Los resultados de las elecciones gallegas han demostrado que Pedro Sánchez se ha marcado una muñeira rara esta última semana de campaña. Quiso poner todo el foco sobre Feijoo por el off the record que ofreció a un grupo de periodistas y resulta que el que se ha quedado fuera de micrófono es él. Un poco más y su partido pierde hasta el apellido por la ría que conduce al Miño. Sánchez permanecerá mudo un tiempo, mientras asimila el conxuro que los electores le han hecho en Galicia. No quiso salir cuando los guardias civiles de Barbate y sí para los Goya. Acude a los desfiles de moda, pero no a los minutos de silencio. Pone el Falcon de la propaganda a volar con los medios afines virando los focos hacia Feijoo. Y resulta que los electores no le han comprado la mercancía. La Santa Compaña casi se lleva al PsdG para siempre, curiosamente el más crítico con Page en el famoso comité federal en que se hizo de la necesidad, virtud. Pues aquí, ni necesidad ni virtud… Sólo nueve tristes escaños con una estrategia vicaria, suicida y vampírica. Los socialistas sabrán dónde van con Sánchez. Sacrifica todo el partido y el poder de los territorios por su colchón en Moncloa. Sólo Page aguanta, justo por ser la antítesis del presidente del Gobierno. No es consuelo para Emiliano, pero al menos los que lo pusieron a caer de un burro en octubre aquella mañana de sábado en Ferraz, hoy muerden el polvo de la derrota y el tercer puesto. Un poco más y el BNG lo triplica. Tezanos está haciendo cuentas todavía. Los propagandistas es lo que tienen. La verdad no les interesa… Sólo la voz de su amo.

Feijoo puede respirar y ponerse a leer algún manual que lo ayude para amachambrar las campañas electorales. A punto estuvo de volverse en su contra lo que era un plebiscito claro de la amnistía de Sánchez. Pero en el último instante, antes de que comience el asalto final, le tiemblan las piernas. Alfonso Rueda a punto ha estado de pagar los platos rotos. Pero el escándalo de la amnistía es tan grande y tan obvio que es imposible mirar hacia otro lado. Nunca jamás en una democracia, los delincuentes se han impuesto sus penas. Los ladrones van a la oficina… Escabeche y Anticuario eran unas hermanitas de la caridad al lado de Puigdemont y Junqueras. Feijoo puede continuar con tranquilidad al frente del PP. La duda asomó al final, cuando empezábamos a creer que no se trataba del apóstol Santiago, sino de Prisciliano, el falso hereje que dicen está enterrado en Compostela.

El Bloque aumenta considerablemente y se desparrama esa idea de cantón y nacionalismo que asfixia la España de ciudadanos libres e iguales. Cada vez hace más daño esa concepción que la izquierda ha ido deslizando con sus pactos hacia el centrifugado. No sabe qué hacer con España y parece que les quema entre las manos. Como si el país lo hubiera creado Franco, que era gallego, por cierto. Esa es la vía dolorosa por la que se desangrará el Psoe con su política de pactos. El espejito le sigue diciendo a Sánchez que es el más listo y guapo, mientras su partido se derruye entre los aplausos increíbles de su clá.

Pedro debe presentarse al Festival de Benidorm y hacer un canto a Galicia, como Julio Iglesias. La muñeira de esta última semana le ha salido horrorosamente mal. Vampiriza a su partido… Es el Drácula de la rosa, que sorbe los pétalos y deja las espinas para el resto. La Historia no le amnistiará, salvo para Zapatero, claro, que ya arruinó España y ahora da lecciones de democracia venezolana. Sumar y Vox no sacan… Los extremos se diluyen, aunque resta partido. Yolandinha se ha ido a confesar con el Papa, a ver si tuviese algún voto de la colonia argentina. El tango que han bailado no ha salido bien. Sánchez ya rumia su próxima venganza. En Ferraz van a encargar una ristra de ajos por si sirve de algo. La amnistía ha devenido en sardana travestida de muñeira y Santa Compaña.