedes amar profundamente, pero sin perderte en el otro, en sus imposibilidades y problemas. La espera emocional es una puerta entreabierta que es cruel porque crea una duda patológica sobre algo que aún puede ser y que tú no controlas que vaya a ocurrir. A veces hay una conexión tan profunda que ocurre muy pocas veces —la que yo llamo de almas gemelas— y que es algo más allá de la química, esa "necesidad y obsesión inexplicable por el otro" que mantiene un vínculo muy fuerte, pero que necesita de una comunicación clara y honesta para no herirse llegado este punto. El sol necesita espacio para brillar, para irradiar lo bonito que va a desplegar, y lo mismo pasa en el amor: si se reprime y no tiene espacio real para expresarse, se apaga y no se vive en plenitud.

Cómo es el verdadero amor

Cuando el amor aparece y entras y te fundes con él, lo hace para despertarte, viene para movilizarte, no para destruirte ni para estancarte. El amor debe aportar; si no, ni me interesas ni me convienes, y menos con malestar. No te humilles, pon límites para protegerte. O lo disfrutas o lo retiras. Y no es que haya que tomar una decisión racionalizada así como así para seguir o no con alguien; hay que escuchar qué dicen tu corazón y tu intuición, porque, si no, estás decidiendo estancarte y seguir humillándote. H

ay que hablar sobre los miedos —vuelvo a repetir— y sobre las posibilidades. Es terrible sentirse sola o solo y con la obligación de decidir "ahora". Los sentimientos no entienden de tiempo, solo de emociones. Hay que elegir desde la verdad, desde lo que sientes, y no desde el apego, desde lo que necesitas patológicamente.

¿Dónde está el equilibrio?

Nunca debieras dar más de lo que recibes y, repito, el amor debe ser libre, sin condiciones, para que sea tan bonito como el que un día iniciasteis. El dolor, cuando aparece, siempre hace aprender y reconducir tu mente. No hay que ser ajeno a lo que grita tu interior en un sentido o en otro. Lucha o vete. Hay que revisar los vínculos cada cierto tiempo: proyectos, caminos, necesidades y hasta preferencias.

Tienes que cuidarte: saber quién eres, qué quieres y qué ya no encaja contigo. Es importante saber por qué encajamos y conectamos con ciertas personas, por qué se repiten patrones que son muestra de dependencias emocionales y apegos equivocados (como decía antes), y por qué nos aferramos a estructuras de vida que pueden durar banalmente años. No te destruyas, conecta con tu interior y sé más introspectiva. A veces se necesita silencio y reflexionar con uno mismo, sin distracciones.

Escúchate y escucha a tu intuición; no busques respuestas fuera ni busques que alguien te diga qué hacer a modo de guía porque sientes que tú no eres capaz por la culpa, el miedo a la pérdida o por la dependencia. En el fondo sabes que puedes llegar a actuar como alguien sin voz ni voto por esos miedos de los que te hablo y por la necesidad de tranquilidad, que, por cierto, es solo un estado temporal, no un sentimiento. Tu verdadero sentir te creará otro caos mental que tampoco te dejará estar tranquilo, aunque aparente y momentáneamente sea así.

¿Cómo hacerlo?

La claridad de lo que necesitas y quieres siempre viene cuando te escuchas "en silencio". No intentes controlarlo todo, porque tu corazón, sin querer, te lleva a donde necesitas estar y te dice de dónde debes salir, aunque racionalmente no lo entiendas. Tienes que estar con quien quieres desde un lugar nuevo, limpio y verdadero; si no es así, la vida y la apertura mental serán tu mejor compañía. ¿Entiendes?

Los verdaderos vínculos se dan donde hay luz, reciprocidad, ilusión y paz. Permítete sentir sin miedo. No puedes recibir mitades ni migajas, sino presencia, reciprocidad y calma.

Tienes que brillar con tu propia luz y tener relaciones sinceras y enteras para ti.

Mira, para terminar, puedes hacerte estas preguntas para ver tu autoconocimiento y evolución emocional:

  • ¿Qué me aporta esta persona?

  • ¿Qué emociones estoy sintiendo por esta persona y por qué?

  • ¿Qué emociones estoy reprimiendo y por qué?

  • Tras el malestar o la ruptura, ¿qué estoy aprendiendo sobre mis vínculos?

  • ¿Qué "debo"/siento que hay que soltar para ser coherente conmigo misma y auténtica? (sin racionalizar).

  • ¿Cómo puedo cuidarme emocionalmente en el futuro, sin miedos, culpa ni reproches, con respeto al otro y sin exigencias por “mochilas” anteriores?

  • ¿Qué actividades puedo hacer para reafirmarme en mi independencia y autoconcepto? (Pistas: salir, hacer ejercicio, crear nuevas ilusiones, conocer gente nueva…). ¡Atrévete a probar, a hacer lo que algún día pensaste! ¡Venga, no puedes marchitarte por nadie, nunca! Hay otras personas que ni te imaginas lo que darían por estar contigo. ¡Venga!

  • ¿Realmente necesitas a quien tienes o a quien tuviste y te generaba malestar? Te lo respondo yo: no, nunca, jamás.

  • ¿Qué es lo peor que podría pasar si sales de esa relación? ¿Te lo contesto yo también? Sabes mi respuesta: nada.

Y si para hacerlo necesitas ayuda, que sea de calidad, por favor. Valora desde lo más profundo qué pasa y por qué. Y cuando decidas, que sea con convencimiento y no por presión o como una pauta sin sentirla, porque si no, desgraciadamente, seguirás en tu mismo malestar. Sí, en lo mismo.

Eres una piedra preciosa, sobre todo para ti misma y para quien te "vea" y valore.

El objetivo es amarte.

Ana M. Ángel Esteban es psicóloga con consulta en Toledo.